El Instituto de la Mujer prepara un estudio sobre la situación de la emigración femenina
Las mujeres emigrantes son “las grandes olvidadas” por la historia, pese a que fueron el “soporte para amortiguar el coste emocional y afectivo que suponía la ruptura con la propia tierra”, dijo la pasada semana la directora general del Instituto de la Mujer, Laura Seara, en la mesa redonda en la que se ahondó en la presencia de las instituciones públicas españolas en el exterior. Por ese motivo, y para “recuperar” el papel de la mujer en la sociedad y hacer visible su aportación –“porque de lo que no se habla, no existe”, aseguró– el Instituto trabaja en un macroestudio en el que se analiza la situación actual de este colectivo.
Las mujeres de la emigración vivieron siempre en un segundo plano, pero, curiosamente, ellas fueron las “impulsoras de las primeras redes sociales en el exterior”, con la creación de “centros de relación y aglutinamiento” de emigrantes, apuntó Laura Seara durante su comparecencia en la mesa redonda para proporcionar un enfoque sobre la aportación de las instituciones públicas en el espacio internacional, incluida en el seminario sobre la ‘Presencia española en el exterior’.
Seara, que se definió como una persona “muy ligada a la emigración”, no sólo por lazos familiares, sino también por su trayectoria política, centró su intervención en el ámbito de la mujer y de un modo especial, en el de la mujer emigrante, que, en la mayoría de los casos, viajó por razones económicas o de reagrupamiento familiar, pero que se convirtió en “referente para otras mujeres” que lo que querían era abandonar España para encontrar un empleo. “Algunas no recuerdan ninguna etapa en la que no hubieran estado trabajando”, recordó la directora general, quien hizo hincapié en los casos de esas otras mujeres, menos estereotipadas, las cuales, sobre todo en los años 60, tomaron la decisión de abandonar España y establecerse en Europa para estudiar, ejercer una profesión, desarrollarse como emprendedoras o aliviar el control de la sociedad española.
Hoy en día existen “muchas mujeres trabajando y viviendo en Londres y en París”, dijo Seara, y el Instituto se propone analizar su situación, porque constituyen un “capital interesante y nos interesa trabajar con él”, apostilló.
Entre los proyectos de su departamento, además de este macroestudio sobre la situación de la emigración femenina, aludió a la puesta en marcha de una exposición divulgativa sobre el papel de la mujer de la diáspora, que recorrerá ciudades españoles, europeas y de Iberoamérica durante el primer semestre de este año.
A esta iniciativa se añaden programas para los retornados, jornadas, debates, congresos y un programa de cine, que ya se puso en marcha. Se trata de cine español hecho por mujeres y para mujeres con el objeto de generar debates en torno al género femenino.
En la mesa redonda –moderada por el catedrático de la Universidad de Santiago de Compostela Fausto Dopico–, la directora general del Instituto de la Mujer estuvo acompañada por Ana Martínez Fernández, subdirectora general de Cooperación Interior y Exterior del Instituto de la Juventud (Injuve); Isabel Herranz, jefa del departamento de Recursos Humanos, Conciliación y Servicios Generales de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid); Carmen Pérez-Fragero, secretaria general del Instituto Cervantes; y Teresa Aguado, vicerrectora de Internacionalización y Cooperación de la UNED. Todas ellas fueron desgranando aspectos que definen la actuación en el exterior de las instituciones públicas que representan.
Juventud
La subdirectora del Instituto de la Juventud se refirió a la existencia de un programa de jóvenes cooperantes, que se desarrolla desde 1989 y que aglutina a jóvenes de hasta los 30 años en situación de desempleo.
Así mismo, aludió a la puesta en marcha de una red de servicio de información juvenil en el exterior, que funciona desde 2006 y centraliza los sistemas para conocer las posibilidades que se ofrecen a este colectivo.
Ana Martínez también dio a conocer otras de las iniciativas del Instituto, entre las que destacó el ‘Programa Itinerancias’, ‘Juventud en acción’ –para conocer la cultura del entorno–, y otro de creadores en los ámbitos musical, literario, audiovisual, comic e ilustración.
Cooperación internacional
En el apartado de cooperación internacional, Isabel Herranz desgranó algunos de los fines de la Agencia que dirige (Aecid), que fue creada en 2007, entre los que citó: contribuir a la reducción de la pobreza, impulsar el desarrollo humano, contribuir a la paz, promover la cohesión social, promover la igualdad de género y la acción humanitaria y sensibilizar y educar para el desarrollo cultural.
Con un presupuesto de 900 millones de euros, la Aecid contempla como principios la inclusión social, la promoción de los derechos humanos y el respeto a la diversidad cultural, entre otros.
Para llevar a cabo su misión, Herranz comentó que disponen de 15 centros culturales, 6 centros de formación y 44 oficinas técnicas de cooperación repartidos por América Latina, Asia (Afganistán, entre otros) y Africa (Angola, Argelia y Egipto).