Opinión

¿Negligencia o fraude en el envío de la documentación electoral a los residentes en el exterior?

Español residente ausente con domicilio en Ginebra (Suiza) desde hace más de cuarenta años, me veo en la obligación de denunciar en mi nombre y en el de diversos otros compatriotas que afrontan el mismo o parecido caso de mal funcionamiento, fraude o negligencia calculada al poner en práctica los trámites en vigor según la ley, a fin de proveer a los españoles residentes en el exterior de la documentación necesaria  para
¿Negligencia o fraude en el envío de la documentación electoral a los residentes en el exterior?
Español residente ausente con domicilio en Ginebra (Suiza) desde hace más de cuarenta años, me veo en la obligación de denunciar en mi nombre y en el de diversos otros compatriotas que afrontan el mismo o parecido caso de mal funcionamiento, fraude o negligencia calculada al poner en práctica los trámites en vigor según la ley, a fin de proveer a los españoles residentes en el exterior de la documentación necesaria  para participar en las consultas electorales que tienen lugar en la metrópoli.
Por lo que a mí se refiere, debo explicar que en el curso de las tres últimas consultas electorales,  autonómicas y municipales de Galicia y actuales parlamentarias nacionales, no recibí la documentación necesaria para poder participar en las votaciones. Desconozco si mi situación en las dos consultas precedentes era un acontecer aislado, pero en el presente somos diversos compatriotas dispersos en la geografía nacional. Yo estoy inscrito en el censo electoral de Lugo y en el Consulado General de España en Ginebra con las mismas señas y dirección durante los últimos treinta años; confirmé la exactitud de las mismas, mediante sendas consultas a la sección del  ‘censo electoral’ del citado Consulado y a la oficina de estadística y censo electoral de la provincia de Lugo; en esta última me afirmaron que mi certificado de elector y requisitos adjuntos me habían sido remitidos por correo registrado, y me aconsejaron indagar en la estación de correos ginebrina correspondiente, cumplí su recomendación y tuve la oportunidad de comprobar que a mí no me enviaron nada de lo que reclamaba, y al mismo tiempo confirmar la seriedad y gentileza con que los funcionarios de correos ginebrinos tratan los temas postales.
Los emigrantes españoles podemos prescindir de misioneros electorales que nos visitan y solicitan nuestro voto, pero que en el fondo nos desprecian y pretenden manipularnos, y cuando no lo consiguen usan otras mañas.
Una vez se puede justificar una anormalidad, tres veces consecutivas son sospechosas de fraude. ¿Quién votará por nosotros los ignorados, y por quién?