Llegado de Cuba, cursa un máster de Ciberseguridad en A Coruña

Miguel Alejandro Henríquez: “Recibir clases en una universidad gallega es lo que más se desea”

Llegado de Cuba, Miguel Alejandro Henríquez forma parte del grupo de 164 jóvenes del exterior que este curso se benefician de las becas BEME y que califica como "experiencia única". Ingeniero informático, estudia en el campus coruñés de Elviña un máster en Ciberseguridad que espera le permita quedarse en Galicia a Trabajar. Adaptarse al clima le llevó su tiempo, pero por lo demás, está haciendo amistades que "puede que queden para toda la vida", asegura.
Miguel Alejandro Henríquez: “Recibir clases en una universidad gallega es lo que más se desea”
Miguel Alejandro II
Miguel Alejandro, en el Museo Gaiás, el pasado 11 de febrero.

Galicia se ha convertido en lugar de referencia para los descendientes de gallegos en el exterior deseosos de ampliar sus estudios universitarios o de FP fuera de su lugar de nacimiento y también para aquellos que la han abandonado y desean retornar para seguir formándose en alguna de sus universidades. 

Jóvenes procedentes de Europa, pero sobre todo, de América, constituyen el amplio grupo de beneficiarios que en los últimos tres años pueden contar la experiencia de haber cursado estudios en Galicia gracias a las becas BEME, que concede la Xunta de Galicia, a través de la Secretaría Xeral de Emigración.

Entre ellos se encuentra Miguel Alejandro Henríquez Serrano, un joven descendiente de gallega, de Pedrafita do Cebreiro, que en el presente curso realiza un máster de Ciberseguridad en la Facultad de Informática de la Universidad de A Coruña.

Natural de La Habana (Cuba), estudió Ingeniería Informática en la capital caribeña, y hoy en día amplía sus conocimientos en un lugar bien alejado de su patria, no solo en lo que a distancia se refiere, sino también en cuanto a la cultura, las costumbres y las condiciones climáticas. 

“Viniendo de un país tropical como es Cuba, el clima en Galicia choca mucho, pero al final, uno se acostumbra”, asegura Miguel Alejandro. Para él, esa es “la parte dura” de su estancia en Galicia, que define como una “experiencia única”, ya que recibir clases en una universidad gallega “es lo que más se desea” en este caso, sostiene. Una vez superada la parte mala, que achaca solo al clima, lo demás, es incluso positivo. Porque durante la estancia en Galicia “conoces mucha gente y haces amistades que posiblemente te queden para el resto de tu vida”, añade.

Miguel Alejandro tuvo conocimiento de las becas BEME por internet y por su vinculación con la Sociedad Gallega de La Habana, a la que pertenece y que se ocupa de informar a la colectividad en el país caribeño de los programas de la Xunta para colaborar con la Galicia exterior. 

Los orígenes gallegos de su abuela están detrás de esta vinculación de Miguel Alejandro con la entidad y con todo lo que tiene que ver con Galicia. De ahí que, una vez conoció la noticia de que había sido seleccionado para disfrutar de la beca, “lo primero en que pensé fue en ir por fin al lugar de donde era mi abuela”, dice, y conocer “las costumbres y la cultura” que imperan en el lugar, tan distintas de las de Cuba.

Por lo grata que le está resultando la experiencia, su idea es quedarse en Galicia a trabajar y animar a otros jóvenes en su misma situación a que aprovechen la iniciativa de la Xunta y continúen su formación académica en la comunidad autónoma. De hecho, “conozco una persona que está en Cuba y que el año que viene quiere venir a Galicia a estudiar”, comenta el joven.