La vicepresidenta del Centro reconoce la importancia de las aportaciones de la Xunta para mantener viva la entidad

Sandra Calvar destaca la presencia de mujeres y jóvenes en el Centro Gallego de Montevideo

Uruguay y, más concretamente, su capital, Montevideo, ha visto aumentar su población, desde el último tercio del siglo XIX y durante todo el siglo XX, gracias a la oleada de gallegos que, entre otros pueblos emigrantes, eligieron ese pequeño país del cono sur americano para establecerse y echar raíces. Fruto de ese éxodo, en 1879, un grupo de patriotas gallegos decidió fundar el Centro Gallego de Montevideo.

Sandra Calvar destaca la presencia de mujeres y jóvenes en el Centro Gallego de Montevideo
Familia Jorge Torres-Sandra Calvar
Sandra Calvar, junto a su marido, Jorge Torres, y su hija, Jimena.

Uruguay y, más concretamente, su capital, Montevideo, ha visto aumentar su población, desde el último tercio del siglo XIX y durante todo el siglo XX, gracias a la oleada de gallegos que, entre otros pueblos emigrantes, eligieron ese pequeño país del cono sur americano para establecerse y echar raíces.

Fruto de ese éxodo, en 1879, un grupo de patriotas gallegos decidió fundar el Centro Gallego de Montevideo, para poder agrupar en torno a él a todos los que formaban parte de la colectividad y desarrollar en conjunto aquellas actividades que más les unían y les permitían reforzar su identidad.

Hoy en día, el Centro Gallego de Montevideo está reconocido como el más antiguo de cuantos se han creado por iniciativa de los gallegos emigrados. En agosto de este año cumplirá 140 años en funcionamiento y, a pesar de todo el tiempo transcurrido, lo hará en todo su esplendor.

Desde 1923, cuenta con una sede social en la calle San José de la capital montevideana, reconocida como una reliquia arquitectónica, y más recientemente, con un complejo polideportivo en la zona de Carrasco para la práctica de deportes y eventos culturales, gastronómicos o de tipo social.

Presidido en la actualidad por Julio Ríos, tiene como vicepresidenta a Sandra Calvar, descendiente de gallego, quien la vinculó desde pequeña a la colectividad. Sandra empezó haciendo danza gallega en Casa de Galicia, pero por proximidad a su trabajo, su padre acabó acudiendo más al Centro Gallego, de cuya junta directiva pasaría a formar parte su hija en el año 2005 con el cargo de secretaria.

“Fui la primera secretaria mujer de la institución”, reconoce, con orgullo, Sandra Calvar, quien, desde 2017, ocupa el cargo de vicepresidenta. También presume de formar parte de la directiva que integra a más mujeres de entre los centros de la diáspora, y con un número considerable de gente joven, condiciones imprescindibles para “seguir creciendo y mantener el centro vivo”, apostilla.

Con sus 700 socios activos, el Centro Gallego de Montevideo se mantiene fiel al objetivo para el que fue creado: promover en Uruguay la cultura de Galicia y mantener unida a la colectividad en torno a la institución. En sus instalaciones del centro de la capital se imparten clases de danza y gaita gallega, y se contribuye a potenciar el folclore tradicional de la región, a través de los festivales que programan sus escuelas.

También se ocupa de orientar a los gallegos necesitados para que soliciten las ayudas de la Xunta o a que se sumen a los programas de viajes que programa la Secretaría Xeral de Emigración, entre los que destacan ‘Reencontros na Casa’, ‘Reencontros na Terra’, para los mayores, y los ‘Campamentos de verano’ para los más jóvenes.

En el predio de Carrasco, fruto de la visión de sus dirigentes de hace cuatro décadas, se ha edificado el parque social y el complejo deportivo, para la práctica de actividades culturales y deportivas, dirigidas a los jóvenes descendientes de gallegos, con el fin de tratar de unificar a toda la colectividad gallega residente en el Uruguay.

En sus 30.000 metros cuadrados de terreno, el polideportivo cuenta con importantes servicios e instalaciones: salón gimnasio, canchas de fútbol, fútbol 5 cerrada, de voleibol, parrilleros, 2 piscinas y un amplio espacio verde con juegos para los más pequeños, además de estacionamiento privado para 200 automóviles.

Pero todo esto no se podría mantener “sin la ayuda de la Xunta”, confiesa Calvar. Sin esa aportación “no podría subsistir” una entidad que, como otras muchas, necesita dinero para llevar a cabo reformas, realizar obras de mantenimiento, impartir cursos, tanto en Montevideo como en Galicia...

Entre las obras acometidas en los últimos meses destaca el acondicionamiento del polideportivo en materia de prevención de incendios, para lo que se pidió ayuda económica a la Xunta, porque solo la institución no lo podría llevar a cabo, reconoce Calvar.

Es por eso que las visitas que el secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, realiza a la entidad sirven para dar visibilidad a los programas de la Xunta, mantener el contacto entre la institución y la Administración autonómica y exponer ante la autoridad competente todas aquellas cuestiones que deben ser demandadas, así como para agradecer la colaboración dispensada desde el Gobierno regional.