José María García revive en Montevideo en su particular museo la tradición de la Virgen del Faro, patrona de Bergantiños

Los medios de información dedicados al colectivo en Uruguay, ‘Glorias de España’, ‘Sedice’,  ‘España vale’ y ‘Crónicas de la Emigración’ han tenido una reunión con José María García en su museo gallego, con motivo de la proximidad del día de la virgen, el 8 de setiembre, y recibir  noticias de primera mano de lo que sucede en la comarca de Bergantiños en estos años de pandemia, con sus habitantes y la tradicional celebración de la Virgen del Faro.

Cada 8 de setiembre, los vecinos de Corme y Brantuas y la comarca de Bergantiños, en Galicia, son llamados a celebrar la procesión del día de la Virgen del Faro, patrona de Bergantiños.

Sin duda, Pepe García sintió la presencia de la virgen, ya que le atribuye a ella el milagro de haber salvado a su padre, internado en la Asociación Española en la sala 402, con una enfermedad muy grave. Avisado por los médicos de la gravedad y el inminente fallecimiento de su padre, Pepe acudió a ver a su padre, miró por la ventana hacia el mar y vio la imagen de la virgen. Se refregó los ojos pensando, estoy viendo algo irreal. Al darse la vuelta, su padre abrió los ojos. Pepe salió de la habitación y le dijo al doctor: “Mi padre no se muere”. Se recuperó y volvió a Galicia con su esposa hasta el fin de sus días. Desde esa fecha, en el año 1978, Pepe, junto a su esposa Fina, no ha faltado a la cuaresma año tras año a su pueblo natal. Sólo no ha podido ir en 2020 y 2021 por razón de la pandemia. Cuenta que en este 2021 se realiza la procesión, pero con un tractor llevando la virgen en un trailer detrás, para evitar las aglomeraciones. También la misa se celebrará a cielo abierto, fuera de la parroquia de San Julián.

Un santo custodia a la Virgen del Faro

El ‘Santito de la escopeta’ es un invento de José María García, que encontró una figura vieja de un ‘San Roque’, que tenía una paloma en una mano y en la otra un roscón. Lo mandó restaurar a Santiago de Compostela y le pusieron esa escopeta para así transformarlo en el vigilante de la virgen. Desde ese tiempo, el ‘santño da escopeta’ es llevado en cada procesión por un grupo de niñas con sus trajes típicos detrás de la virgen.