Gabilondo y Caldera entregaron los premios del II Certamen Literario Ramón Rubial
El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, presidió el pasado jueves la entrega de los premios del II Certamen Literario Ramón Rubial, que otorga la Fundación Ideas junto a su vicepresidente, Jesús Caldera. “Sin literatura y sin pensamiento, no hay posibilidades para la política”, asuguró Gabilondo, que entregó el primer premio a María García Campelo por su novela ‘Estuvimos cantando’. Caldera se encargó de entregar el accésit a ‘La novena ola’, de Dolores Soler-Espiauba.
El titular de Educación afirmó que la literatura es una “gran reconciliación”, por ello pidió que sea una “fiesta de la literatura”, ya que “sin literatura y sin pensamiento, no hay posibilidades para la política”. Concluyó su intervención con un guiño a los asistentes: “Ya ven que ni siquiera les he hablado de los logros del Gobierno”.
Gabilondo estuvo acompañado por Jesús Caldera, vicepresidente de la Fundación Ideas y ex ministro de Trabajo, quien se encargó de entregar el accésit del certamen a ‘La novena ola’, de Dolores Soler-Espiauba.
“Los españoles llevamos varias cicatrices en el cuerpo, entre ellas, la de la emigración”, aseguró Caldera, para quien la importancia del Certamen más que los premios es que se reconoce un “testimonio permanente” para la historia española.
Caldera recordó que las remesas monetarias que mandaban los españoles a casa, junto a la eclosión del turismo, fue el puntal que permitió equilibrar la balanza comercial de España en las décadas de los 60 y 70, al margen de su innegable contribución a la paulatina apertura del Régimen franquista y, en definitiva, a la Transición a la Democracia.
Los premios, que reconocen trabajos literarios sobre emigración y exilio español, los otorga la Fundación Ideas y el Instituto Ramón Rubial-Españoles en el Mundo, que centra sus actividades en la promoción y defensa de los españoles en el exterior y de los ciudadanos de otras nacionalidades en España.
El acto de entrega estuvo presentado por el periodista Pedro Blanco y también participó en él la directora general de la Ciudadanía Española en el Exterior, Pilar Pin, y la directora del Instituto Ramón Rubial, Jimena Sanclemente.
El jurado estuvo formado por el escritor Juan Cruz, la periodista y escritora Mari Pau Domínguez y los periodistas Félix Santos y Montserrat Domínguez. El primer premio está dotado con 3.000 euros y el accésit, con 1.000.
La ganadora, María García Campelo, explicó que su novela estaba escrita para ella misma, ya que está basada en su propia emigración de España en los años 50 cuando viajó a Argentina, donde reside actualmente, desde Cambre (A Coruña). Aseguró que en Argentina le ha ido “bien”, pero siempre tenía “algo en otro lado” y ese lado es su “lugar”. Campelo destacó la dureza de la aclimatación y relató que, en los años ochenta, fue obligada a asumir la nacionalidad argentina, renunciando jurídicamente a la española, que ahora pretende recuperar.
Obras ambientadas en Galicia
Tanto ‘Estuvimos cantando’ como ‘La novena ola’ están ambientadas en Galicia, si bien en épocas diferentes, pero con el trasfondo de la emigración y el exilio tras la Guerra Civil, aunque desde diferentes visiones: la de una niña que se ve obligada a abandonar su casa y la de una nieta de exiliados que vuelve a la tierra de sus abuelos.
En este sentido, la autora de ‘La novena ola’, Dolores Soler-Espiauba –autora de decenas de relatos sobre emigración–, celebró que en estos premios se haya reconocido la representación de Galicia en un sentido “no peyorativo”, en referencia a las declaraciones que Rosa Díez, líder de UPyD, hizo sobre el término “gallego” en su sentido –dijo– “más peyorativo”.
Jimena Sanclemente destacó la cantidad y calidad de las obras presentadas e incidió en que supone una forma más de difundir valores como la solidaridad, la defensa del espíritu humanista, la promoción universal de los derechos humanos, el compromiso con la libertad y la lucha contra cualquier tipo de represión, “los cuales inspiraron en su día a Ramón Rubial y a Carmen García Bloise para crear una plataforma de apoyo a los ciudadanos que, por circunstancias, no siempre queridas, viven y trabajan lejos de su tierra”.
El espíritu del Certamen
El Certamen Literario Ramón Rubial, que este año celebró su segunda edición, pretende rescatar del olvido relatos sobre el exilio y la emigración española y contribuir a la preservación de su memoria. Organizado por el Instituto Ramón Rubial, dependiente de la Fundación Ideas, este año ha recibido cientos de relatos, los cuales son archivados para contribuir a la conservación de la historia sobre la ciudadanía española en el exterior.
Este Certamen es una convocatoria abierta a todos los españoles o descendientes de éstos que residan en el exterior o retornados a España. Las obras deben ser en lengua castellana, y es requisito imprescindible que sean originales e inéditas, no premiadas o pendientes de fallo en otros concursos. El tema de los relatos debe versar sobre el exilio o la emigración de ciudadanos españoles.
Biografía de las autoras
María García Campelo, ganadora del primer premio de esta edición, nació en Cambre, A Coruña, en mayo de 1940. Fue la cuarta hija de Emilia Campelo García y José García Vázquez.
Viajó a la Argentina con sus padres en 1951. Completó sus estudios primarios y a los 13 años comenzó a trabajar en una peluquería. En 1960 se casó con un argentino, Ariel Lilio Cámere. Inició sus estudios secundarios para seguir con los terciarios hasta recibirse de profesora de Historia. Trabajó en escuelas secundarias estatales y privadas hasta jubilarse en el año 2008.
En 1998 viajó a Galicia y visitó Cambre. Allí encontró la casa donde nació y comprobó que parte del entorno se mantenía idéntico a su recuerdo. Actualmente vive en Adrogué, Provincia de Buenos Aires. Concurre a un taller literario desde hace unos años. Su nieto de siete años es el más ferviente admirador de su tarea literaria y suele acompañarla cuando recibe un premio o una mención.
Dolores Soler-Espiauba Conesa nació en Cartagena, estudió Filología Románica y Filología Germánica en la Universidad Complutense de Madrid, donde residió durante 18 años.
Después de haber ejercido como profesora de Español en Varsovia y Lisboa, y después de 20 años de enseñanza del Español como Lengua Extranjera en las Instituciones de la Unión Europea en Bruselas, Comisión y Consejo, trabaja actualmente en la Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera, colaborando con varias universidades españolas y extranjeras (Master de la UNED, Instituto Cervantes, ISA de La Habana, etc.).
Colabora con varias editoriales españolas y extranjeras en la producción de material didáctico para la enseñanza del español. En el terreno de la narrativa, ha publicado varias novelas y numerosos relatos en colecciones de cuentos y revistas literarias, habiendo sido traducidas al alemán, neerlandés, francés y portugués. El tema de la emigración/inmigración, la extranjería y la pérdida de la identidad es una constante en todos sus escritos.
Premios literarios y novelas publicadas: Felipe Trigo (1988 y 1989) de novela corta con ‘Los Canardos’ y ‘Mujer con paisaje de lluvia’; Andalucía de Novela con ‘Hermana Ana ¿qué ves?’ (Espasa Calpe, 1990); Café Gijón de Novela con ‘Elisa o el pasado imperfecto’ (Aguaclara, 1991); Azorín de Novela con ‘El oro y el moro’ (Aguaclara, 1992); y ‘La mancha de la mora’ fue publicada por Ediciones B en 1996.
Varios premios de relatos, entre ellos el Gabriel Miró de cuento (2007) por ‘La tumba del Rey Baltasar’; Premio Nosotros los inmigrantes, nosotros los emigrados por ‘La carta’ (relato) 2004. Sidney (Australia); Premio Café Iruña, Premio Ciudad de San Sebastián, Premio Ciudad de Villajoyosa. Numerosos cuentos publicados en revistas literarias españolas y extranjeras.
La literatura de la emigración ha sido el tema de otro de sus libros (coordinadora y coautora) ‘Literatura y Pateras’ (Akal, 2003). ‘Fim de contas’, novela sobre la revolución portuguesa de los claveles fue publicada en traducción portuguesa por la editorial lisboeta ‘Dom Quixote’ en 2004.
Actualmente Soler-Espiauba reparte su tiempo y su trabajo entre Bruselas y Altea (Alicante).