Nacido en México, asegura se encuentra a gusto residiendo y trabajando en Galicia

Adrián Justo: “Las BEME son una herramienta muy útil para Galicia porque responden a los objetivos que tiene la comunidad”

Adrián Justo Carballal forma parte de ese grupo de jóvenes del exterior que se animaron a ampliar sus estudios universitarios en Galicia gracias a las becas BEME, una iniciativa que considera un “acierto” del Gobierno gallego para luchar contra la despoblación. Natural de México, donde cursó Administración y Gastronomía, realizó en Santiago un máster en Desarrollo Económico e Innovación y actualmente trabaja en una empresa viguesa dedicada a la importación y exportación de pescado.

Adrián Justo: “Las BEME son una herramienta muy útil para Galicia porque responden a los objetivos que tiene la comunidad”
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Adrián Justo, junto a Belén, Lucía y Lucciana, compañeras de promoción de las BEME.

Adrián Justo Carballal forma parte de ese grupo de jóvenes del exterior que se animaron a ampliar sus estudios universitarios en Galicia gracias a las becas BEME, una iniciativa que considera un “acierto” del Gobierno gallego para luchar contra la despoblación. Natural de México, donde cursó Administración y Gastronomía, realizó en Santiago un máster en Desarrollo Económico e Innovación y actualmente trabaja en una empresa viguesa dedicada a la importación y exportación de pescado. A sus 27 años, se encuentra muy a gusto en Galicia y confiesa que le encantan sus paisajes. 

“Si me dijeran que me posicionara sobre cuáles son las prioridades de Galicia, las becas serían una de ellas”. Las BEME son “una herramienta muy útil”, porque responden al “objetivo que tiene Galicia” de tratar de corregir el desequilibrio demográfico de la comunidad autónoma. 

Así entiende Adrián Justo la iniciativa que desde hace tres cursos desarrolla la Secretaría Xeral de Emigración para atraer a la comunidad autónoma a jóvenes con talento que o bien han salido un tiempo al exterior para mejorar su formación o se integran dentro de la colectividad de emigrantes gallegos. 

A sus 27 años y pese a su estatus de recién llegado, este joven mexicano, nieto de gallegos, percibe con claridad uno de los problemas más serios que afronta Galicia en estos momentos y que amenaza con agravarse todavía más en el futuro: la despoblación, al tiempo que destaca el acierto de una medida –la instauración de las becas BEME (Bolsas Excelencia Mocidade Exterior)– que puede contribuir a amortiguarlo. 

Y es que la oferta lanzada desde el Gobierno gallego en este sentido tiene dos objetivos muy claros. Por una parte, aprovechar el potencial de estos jóvenes para impulsar el desarrollo económico del país, y, por otra, frenar el efecto ‘despoblación’ que experimenta Galicia, sobre todo en el rural, que la aboca a enfrentarse en un futuro próximo a una sociedad envejecida. 

La comunidad autónoma “tiene un problema claro” y es que “la población está avanzando mucho en edad, pero no en volumen y hay pocos jóvenes”. A su modo de ver, “va a llegar un momento en el que no va a haber suficientes personas para abarcar” la oferta laboral existente, si bien es cierto que no abundan los “puestos cualificados”, más bien la mayor oferta se centra en “mano de obra”. Por eso, cuando se enteró de la propuesta “me impresionó”, porque sus objetivos son los que “necesita Galicia” en este momento, asegura.

Adrián Justo Carballal forma parte de esos jóvenes del exterior que se animaron a solicitar una beca BEME, en su caso, para complementar los estudios de Administración y Gastronomía que había realizado en México –a donde emigraron sus abuelos, naturales de Ponte Caldelas–, y que le permitió por entonces trasladarse a España a hacer prácticas, concretamente en el restaurante Pepe Vieira, en Pontevedra. 

Una vez tuvo conocimiento de la beca, se anotó en el máster de Desarrollo Económico e Innovación que se imparte en la Facultad de Económicas de Santiago de Compostela, pero, aunque “la experiencia fue muy agradable”, asegura, en su caso, la materia no se ajustó del todo a su demanda. Aprendió cosas, reconoce, sobre todo de investigación, pero sin utilidad para lo que es su formación específica. Pese a todo, está contento de haber participado en el proyecto académico, porque considera importante conseguir un máster en otro país.

Desde hace más de un año trabaja como comercial en Vigo para una empresa cuyo cometido es exportar e importar pescado, que luego reparte a otros clientes que se ocupan de distribuirlo a restaurantes, tiendas o conserveras.

“Me gusta el trabajo que hago y las posibilidades del sector son muy amplias, porque está en constante crecimiento”, dice, y añade: “En Galicia hay varias empresas” del sector y “llega mucho pescado a los puertos de Vigo y Marín”, entre otros. Destaca también el potencial de la empresa para la que trabaja, que es “reconocida”, “tiene unas posibilidades de crecimiento muy altas”, lo que le podría abrir todavía más las puertas en el plano profesional de cara al futuro. 

Esta circunstancia le anima a fijar sus expectativas laborales en Galicia, al menos de momento, donde ya residen sus abuelos, que, después de un tiempo en el país azteca, se animaron a retornar. Incluso sus padres, como ya hicieron en otros años durante la temporada estival, disfrutan de unos días de vacaciones en su tierra de origen tras dejar México por unos días, donde regentan negocios hoteleros, algo muy común entre los emigrantes gallegos en el país, que o bien se dedican a la hostelería o explotan gasolineras o mueblerías, matiza Adrián.

En su caso, por el momento, en Galicia se encuentra “bien”. “Mi familia está aquí y difícilmente me iré en un futuro próximo”, confirma, al tiempo que destaca algunas de las características que más le impresiona del noroeste peninsular, que son sus paisajes. “Son maravillosos en todas partes”, comenta. 

La “seguridad que transmite” Galicia es otra de las ventajas que presenta la región y a las que alude Adrián, quien pone el acento en el hecho de que pueda “caminar de noche y de madrugada” sin advertir peligro. Eso “te da una calma que no se puede comparar”, dice, en contraste con lo que se respira en México, donde “hay que tener un poco más de cuidado” cuando se sale a la calle, asegura.

Su experiencia le avala para recomendar a otros jóvenes de su generación y en situación similar a la suya a asumir la oferta que plantea la Xunta de Galicia en el apartado educativo, animando a los jóvenes del exterior a complementar sus estudios universitarios en cualquiera de las tres universidades gallegas. Porque, teniendo en cuenta el problema de despoblación existente, el Gobierno gallego “lo está haciendo bien” convocando estas becas que, por otra parte, apunta, “cada vez están mejor” y va mejorando en los procedimientos, que son cada vez “más ágiles”, concluye.