Fantasea con trasladarse a Vigo a finales de año para trabajar con su amigo Magalhães

La galería viguesa Carlos Alpide ocupa dos salas con obras del pintor argentino Rubén Borré

La galería Carlos Alpide, en Vigo, dispone dos salas con obras del pintor argentino Rubén Borré que forman parte de su colección y de la del también amigo y pintor Javier Magalhães, promotor de la muestra.
La galería viguesa Carlos Alpide ocupa dos salas con obras del pintor argentino Rubén Borré
Magalhaes-Galeria Alpide 1
Javier Magalhães señala una fotografía, que forma parte de la exposición, en la que está él junto a Rubén Borré.

La exposición, de la que Borré se siente agradecido por el “cobijo” que se le da a su obra después de un tiempo de pandemia, consta de “dibujos en tinta que tenía el galerista”, confiesa el artista desde Buenos Aires, así como de otras que son propiedad de Malgalhães, entre las que sobresale la temática del circo. 

“Yo suelo repetir esa temática, porque mi viejo estuvo ligado al circo” y la afición por ese arte debe ser “para sacarme algún fantasma”, confiesa Borré, a quien la mitología de meterse en el taller le suena a solitario. “Yo creo que uno trabaja para sacarse los fantasmas, los deseos y las necesidades internas”, comenta, y destaca sus “dibujos y las tintas figurativas”, que, en su caso, “siempre tienen un relato”. La práctica la hereda de su trabajo con ilustraciones para libros, para poetas.

“Yo no he parado nunca”, ni en tiempos de pandemia, confiesa, y “me gusta mostrar esa pequeña cuota de riesgo, de creatividad”, porque “uno muestra no para el gusto social, sino para el riesgo, ya que la posibilidad de entrega que uno tiene, sino la muestra, si la guarda en un taller, es un poco frustrante”, asegura. 

Borré trabaja actualmente ilustrando dos libros de poemas y una escultura con la que quiere rendir un homenaje a las abuelas de la Plaza de Mayo, que denuncian la desaparición de sus descendientes durante la dictadura de Videla. La escultura se va a instalar en un parque bonaerense en el que también luce una obra de Magalhães, con quien le gustaría hacer algo en conjunto.

Su idea es desplazarse a Vigo a final de año y con ello fantasea. Con ello y con la idea de copiar a su amigo –dice, en tono de broma–, porque él da por buena la teoría del maestro que creía en los “permeables”. 

En el momento de la conversación también ultimaba una muestra que iba a ser inaugurada en una intendencia de General Rodríguez, cerca de Buenos Aires.

Tras la pandemia, “arranqué de nuevo con las muestras presenciales”, confiesa el artista, que de trabajar no ha dejado nunca.