Está considerado el gran epistológrafo con la Galicia del exterior

El Día das Letras 2023 rinde homenaje a Francisco Fernández del Riego, el informador para la diáspora

El 60º aniversario del Día das Letras Galegas rinde homenaje a uno de sus principales inspiradores, el intelectual galleguista Francisco Fernández del Riego, quien, a partir de los años 30, jugó un papel destacado como informador para la diáspora y por el intercambio epistolar con los gallegos en el exilio durante la dictadura española. Impulsor de la labor creativa del momento, conocida es la correspondencia que mantuvo con Luis Seoane, a quien le solicitaba el envío de las novedades editoriales que se publicaban en Buenos Aires para que pudieran ser difundidas también en Galicia.
El Día das Letras 2023 rinde homenaje a Francisco Fernández del Riego, el informador para la diáspora
10.Fernandez del Riego-Buenos Aires 1954
Fernández del Riego rinde homenaje ante la tumba de Castelao en el cementerio bonaerense de la Chacarita en 1954.

Hubo un tiempo en que la correspondencia epistolar se presentaba como el único medio para establecer la comunicación en la distancia. Ese tiempo generó documentos y cartas de incalculable valor para recuperar la historia de periodos como el que marcó a toda una generación de escritores, pintores, escultores, artistas; en definitiva, intelectuales con un proyecto para Galicia, que se vio truncado por la guerra civil española y, posteriormente, por la dictadura.

El homenajeado este año por el Día das Letras Galegas, Francisco Fernández del Riego (Vilanova de Lourenzá, Lugo, 1913-Vigo, 2010), y Luis Seoane –junto con Castelao, el máximo exponente de la cultura gallega del siglo pasado, ambos en el exilio– mantuvieron a partir de 1948 un intercambio constante de misivas que sirven de fuente para adentrarse en las inquietudes personales de este nutrido grupo de intelectuales gallegos y en las conexiones que se generaron entre todos ellos desde uno y otro otro lado del mundo.

Eduardo Blanco Amor, Luis Pita, Florencio Delgado Gurriarán, Ramón Otero Pedrayo, Rafael Dieste, Valentín Paz Andrade, Virxilio Blanco, Antonio Maside, José Otero Espasandín, Laxeiro o Xulia Minguillón son algunos de los que forman parte del círculo creado por Fernández del Riego, en el que sobresale la relación con Seoane; una relación de amistad basada en la lealtad que, nunca mejor dicho, traspasó fronteras. Bajo ese paraguas, ambos se procuraban colaboración y a través de las cartas se desahogaban de sus anhelos y desesperanzas, en el caso de Seoane, rayanas en la depresión. La conexión fue tal que Del Riego llegó a ser corresponsal de la revista ‘Galicia’, del Centro Gallego de Buenos Aires, por intermediación de su amigo. 

La relación les venía de los años en que ambos cursaban Derecho en Santiago de Compostela, de compartir ideario político y de su amor por el arte. Pero, con el estallido de la guerra, uno optó por el territorio, mientras el otro eligió el exilio. 

Pasaron diez años desde entonces hasta que Del Riego envió la primera carta a Seoane. Él, que nunca se había considerado un creador, sí fue un impulsor del trabajo creativo de los artistas y escritores del momento y para cumplir tal misión –según se refleja en las cartas–, reclamaba a su amigo las novedades editoriales de la cultura gallega que se estaban publicando al otro lado del mundo, con la intención de que “tengan noticias de ellas por aquí”. Pero, además, tanteaba una salida editorial en Buenos Aires para su Historia de la Litetatura Gallega.

Los escritos de Seoane iban en la línea de quien ve desperdiciado el momento por la escasa repercusión de su obra creativa entre los gallegos emigrados a Buenos Aires. “Trabajamos en medio de la indiferencia terrible de esta colectividad”, le comenta a Del Riego en una carta de diciembre de 1948. En el envío de enero de 1950 se muestra deseoso de volver a Galicia, pero es la coyuntura política la que le impide hacer realidad su sueño, que trata de maquillar viajando a Europa para exponer su obra en Londres. Busca y halla contactos para ello en su amigo, con el que tiene la oportunidad de reunirse durante la escala en Vigo con motivo del viaje de vuelta. Al encuentro acuden otros artistas del momento, como Laxeiro, al que ambos elogian en sus cartas por la originalidad de su obra.

En el año 1954, una vez que obtiene el pasaporte, Fernández del Riego viaja a Buenos Aires, donde se produce el emocionante encuentro entre los dos amigos y también con el resto de intelectuales gallegos en la capital argentina, que fue el gran núcleo de la cultura gallega en esos años. “Llego en primera visita a esta Galicia nueva que se fue forjando con energía y saudade en el mismo corazón de la Pampa”, resalta, en su primer discurso.

La visita se produce cuatro años después del fallecimiento de Castelao –suceso que ocasionó una gran conmoción a todos ellos–, lo que le lleva al cementerio de la Chacarita para leer un discurso ante su tumba y reforzar la figura del gran galleguista.

Francisco Fernández del Riego está considerado como el gran epistológrafo de Galicia y al decir del expresidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares, “fue una persona esencial en el proceso de restauración de las redes que ya existían antes y que la guerra tronzó”. 

Su vinculación con la Galicia del exterior parte de los años 30, cuando se convirtió en el principal informador de la cultura y actualidad gallegas para los colectivos de la diáspora.

De 1932 a 1934 colaboró en el periódico ‘Galicia’, boletín de la Federación de Sociedades Gallegas, y en ‘A Fouce’, ambos en Buenos Aires. En 1935 escribió para ‘O Irmandiño’ de Montevideo. A partir de 1946, a instancias de Seoane, inició una colaboración periódica para la revista ‘Galicia’, del Centro Gallego de Buenos Aires, con entrevistas a personas que comenzaban a destacar: poetas, empresarios, profesores e incluso represaliados.

También en Europa, a través de la BBC de Londres, se convierte en transmisor de la cultura gallega, ya que, entre 1947 y 1956, participa, junto con otros compañeros, en las emisiones en gallego de la cadena televisiva.

Al cumplirse el 60º aniversario del Día das Letras Galegas, la Real Academia Galega (RAG) reservó la efeméride para resaltar la figura de uno de sus principales inspiradores al tiempo que baluarte de las letras y del arte gallego.



El “puente entre la Galicia del interior y la de más allá del mar”

Miembro de la nueva generación de intelectuales que dieron continuidad al ideario del Grupo Nós, uno de los fundadores de la Editorial Galaxia, miembro de número de la Real Academia Galega, integrante del Partido Galeguista, profesor de Derecho Civil de la Universidad de Santiago de Compostela, escritor, ensayista, coleccionista de arte, cofundador de la revista ‘Grial’. Esas y otras ocupaciones colmaron la vida de Francisco Fernández del Riego, un personaje del que se decía que siempre veía el vaso medio lleno y que, precisamente por ese motivo, fue capaz de acometer tantas tareas al mismo tiempo, y con tanto entusiasmo. 

Este 17 de mayo, la Real Academia Galega (RAG) dedica el Día das Letras al hombre que destacó por su labor de “puente entre la Galicia del interior y la de más allá del mar”.

Fue precisamente en América donde publicó su primer libro, ‘Cos ollos no noso esprito’, y en la década de los 50 participó “muy activamente –según la RAG– en los diferentes proyectos que buscaban la recuperación del proceso cultural de Galicia”.

“Francisco Fernández del Riego fue un luchador cultural incansable que se llegó a convertir en una auténtica institución del país, respetado por todos y abierto a las diversas manifestaciones del galleguismo”, destacó la Academia, que lo describe como un hombre “lleno de deseos renovadores” que contaba con una “sólida historia de compromiso con la lengua y la cultura gallegas y la modernidad”.

Su correspondencia con Luis Seoane lo muestra, según la RAG, como una persona con un “talante abierto y dialogante”, lo que, “junto con su autoridad intelectual e inquebrantable entusiasmo, consiguieron mantener vivo un hilo de entendimiento entre esas dos maneras de vivir la galleguidad”.

Su nombramiento como presidente de la RAG, en 1997, significó “un cambio radical en las actividades de esta institución, que se reactivaron significativamente”, argumenta la institución.