La Federación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Argentina conmemora los 800 años de la Universidad de Salamanca

Este año, la Universidad de Salamanca (USAL) celebra sus 800 años y la Federación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Argentina se ha sumado a los festejos con un programa de actividades conmemorativas, desplegadas a lo largo de todo el 2018.

En esta oportunidad, la Federación, junto a la Casa de la Provincia de San Juan –cuya capital ‘San Juan de la Frontera’ fue fundada por el vallisoletano Juan Jufré de Loayza, en 1562–, presentó la obra ‘Diálogo de Sarmiento y Unamuno’, basada en el guión de Mónica Ottino y representada por los actores Hugo Halbrich y Daniel Miglioranza.

A modo de bienvenida, la Casa de San Juan recibió a los invitados con una visita guiada por la que fue antigua morada de Domingo Faustino Sarmiento. Una antigua casona de fachada neoitaliana, declarada Monumento Histórico Nacional, en la que residió con su familia Domingo Faustino Sarmiento, entre 1875 y 1888. Allí recibió a Dalmacio Vélez Sársfield, Bartolomé Mitre, Nicolás Avellaneda y Leandro N. Alem, entre otros personajes de la Argentina.

Tras la bienvenida de la directora de la casa provincial, María López de Herrera, la responsable de la comisión de Cultura de la Federación, Liliana Fuentes Astorga, agradeció la presencia de la directora del Museo Histórico Nacional Domingo Faustino Sarmiento, Virginia González, y de la titular de la Comisión de Cultura del Senado Argentino, Alejandrina Zunino.

Fuentes valoró asimismo la presencia del diplomático español David Izquierdo Ortiz; de la presidenta del Consejo de Residentes Españoles (CRE), Teresa Michelón Martínez; y del presidente de la Federación, Pedro Bello, entre otros directivos de casas regionales y público en general.

Al término de la representación teatral, la velada finalizó con un agasajo de empanadas de carne y vino tinto sanjuaninos, que se sirvieron en el patio de la morada sanjuanina.

De este modo, la Casa de la Provincia de San Juan en Buenos Aires, que conmemora este año el 130° aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento (San Juan – Argentina 1811 – Asunción, Paraguay 1888) se unió a la Federación castellana y Leonesa de Argentina para celebrar el octavo centenario de la fundación de la Universidad de Salamanca recordando a dos figuras dedicadas y comprometidas con la educación: Miguel de Unamuno y Domingo Faustino Sarmiento.

Ocho siglos de presencia

Si las academias de Bolonia y Oxford nacieron antes, la de Salamanca, en 1218, fue la primera en llamarse ‘Universitas’ (la totalidad de los conocimientos).

Entre sus paredes se acunó el derecho internacional y se propugnó la vida civilizada. Allí, conviven las ciencias y las letras; filosofía, astronomía, química y música, neurociencias y electrónica.

La Universidad de Salamanca también alberga la ‘Biblioteca Antigua’, la biblioteca pública más antigua de España y la primera del ámbito universitario en todo el continente.

En 1936, siendo rector de la Universidad Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) defendió la educación universitaria, ante el general franquista Millán Astray.

En un triste y recordado episodio público, en el que el profesor Francisco Maldonado (quien había atacado a Cataluña y el País Vasco) y el general José Millán Astray espetaron: “Muera la intelectualidad traidora. Viva la muerte”; Unamuno les respondió: “Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España”.

Por sus palabras, el régimen franquista le impuso reclusión domiciliaria y, dos meses más tarde, el 31 de diciembre, murió. Miguel de Unamuno es considerado como el escritor más culto de su generación.

Por otro lado, Domingo Faustino Sarmiento fue un destacado político, escritor, maestro, periodista, militar y estadista argentino. Gobernador de la provincia de San Juan entre 1862 y 1864 y presidente de la República Argentina entre 1868 y 1874. La contribución más notable de su presidencia fue sin duda su obra educativa. En ese breve período, se fundaron hasta ochocientas instituciones educativas en todo el país y se crearon las escuelas Naval y Militar.

Asimismo, dio un gran impulso al progreso del país impulsando la realización de las obras públicas y el desarrollo de infraestructuras, especialmente las destinadas al transporte (líneas férreas, navegación fluvial, tranvías urbanos) y a las comunicaciones (telégrafos y correos).

Tras dejar la presidencia, fue senador nacional entre 1874 y 1879 y ministro del Interior en 1879, entre otras cosas.