Disfruta de una de las becas de FP que Educación concede a los gallegos en el exterior

Rhoana Gómez, una recién llegada de Brasil dispuesta a trabajar en relaciones internacionales en Galicia

Los jóvenes sueñan a menudo con salir del entorno familiar, conocer mundo, abrirse a nuevas culturas. Pero una cosa es soñar y otra muy distinta atreverse a dar el paso, algo que, en ocasiones, se logra con un ligero empujón, venga este del lado que venga.

Rhoana Gómez, una recién llegada de Brasil dispuesta a trabajar en relaciones internacionales en Galicia
Rhoana con Rueda
Rhoana Gómez, junto con el presidente Rueda, durante la presentación de la Estratexia Galicia Retorna en Ferrol.

A muchos gallegos que residen en el exterior, sobre todo en países de América Latina, ese empujón les llega en forma de becas para cursar estudios de Formación Profesional en centros educativos de Galicia, que aprovechan para hacer realidad su propósito de volar en solitario.

Rhoana Gómez Cuiñas, de 27 años y natural de Río de Janeiro, se inscribe dentro de ese grupo de personas jóvenes y con inquietudes a las que una beca de la Xunta les ha dado el impulso que necesitaba para abandonar su país e instalarse en Galicia. Viajar y conocer nuevos ambientes forma parte de sus anhelos, y este curso decidió aprovechar la ayuda del Gobierno gallego para estudiar Formación Profesional en la tierra de su abuelo materno, quien, siendo joven, emigró desde Pontevedra a Brasil.

Se trata de becas en las especialidades de albañilería y fontanería y de fontanería, calefacción, electricidad y telecomunicaciones, que la Consellería de Educación destina a jóvenes de edades comprendidas entre los 17 y 39 años, y que este curso se abrió a los residentes en el exterior dentro del programa ‘Retorna Mocidade FP’.

Dotadas de una cuantía de 6.500 euros, están pensadas no sólo para los emigrados, sino también para sus descendientes, favoreciendo su incorporación y la de sus hijos a los centros de la comunidad autónoma en los que se imparte Formación Profesional, así como su posterior acceso al mercado laboral.

De ellas se están beneficiando en el periodo educativo 2022-23 un total de 38 jóvenes, llegados de Argentina, Venezuela, Cuba, Uruguay, Paraguay, México y Brasil.

Rhoana Gómez, quien actualmente reside en Ferrol, se enteró de esta beca buceando en la página web del Gobierno gallego y se animó a solicitarla porque, en su fuero interno, “quería venir a España” para “conocer un poco más” la historia de su familia materna.

“Soy una persona a la que le gusta conocer la cultura de otros países”, declaró, el pasado mes de enero, a ‘Galicia en el Mundo’, durante la presentación en la capital de Ferrolterra de la segunda edición de la Estratexia Galicia Retorna.

De su interés por abrirse al mundo fue de donde le surgió su decisión de abandonar su Brasil natal para instalarse en la comunidad autónoma y buscarse en el nuevo entorno una salida profesional acorde con sus inquietudes.

Estudió Relaciones Internacionales en Río y completó una formación profesional de guía turístico, que “son las dos áreas que me interesan”, comenta, pero esta temporada recibe en Galicia nociones de fontanería y electricidad, que, según apunta, le pueden ayudar para realizar tareas domésticas en su vida diaria.

Y es que el deseo de esta joven en cuanto al apartado laboral está sobre todo centrado en trabajar en el mundo de las relaciones internacionales, y hacerlo en Galicia, ya que, su idea “es quedarse”, asegura, porque ve “una Galicia tranquila y con seguridad”, y aunque bien es cierto que le está costando adaptarse al clima –“Hace frío”, se queja– le está “gustando mucho”.

Rhoana se quedó fuera de aquella ‘expedición’ que hace bastantes años llevaron a cabo sus padres y su hermana al lugar de donde partió en su día el abuelo materno, porque “yo no había nacido entonces”, constata, y, como para resarcirse de las ventajas que aquella visita supuso para los otros miembros de su familia, se ha trasladado a Galicia, porque le “gusta conocer otras culturas y escuchar las historias que cuentan” sobre el lugar del que, como su abuelo, emigraron a América miles de personas desde finales del XIX. “Y por eso estoy acá”, porque “me gusta conocer el mundo”, apostilla.

Su decisión, como ocurre en la mayoría de los casos, no está exenta de un coste emocional, que deja en evidencia cuando se le pregunta por la posibilidad de que sus padres y su hermana se instalen también en Galicia. Lo cierto es que se lo “plantean”, sobre todo, “mi madre”, reconoce, pero no se han decidido todavía y eso le influye algo en su estado de ánimo. “Los echo de menos”, concluye.