El nuevo cónsul adjunto envía un mensaje de aliento para los españoles en este país

Vicente Cacho López de la Calzada: “Para mí es un privilegio servir a todos los españoles que se encuentran en Venezuela”

‘Crónicas de la emigración’ mantuvo una franca conversación con Vicente Pedro Cacho López de la Calzada, nuevo cónsul adjunto del Consulado General de España en Caracas, quien tiene a su cargo la Sección de Nacionales, Pasaportes y Servicios Administrativos.Durante la entrevista dio a conocer sus opiniones sobre diversos temas, asegurando que “para mí es un privilegio servir a todos los españoles que se encuentran en Venezuela”.

Vicente Cacho López de la Calzada: “Para mí es un privilegio servir a todos los españoles que se encuentran en Venezuela”
VICENTE CACHO L‡PEZ DE LA CALZADA 2
Cacho López de la Calzada: “Tratamos de ofrecer una solución razonable para todas las situaciones que se nos plantean”.

‘Crónicas de la emigración’ mantuvo una franca conversación con Vicente Pedro Cacho López de la Calzada, nuevo cónsul adjunto del Consulado General de España en Caracas, quien tiene a su cargo la Sección de Nacionales, Pasaportes y Servicios Administrativos.

Desde el 1 de septiembre, Caracas es el quinto destino fuera de España para este diplomático de 47 años de edad. Abogado por la Universidad Complutense de Madrid, que ingresó en la Carrera Diplomática en 2006. Casado con una gallega de A Coruña, y con tres hijos en su haber.

Durante la entrevista dio a conocer sus opiniones sobre diversos temas, asegurando que “para mí es un privilegio servir a todos los españoles que se encuentran en Venezuela”.

Pregunta. ¿Cómo fue su llegada a Venezuela?

Respuesta. El aterrizaje, de momento, está siendo suave, sin sobresaltos en lo profesional ni en lo personal. Es verdad que existen enormes condicionamientos, que todos conocemos. Está el problema de la carestía de la vida, está el problema de la seguridad, está el problema de la escasez de combustible y está, sobre todo, el problema de la enorme inflación desatada que existe en este país. Todas estas son circunstancias que dificultan enormemente el día a día y yo creo que es el gran reto que uno se plantea en este puesto. Un reto que habrá que resolver haciendo gala del mismo ingenio, la misma astucia que nuestros connacionales, los hispano-venezolanos que viven aquí, que salen día a día de estas situaciones.

P. ¿Quién es Vicente Cacho, dónde nació y cuándo se graduó en la carrera diplomática?

R. Tengo 47 años y estoy casado con una gallega, de A Coruña, y por lo tanto soy gallego de adopción. Aunque yo soy madrileño de nacimiento. Tengo tres hijos, de 9, 8 y 7 años, y, de momento, debido a la situación Covid-19 en la que se encuentra el país, se han quedado todos ellos en A Coruña para atender presencialmente las clases. Estudié en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Empecé haciendo Derecho y Económicas y acabé haciendo solo Derecho, ya que mediada la carrera tuve clara mi vocación diplomática, y me centré en los idiomas, dejando de lado la parte de Económicas. Ingresé en la carrera diplomática en el año 2006. Mi primer destino fue Emiratos Árabes Unidos, en concreto Abu Dabi, donde pasé cuatro años. Allí ocupé la segunda jefatura de la Embajada. Estaba encargado de los asuntos consulares y además con una colonia de españoles creciente. Cuando llegué apenas había 3.000 y cuando me fui había 13.000 españoles. Estoy bastante familiarizado con los problemas de los españoles. Mi siguiente destino fue ante el Consejo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Ginebra (Suiza), donde pasé tres años en la representación permanente de España y tratando de defender los derechos humanos. Es un tema bastante relacionado con la actualidad venezolana por la reciente visita de la Alta Comisionada de Naciones Unidas (Michelle Bachelet Jeria) y por los dos informes demoledores. Con todas estas cuestiones estoy muy familiarizado. Después pasé un par de años en Madrid como subdirector adjunto de la Oficina de Asuntos de Gibraltar, intentando recuperar la última colonia que queda en territorio europeo. Finalmente, pasé al Caribe, un año en Santa Lucía, dos años en Trinidad y Tobago, y después aquí en el Consulado General de España en Caracas.

P. ¿Cuáles son los problemas más frecuentes que le plantean los usuarios del Consulado y cómo encontró su sección?

R. Los problemas más frecuentes que me plantean los españoles aquí son básicamente dos. En primer lugar, la creciente pobreza en la que se encuentran inmersos. Son muchos, cada vez más, los españoles que vienen al Consulado General pidiendo información acerca de las ayudas que podemos dispensarles. A este respecto, aprovecho para señalar que la ayuda principal se da a través de la Consejería de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social de la Embajada. Distintos tipos de ayudas, de carácter trimestral. Lo importante es que son periódicas y constantes en el tiempo. Las ayudas que damos aquí en el Consulado General son ayudas más puntuales y de menor cuantía. Son puntuales, una vez al año, siempre que se den las circunstancias. Ayudas de distinto tipo, como, por ejemplo, ayudas a la inhumación o a la incineración; ayudas para la repatriación, siempre que se haya nacido en España –esta ayuda es de carácter reintegrable–; ayudas a la subsistencia para los mayores de 65 años, siempre que no se tengan medios económicos; o la ayuda a los detenidos españoles, una ayuda de hasta 120 euros al mes. Y, finalmente, hay dos ayudas más: para la defensa legal, sobre todo en los casos de naturaleza penal, y ayudas extraordinarias, que se dan para hacer frente a una circunstancia puntual, sobre todo derivadas de situaciones como el robo o como los accidentes. Este es el primero de los grandes problemas que me están presentando en los dos meses que llevo en el Consulado General, y el segundo es una circunstancia derivada de la pandemia, la necesidad de proporcionar más citas para la atención de los españoles. Esta es una circunstancia que desgraciadamente se nos escapa de las manos ya que las autoridades locales nos piden trabajar con mínimos para evitar el contagio. No obstante, señalar que para la semana que viene hemos triplicado el número de citas para la concesión de pasaportes y esperemos que sea así de manera alterna, coincidiendo con las semanas flexibles y duras y de tal forma que se lleguen a dar hasta 100 citas al día de pasaporte en las semanas flexibles, en la semana dura menos citas. 

P. ¿Qué considera que debería mejorar el Consulado en su sección y también lo que planteaba el director general de Españoles en el Exterior y de Asuntos Consulares sobre la digitalización, sobre todo dirigido al Registro Civil la mayor parte?

R. Qué se puede mejorar; me temo que hay mucho margen para la mejora. Como en cualquier otra organización humana, compleja, hay cierto margen para la mejora. Se pueden recortar los tiempos para las citas, se pueden recortar los tiempos de espera en el tratamiento de las distintas gestiones que se nos piden y, sobre todo, se puede mejorar el trato a los administrados. Tratamos de ofrecer una solución razonable para todas las situaciones que se nos plantean, pero hay que tener en cuenta que existe una cierta imposibilidad de resolver cada uno de los problemas que los españoles nos plantean. Es demasiado variada la casuística de los problemas que nos plantean y nosotros tampoco somos un trasunto completo de la Administración española en Caracas. Pero, bueno, en la medida de lo posible estamos intentando resolver cada uno de los problemas que nos plantean.

P. ¿Con qué instituciones ha tomado contacto en este breve tiempo que lleva aquí en Venezuela?

R. Llegué el 1 de septiembre y apenas estamos a principios de noviembre, por lo que han sido nueve semanas de adaptación al país. Debido a la situación y a las restricciones de movilidad que hay, los contactos sociales han sido, desafortunadamente, muchos menos de los que me hubiera gustado tener. Por el momento, sólo han sido dos, con la Hermandad Gallega de Venezuela (HGV) y con el Hogar Canario Venezolano (HCV), ambos en Caracas. También he entrado en contacto, aunque sólo por teléfono, con el Centro Catalán de Caracas para organizar un encuentro el día 9 de diciembre. La intención, desde luego, es prodigarnos por los cuatro puntos cardinales de Venezuela los tres cónsules que estamos destinados en este puesto para llegar a todas las instituciones y a todas las hermandades de nacionales españoles en el país. 

P. ¿Qué puede decir de la Red Consular Honoraria y cuál será su primera visita fuera de Caracas?

R. La Red Consular es una de las más grandes con las que cuenta España a nivel mundial. Son 12 oficinas consulares honorarias distribuidas por todo el país –seis consulados honorarios: Anzoátegui (que atiende Sucre y recurrente a Monagas), Aragua, Bolívar (recurrente a Delta Amacuro); Carabobo (que atiende también a Cojedes), Lara (recurrente a Portuguesa y Yaracuy), Zulia; seis viceconsulados: Barinas (con atención para Apure y Amazonas), Falcón, Guárico, Mérida, Nueva Esparta y Táchira–. Cuenta además con personal administrativo, hasta 9 trabajadores administrativos, distribuidos entre los distintos consulados y viceconsulados honorarios, con el fin de prestar un mejor servicio a los españoles.

Sobre cuál será mi primera visita, estamos todavía planificando el primer semestre de 2021 en lo que se refiere a dispositivos de captahuellas y sacar el Consulado de Caracas y llevarlo fuera de la capital. Yo calculo, aunque dependerá en gran medida del número de solicitudes que recibamos para la renovación de pasaportes y para trámites relacionados con el Registro Civil, será o bien Lechería (Anzoátegui) o bien Maracaibo (Zulia) uno de mis primeros destinos. 

P. ¿Qué mensaje les envía a todos los españoles de Venezuela? 

R. El mensaje que yo querría trasladarles es que para mí es un privilegio servir a todos los españoles que se encuentran en Venezuela, bien directamente en este Consulado General de España en Caracas o bien indirectamente a través de los 12 consulados y viceconsulados honorarios distribuidos por todo el país. Quiero recalcar que me pongo a disposición de todos ellos. Y, aunque no será posible ofrecer una solución satisfactoria a todos los problemas que padecen los españoles, al menos ofrezco mi disponibilidad y mi buena voluntad para escucharles y para tratar de encontrar una solución adecuada a su situación. Que vaya por adelantado que no será posible para todos ellos, pero al menos sí se les dará la atención y el tiempo que cada uno de ellos precise. 

Mi mensaje final es de aliento para todos los españoles que se encuentran aquí. La gran mayoría de ellos están pasando por tiempos muy difíciles. Son muchos los nacionales que se han visto obligados a emigrar, a retornar a España y dejar esta maravillosa tierra. Así que vaya con ellos mi apoyo y mi reconocimiento por el enorme esfuerzo que están haciendo para mantener sus negocios y para mantener a sus familias.