Representantes de la Embajada y Consulado de España en Venezuela visitan Mérida

Siguiendo el periplo de visitas a las sedes consulares honoríficas del país, los representantes de la Embajada y del Consulado General de España visitaron Mérida para conocer de primera mano sobre la pequeña, pero selecta y variada comunidad de españoles.
Representantes de la Embajada y Consulado de España en Venezuela visitan Mérida
Españolas enraizadas en Mérida.

Siguiendo el periplo de visitas a las sedes consulares honoríficas del país, los representantes de la Embajada y del Consulado General de España, después de hacer la correspondiente visita a Barquisimeto (Lara), decidieron temprano, un día domingo, por carro, tomar la Lara-Zulia, desviarse en Puente Torres, y por los Llanos de Monay, llegar a Valera (Trujillo), para iniciar la travesía de los Andes venezolanos por el Pico del Águila, que, con más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar, supera al Mulhacén, de la Sierra Nevada granadina (Andalucía) y al Pico Teide tinerfeño (Canarias), las cimas más altas de España. No se tomaron el ‘calentaíto’ de hierbas parameras, pero se colmaron de paisajes de belleza poco comunes, salpicados de pintorescos pueblos, que no impidió que algunos arribasen, atolondrados, por efecto de la altura y las curvas, ya con el sol escondido, a Mérida.
El descanso en una plácida noche merideña los puso a punto para afrontar los planes que los trajo a los Andes, como era conocer de primera mano sobre la pequeña, pero selecta y variada comunidad de españoles, que, dispersa, comenzó a asentarse en el estado Mérida, en los años 40 del siglo pasado, y que con sus descendientes alcanzan varios cientos de personas, así como de otras acciones, de la alta política, que serían tratadas con las autoridades regionales, recién instaladas en la “Ciudad de los Caballeros”.
Así fue como, por la mañana, el embajador Antonio Pérez-Hernández y Torra, con su consejero económico y comercial (Genaro González Palacios), y el consejero de Interior (Félix Díaz Fuentes), fueron recibidos por el gobernador del estado, Alexis Ramírez Márquez, y trataron, entre otras cosas, sobre la conclusión del sistema del transporte colectivo, Trolmérida, que, puesto en funcionamiento en 2005, solo llega hasta el final del inoperante aeropuerto para las líneas aéreas comerciales ‘Alberto Carnevalli’, después de eliminar la doble vía de bajada de la Avenida 16 de Septiembre. Queda por resolver lo del paso por el casco viejo de la ciudad para llevar el ‘Trol’ a la Hechicera, en donde se encuentra el mayor Núcleo de la Universidad de los Andes (ULA).
España colaboró con las unidades de transporte que llegaron mucho antes a las que del trazado existente se inaugurase, ocasionándose el deterioro de algunas de ellas. Hablaron también sobre la recolección de los residuos sólidos, en la que, al parecer, se participó en el pasado, con unidades compactadoras, y que en este momento son recogidos por camiones volteos, llenados por tractores con palas mecánicas. Tocaron el tema del turismo y muchas otras cosas. El embajador se llevó buena información.
Por su parte, el cónsul general, Paulino González Fernández-Corugedo, en la sede del Viceconsulado Honorario, ubicado en el Edificio Atrium, realizó la toma de huellas dactilares de españoles en los estados andinos, para, así, facilitar la expedición y renovación de pasaportes, y comunicó innovaciones para la obtención de documentos de interés para los alejados de la patria nativa.
El consejero de Empleo y Seguridad Social, el paisano Juan San Genaro Santana Reyes, atendió a algunos españoles que reciben ayudas económicas, así como  a aquellos que están interesados por los viajes del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales).
Ya en la tarde, antes de las siete, las autoridades recibían y atendían a las fuerzas vivas de las organizaciones de origen español presentes en Mérida, en el salón de reuniones de un conocido restaurante de la ciudad, como son la Fundación Hispano Merideña (FHM), Hogar Canario de Mérida (UCM) y Fundación Canario Merideña (FUNCAMER), de nueva data, con el fin de compartir un ratito con los suyos.
Se habló de cosas sencillas, de cuántos años en Venezuela, la procedencia de cada uno, la familia. Algunos de los componentes de las autoridades estaban gratamente impresionados de la altura de las montañas, la belleza de sus paisajes y la tranquilidad con respecto a otros lugares de este gran país.
Cuando se alcanzó un número razonable de presentes, se tomaron los asientos y se siguió el protocolo pautado, con la apertura del encuentro, la bienvenida por parte de la presidenta de FUNCAMER, la intervención de un grupo de baile flamenco, para entrar de lleno en el objetivo del acto, que fue por parte de la Embajada visitar a los paisanos en su salsa, y presentar a todos los componentes ejecutivos que contribuyen a defender los intereses de los españoles en Venezuela, que lo hicieron cada uno de viva voz.
La reunión se prolongó luego con unos vinos y canapés, y fue el momento de recordar. Y para muchos son mucho más las cosas que “recuerdan de aquí que de allá”.