La presidenta del Club de Periodistas Gallegos en Madrid nació en A Pastoriza

Pilar Falcón: “En situaciones como esta es cuando el periodista tiene que ser más objetivo”

La actual pandemia del coronavirus ha venido a castigar todavía más si cabe a la profesión periodística, un sector en crisis desde hace tiempo y al que la presión del poder, por un lado, y la excesiva ideologización de los medios y profesionales, por otro, está privando de su objetividad. “Hace tiempo que el periodista ha dejado de arriesgar”, comenta la presidenta del Club de Periodistas Gallegos en Madrid, Pilar Falcón, para quien, “en situaciones como esta es cuando el periodista tiene que ser más objetivo”.

Pilar Falcón: “En situaciones como esta es cuando el periodista tiene que ser más objetivo”
Pilar Falcón llegó acompañada por sus padrinos, Josefa Sanz y Marcelino Agís
Pilar Falcón ingresó el pasado año en la Academia Xacebea, a cuyo acto solemne llegó acompañada por sus padrinos, Josefa Sanz y Marcelino Agís.

La profesión de periodista lleva aparejado unos riesgos que se ponen preferentemente de relieve cuando surgen conflictos bélicos o situaciones comprometidas. Muchos son los profesionales de la información que estas semanas de amenaza de contagios por el coronavirus arriesgan sus vidas tratando de mostrar la realidad de hospitales y residencias de ancianos donde el agente infeccioso ataca con virulencia de muerte. Se trata de una realidad perceptible a través de imágenes o testimonios que ayudan al ciudadano a hacerse una idea de lo que está ocurriendo en los focos más visibles de la tragedia.

Tras esta realidad subyace aquella otra que le invita a moverse por los entresijos del poder para desvelar el trasfondo político que lleva parejo enfrentar una situación de tal magnitud. Y es ahí donde el periodista tiene que hacer gala de su profesionalidad, al margen de su ideología –a la que no le se exige renuncia–, porque el profesional de la información tiene sobre todo un cometido: contar la realidad del modo más imparcial posible.

“En situaciones como esta es cuando el periodista tiene que ser más objetivo”, dice Pilar Falcón, natural de A Pastoriza (Lugo) y presidenta desde el año 2012 del Club de Periodistas Gallegos en Madrid, una asociación fundada en 1984 con el fin de promover, estimular y mantener entre los asociados –todos con raíces gallegas–, su vinculación con su comunidad autónoma de origen. 

El problema es que esa objetividad en la que se basa y distingue a esta profesión y que Pilar Falcón demanda parece un imposible en tiempos como los actuales, en los que “faltan principios y sobra ideología. En todo, y en el periodismo, mucho más”, ya que “hay demasiada militancia, psicológica o real”, denuncia.

A ello se unen los intentos de control por parte del poder establecido, lo que obliga al profesional a arriesgar poco. Pero esto no es de ahora, “hace tiempo que el periodista ha dejado de arriesgar”, y solo los más “consolidados” pueden permitirse “arriesgar mucho” plasmando la realidad tal y como la perciben. El resto se somete a “una autocensura natural que responde a la necesidad de supervivencia en una profesión que ya lleva un tiempo en crisis”, y a la que los últimos acontecimientos han venido a perjudicar todavía más, primero, la crisis de 2008 y, ahora, la pandemia del coronavirus, comenta Falcón.

Entre los consolidados, alude a José María Calleja, periodista leonés, curtido en Euskadi en los tiempos duros de ETA, fallecido recientemente a causa del coronavirus a la edad de 64 años, y del que destaca su valentía a la hora de informar sobre el terrorismo, a pesar de vivir amenazado durante un tiempo. 

“Era un gran tipo, sabía mantenerse limpio y puro en sus convicciones. Era un hombre más de principios que de ideología”, dice. “Ha tenido sus experiencias en el País Vasco –prosigue– y eso le ha curtido en sus posiciones de donde está lo bueno y donde está lo malo”. 

Falcón define a Calleja como “un hombre de trato alegre, jovial y simpático, que “tenía muchas cualidades”, y como profesional, “podía permitirse decir lo que pensaba”. “Hace mucho tiempo que lo hacía, pero con los años había ido a más”, puntualiza.

Necesidad de “un frente común”

Estas semanas de crisis sanitaria desembocarán indefectiblemente en una crisis económica y también política, con acusaciones entre uno y otro bando que en nada van a ayudar a solventar los problemas. Por eso, la presidenta del Club de Periodistas Gallegos en Madrid considera que, en el ámbito político, “habría que haber hecho un frente común” ante una situación tan dramática, que “se está dejando a tanta gente” por el camino y “se está llevando sin despedir a tantos familiares”. 

El papel que deben jugar los medios de comunicación en este escenario entiende que debe ser neutral, lejos de vinculaciones personales con los políticos, porque es “triste” que, por el contacto que se mantiene entre periodistas y políticos, se establezcan “amistades” que “te hacen no ser objetivo en muchas ocasiones”, lamenta. “Y en una ocasión como esta que estamos viviendo es cuando más hay que serlo”, sostiene.

Amplia experiencia en el mundo del periodismo

Licenciada en Ciencias de la Información y Diplomada en Marketing y Publicidad por la Universidad de Barcelona, así como doctora en Derecho de la Información por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, la séptima persona que ocupa el cargo de presidente de la organización que agrupa a los periodistas gallegos en Madrid inició su carrera en televisión, actividad que ha ido simultaneando con su trabajo en diversos medios de comunicación en Cataluña, Galicia y Madrid. Formó parte del equipo fundador de Televisión de Galicia y de la radio de la comunidad madrileña ‘Onda Madrid’ y desempeñó labores docentes como profesora de Historia del Periodismo en la Complutense. 

Directora y presentadora durante años del programa ‘Toma nota’, de Telemadrid, y colaboradora habitual en mesas redondas y tertulias, su experiencia y conocimientos acerca de la profesión le avalan para ocupar la presidencia de un club que agrupa a alrededor de 120 socios, profesionales del periodismo, nacidos en Galicia o descendientes de gallegos, con el fin de que puedan conservar sus raíces gallegas en la capital.

Algunos, sobre todos los fundadores, son personas mayores que ya suelen pasar la mayoría del tiempo trabajando desde sus casas. Por eso, estos días de confinamiento, “no les han afectado tanto como se pensaba”. El resto, se encuentra también trabajando desde casa, comunicándose por las redes sociales y nutriéndose de lo que se van contando entre ellos, porque “no hay posibilidad de contrastar nada”, asegura. 

“Al periodista gallego le interesa más el porqué”

Como gallega, Pilar observa un rasgo que diferencia a los periodistas de la región con respecto al resto, y es que les “interesa más el porqué”. “El periodista gallego es como más profundo; puede llegar a justificar cualquier situación, pero quiere saber el porqué”.

En Madrid hay unos cuantos, muchos de los cuales, de renombre, forman parte del Club. Sobresalen Fernando Ónega, Bieito Rubido, Pilar Cernuda, Marina Castaño, Marta Rivera de la Cruz, Ana Luisa Pombo, Amalia Enríquez, Ramón Pernas y la propia Pilar Falcón. También integra la lista de personalidades vinculadas a este organismo el actual presidente de la Casa de Galicia en Madrid, José Ramón Ónega.

El Club de Periodistas Gallegos en Madrid se nutre de profesionales de aquella primera oleada que consiguió abrirse paso en la capital y de los nuevos socios que se han ido incorporando a lo largo de estos años. El Club sirve también de escuela a muchos estudiantes que, a su llegada a Madrid, se vinculan a la entidad para seguir manteniendo contacto con su tierra y como medio para conseguir entrevistas con personas relevantes y de primera línea durante las prácticas, lo que “es muy útil para un periodista”, asevera Falcón.

Se da el caso, según cuenta Pilar, de periodistas gallegos que llevan 20 años en Madrid, que un buen día se acercan al Club y lamentan no haberlo descubierto antes, porque, al igual que ocurre con otras entidades o instituciones de la colectividad, la que agrupa periodistas favorece también “el poder seguir arraigados” a su tierra, Galicia, a donde muchos de ellos solo acuden en los periodos de vacaciones.

Entre las actividades que organiza el Club y que se mantienen en estos casi 35 años de existencia, destacan los ‘Almuerzos-coloquios’, que convocan una vez al mes en el Café Varela a personalidades gallegas de relevancia en los distintos estamentos del país. 

Para fomentar los valores de la galleguidad con la pluma –otro de los objetivos por los que se creó esta entidad–, concede cada año en una cena de gala la ‘Distinción Gallego del Año’ a un personaje o institución destacada en el mundo del periodismo, y el reconocimiento de ‘Maestros de periodistas’ a aquellos profesionales que el Club considera han dejado su impronta en el mundo de la prensa.

Asimismo, en colaboración con todas las asociaciones gallegas de la Comunidad de Madrid, celebra todos los años en diciembre la ‘Navidad Gallega en Madrid’ con un concierto.

Un Club abierto a gallegos de nacimiento y descendientes

El Club de Periodistas Gallegos en Madrid está abierto a su incorporación como socios a todas aquellas personas gallegas de nacimiento o de adopción manifiesta y a los descendientes de gallegos que ejercen su profesión en la capital. Para formar parte del mismo se requiere estar en posesión de los títulos o certificados que le acrediten para el ejercicio de la profesión periodística o acreditar documentalmente su vinculación profesional con algún medio de comunicación en cualquiera de sus vertientes.

Los estudiantes gallegos o hijos de gallegos que quieran asociarse gozarán de ventajas como disfrutar de la cuota anual de socios gratis el primer año o abonar la cantidad simbólica de cinco euros por participar en las comidas o cenas que organiza esta asociación.