La guerra abierta entre Casado y Ayuso vuelve a situar a Núñez Feijóo como el elegido para tomar las riendas en Génova

Ana Belén Vázquez dimite como secretaria de Emigración del PP, en medio de la grave crisis que sufre el partido

La crisis desatada en el Partido Popular que tiene a su líder, Pablo Casado, contra las cuerdas y por la que se le insta a dimitir desde distintos frentes de la propia formación política se cobró esta mañana la renuncia a sus cargos de la diputada por Ourense Ana Belén Vázquez, principal responsable de los asuntos de Emigración del partido.

Ana Belén Vázquez dimite como secretaria de Emigración del PP, en medio de la grave crisis que sufre el partido
15.Ana Belén Vázquez
Ana Belén Vázquez.

La crisis desatada en el Partido Popular que tiene a su líder, Pablo Casado, contra las cuerdas y por la que se le insta a dimitir desde distintos frentes de la propia formación política se cobró esta mañana la renuncia a sus cargos de la diputada por Ourense Ana Belén Vázquez, principal responsable de los asuntos de Emigración del partido. 

Vázquez anunció en un escueto comunicado que abandona el Comité Ejecutivo del PP, así como la Secretaría de Emigración de la que se hacía cargo desde julio de 2018.

Tras agradecer a Casado la confianza depositada en ella para ocuparse de los asuntos de Emigración –a la que se siente “vinculada”, según dijo en alguna ocasión–, expresó su deseo de abandonar sus responsabilidades en un momento en el que el partido se desangra debido a la guerra abierta entre Casado y Ayuso que, esta vez, hizo saltar por los aires la organización interna del principal partido de la oposición y lo colocó en el centro de todos los debates a nivel nacional.

La dimisión de Vázquez, esta mañana, se une a la expresada también por el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, como portavoz nacional del partido, así como la de la diputada valenciana Belén Hoyo, quien deja su cargo en el comité de dirección de Casado.

El PP se halla inmerso en una fuerte crisis desde que la pasada semana se supo que su cúpula ordenó una investigación interna para conocer detalles de un supuesto trato de favor de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la también popular Isabel Díaz Ayuso, a su hermano, durante la crisis sanitaria del Covid-19. Entonces, la Administración autonómica adjudicó un contrato de 1,5 millones de euros a un amigo de la presidenta para la compra de mascarillas del que habría recibido una comisión su hermano.

La cúpula del partido indagó sobre el asunto después de que Ayuso ya recibiera ataques sobre el particular en la Asamblea de Madrid y, según ha trascendido a los medios, encontró indicios suficientes para poner en entredicho su papel en la adjudicación del contrato. Tanto fue así que decidió airearlo a los cuatro vientos en un intento por desestabilizar la popularidad de la presidenta, pero la maniobra se volvió en su contra y hoy quienes están con un pie fuera de cualquier aspiración para seguir llevando las riendas del partido son el propio Casado y su número dos y secretario general, Teodoro García Egea.

La presidenta madrileña compareció entonces en rueda de prensa para reprochar al aparato del partido su proceder en este asunto, censurando el modo “tan cruel e injusto”, en cómo la Dirección Nacional del PP va contra ella, acusándola de corrupción “sin pruebas” y metiendo a su familia “por medio”.

“No puede haber algo más grave que acusar a alguien de la propia casa con responsabilidades de gobierno de corrupción y hacerlo sin pruebas metiendo por medio a mi familia. La familia es lo más importante que tenemos”, subrayó.

La Fiscalía Anticorrupción investiga el contrato

El episodio de los últimos días es uno de tantos protagonizados por los dos sectores del partido desde que Ayuso ganó las elecciones en Madrid y restó protagonismo a Pablo Casado. Sin embargo, esta vez, el asunto se les fue de las manos, ya que la popularidad de que goza la presidenta madrileña y que llevó a miles de votantes y simpatizantes a mostrarle su apoyo en las calles de Madrid el pasado fin de semana, no evitó, sin embargo que el asunto se judicialice. La Fiscalía Anticorrupción ha abierto una investigación sobre el contrato de mascarillas del que cobró su hermano, mientras en el partido se busca alternativas para tratar de cerrar la brecha de enormes dimensiones abierta por un conflicto, que amenaza con descabalgar a la cúpula –Pablo Casado y Teodoro García Egea– una vez que se pone en cuestión los métodos empleados para abordar una situación que desestabilizó de manera tan cruenta al partido.

Feijóo, otra vez en el punto de mira para salvar al partido

Al igual que ocurriera con la crisis que puso fin al mandato de Mariano Rajoy, en esta ocasión, el PP vuelve a dirigir la mirada al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para que sea él quien tome las riendas del partido. Con cuatro mayorías absolutas en Galicia a sus espaldas, Feijóo se ha convertido en el líder de más peso del principal partido de la oposición y el que mayor confianza suscita entre los barones. 

El presidente autonómico se mojó en el día de ayer, pero de manera muy sutil. “Debe tomar la decisión última”, dijo, respecto a Casado, después de pactarlo con los barones del partido. Es importante que “tome decisiones”. “Es imprescindible hacerlo. No serán fáciles, serán complejas, pero deben ser urgentes", porque “tenemos la obligación de no crearle más problemas a España”, dijo, y añadió: “Esta situación de colapso no se la merecen ni los militantes, ni el partido ni España”.

Sin embargo, Feijóo, al igual que hiciera en el episodio que marcó el final de la etapa de Rajoy, mantiene la incógnita sobre cuál debe ser su papel en el conflicto y, a estas alturas, nadie sabe si tiene pensado liderar la caída de Casado, que optó por atrincherarse en vez de dimitir o, por el contrario, prefiere posicionarse como uno de tantos barones de una formación política que se atreve a entrar en profunda crisis precisamente cuando las encuestas la posicionaban con opciones más que de sobra para arrebatar el gobierno a Pedro Sánchez.

La proximidad de las elecciones generales, que se suponen para finales de 2023, obliga al partido a tratar de solucionar el conflicto cuanto antes y recuperar prestigio de aquí a los casi dos años que quedan por delante para la cita electoral.

En el actual contexto, y después de la interminable reunión del Comité de Dirección que tuvo lugar ayer, lunes, Casado, en su intento por darse tiempo para tratar de encauzar la situación, anunció una reunión el próximo lunes de la Junta Directiva Nacional. Sin embargo, este martes, y presionado por las fuertes críticas, emplazó para mañana, miércoles, a una reunión a los barones del partido, a la que están citados el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo; y los presidentes de Andalucía y Castilla y León, Juanma Moreno Bonilla y Alfonso Fernández Mañueco, respectivamente. No obstante, parece que la cita deja fuera a la otra protagonista del choque que ha abierto en canal al partido, la madrileña Isabel Díaz Ayuso, ya que es presidenta autonómica, pero no del partido en una comunidad autónoma.

Durante la reunión de ayer, más de la mitad de los miembros de la Comisión Ejecutiva amenazaron con dimitir si Casado se negaba a poner su cargo a disposición del partido. De momento han presentado la dimisión la valenciana Belén Hoyo y la gallega Ana Belén Vázquez.