Ivanna Fanin comparte su experiencia en las BEME con conocidos de ascendencia gallega para que “aprovechen” la oportunidad

Argentina está sembrada de norte a sur de gallegos emigrados que han sabido conservar en el lugar de acogida sus más arraigadas tradiciones. Transmitirlas en el seno familiar iba de suyo en tiempos en los que el recuerdo de la patria estaba todavía reciente, y hoy son sus descendientes los que recogen los frutos de la transmisión de unas costumbres que les enseñaron a educar paladares y moverse al ritmo de canciones y bailes típicos de Galicia.

Ivanna Fanin, natural de la Patagonia, así lo recuerda durante el acto de entrega de los diplomas que la Xunta concede a los gallegos del exterior que se benefician de una beca BEME, lo que tuvo lugar en Santiago el pasado día 18 de junio.

Nieta de gallega emigrada a Argentina desde Camariñas, Ivanna se recuerda comienzo “empanada gallega” y viendo “el canal” autonómico desde la zona más meridional de América del Sur. También empapándose de la cultura y las tradiciones de Galicia en el Centro Gallego al que su abuela las vinculó a ella y a su madre. Ambas eran “muy partícipes” en las actividades que se organizaban, asegura, e incluso ella misma también se involucró con la entidad, movida por el fuerte “vínculo” que creó con su abuela. Gracias a ella, Galicia estuvo siempre muy presente en el día a día de esa familia, pero la iniciativa que el Gobierno gallego puso en marcha hace ocho años para conceder becas a los descendientes de la diáspora, le ofrece la oportunidad de profundizar más en la idiosincrasia de la comunidad autónoma.

Como antaño en la Patagonia, Ivanna Fanin, que estudió Administración en Argentina, continúa “comiendo empanada gallega” y “viendo la TVG”, ahora en el propio territorio, gracias a haberse matriculado en el máster de ‘Técnicas Estadísticas’, que se imparte en la Universidad de Vigo (UVigo).

La especialidad que escogió consta de 90 créditos, lo que le obliga a formarse durante año y medio, pero la experiencia, que comparte con el resto de beneficiarios de las becas –son 250 en total–, la califica de “hermosa” y “muy enriquecedora”, y a Galicia, de “mucho más linda de lo que esperaba y había visto”, se supone que en fotografías y videos, porque “no había venido nunca” hasta este momento.

A sus 39 años, esta nieta de gallega emigrada asegura que su idea es “seguir estudiando” y poder “terminar” el máster –de los más largos de cuantos se ofertan en este programa–, mientras dice estar a expensas de lo que “le depare el futuro”. En principio, “no tengo planes de volver”, afirma.

Respecto a esta iniciativa que puso en marcha la Xunta para colaborar en la ampliación de estudios de los jóvenes gallegos que residen fuera, así como de los descendientes de los emigrados, le resulta “interesante”, asevera, más todavía si se tiene en cuenta “el contexto demográfico de Galicia”, que demanda la llegada de personas del exterior para hacer frente a los desajustes de población, motivados por el envejecimiento y la baja natalidad.

Entusiasmada con la experiencia, “estoy tratando de enganchar a mi hermano”, dice, para que se anime a solicitar una BEME, pero también la comparte con conocidos “que tienen ascendencia” gallega, para que “aprovechen” la oportunidad.

Las becas BEME, que concede la Secretaría Xeral de Emigración de la Xunta desde el curso 2017-2018, al amparo de la Estratexia Galicia Retorna, están pensadas para acercar a la comunidad autónoma a los gallegos en el exterior o a los descendientes de emigrados, con estudios universitarios, que están dispuestos a estudiar un máster para ampliar su formación en una de las tres universidades públicas de Galicia: Santiago, A Coruña y Vigo. El número de plazas disponibles se sitúa en la actualidad en 250 por año y la cuantía de las ayudas oscila entre los 8.000 y los 12.500 euros, dependiendo del número de créditos del máster y del lugar de procedencia de los beneficiarios.