La pintora pontevedresa Amelia Palacios muestra ‘Paisaxes na memoria’ en la Casa de Galicia en Madrid

Con el título de ‘Paisaxes na memoria’, la pintora pontevedresa Amelia Palacios inauguró este miércoles en la Casa de Galicia en Madrid una exposición de su obra, con la que se abrió la programación cultural de este nuevo año en la Casa. La muestra, que se exhibe en dos de las salas, podrá verse hasta el próximo día 31.

En la inauguración, la artista estuvo acompañada por el coordinador de Actividades Culturales de la Casa, Ramón Jiménez, quien se refirió a ella como “pintora de calidad” que encarna “el paradigma de la proyección cultural de esta Casa, en este caso en el ámbito de las exposiciones de arte”. “Me refiero al apoyo a los artistas jóvenes, gallegos, con vocación y además valía, trabajadores y rigurosos en lo que hacen; merecedores por lo tanto de recibir de nosotros el impulso de promoción necesario fuera de la Comunidad Autónoma, pues éste es precisamente uno de nuestros fines fundamentales, el de difundir la cultura de Galicia en la capital de España”, precisó.

Destacó también la madurez de la obra pese a la juventud de la artista, lo que consideró que pueda deberse a que “Amelia ha aprendido desde el momento en que nació el lenguaje de la pintura con la misma naturalidad que el de las palabras”, recordando que es hija de otro gran artista, Alex V. Palacios.

Por su parte, Palacios explicó que con el título de la exposición ha tratado de describir el espíritu de esta nueva muestra suya, en la que “reflexiono sobre la transformación de la luz, del tiempo y de la memoria, a través de paisajes abstractos, teñidos de misterio y ‘saudade”.

“Es la ‘saudade’ que sentí al vivir en Madrid, recordando Galicia. Y ahora, al vivir en Galicia, recordando Madrid. Aquí están los paisajes de esos recuerdos, o los recuerdos de esos paisajes. Paisajes íntimos (interpretados según el estado de ánimo). Paisajes efímeros y cotidianos. Paisajes eternos, que duraron sólo un instante”, expuso Palacios.

De esta saudade habla también el arquitecto César Portela en su texto de presentación del catálogo de la exposición, describiendo esta sensación compartida: “Aún recuerdo cuando, estudiando también Arquitectura en Madrid, en el mes de mayo cuando acudía a examinarme a la Escuela, salía de casa con la preocupación de aprobar y, por el camino de la Escuela y al bajar la cuesta del Paseo de la Ilustración, se me aparecía a lo lejos la Casa de Campo y se me nublaba la vista y sufría espejismos. Y entonces el bosque de pinos se mutaba en la Ría de Pontevedra surcada por barcos, de los más diversos tamaños y tipos, que navegaban en todas las direcciones y con ellos me llegaba una supuesta brisa marina y un fuerte olor a salitre que hacía que el aprobar pasara a un segundo plano y lo que ansiara fuera que se acabara el curso cuanto antes para volver a Galicia y sumergirme en el Mar”.