La joven ingeniera, nacida en Cuba, es biznieta de un emigrante del municipio zamorano de Bóveda de Toro

Roxana Suros, participante en un proyecto de repoblación en pueblos de Castilla y León: “Había que tomarlo sí o sí”

La ingeniera industrial Roxana Suros, biznieta de castellano y leonés emigrado a Cuba, encontró en el ‘Proyecto Arraigo’ una oportunidad para establecerse en España. Desde hace dos años trabaja en el Área Internacional de esta empresa dedicada a repoblar de habitantes pueblos abandonados de Castilla y León. “Había que tomarlo sí o sí”, reconoce, agobiada por la situación en Cuba, lo que “no es un secreto para nadie”.

Roxana Suros, participante en un proyecto de repoblación en pueblos de Castilla y León: “Había que tomarlo sí o sí”
Roxana Suros en visita a Segovia
Roxana Suros, durante una visita a la ciudad de Segovia.

La vida le ofreció una oportunidad en forma de trabajo estable en España para ocuparse de la repoblación de habitantes en los pueblos abandonados de Castilla y León y no se lo pensó dos veces. “Había que tomarlo sí o sí”, confiesa Roxana Suros. La situación en Cuba es de tal envergadura que la joven se agarró a la oferta como cualquier persona a punto de despeñarse lo haría a un clavo ardiendo. Desde entonces, han pasado dos años y esta ingeniera industrial, biznieta de un emigrado a la isla caribeña desde la localidad zamorana de Bóveda de Toro, logró fijar su residencia en Valladolid, convencida de que la tierra que vio partir a su bisabuelo tiempo atrás es, en este momento de su existencia, el lugar idóneo para vivir.

Roxana había comenzado a colaborar en ‘Proyecto Arraigo’ hacía algún tiempo, pero fue a raíz del II ‘Congreso Internacional de Centros Regionales de Castilla y León en el Exterior’, celebrado en Salamanca en 2023, cuando la vinculación con esta empresa se hizo más estrecha, hasta el punto de que le propusieron contratarla para ocuparse del Área Internacional.

Su cometido en este proyecto, que se lleva a cabo en colaboración con distintas diputaciones provinciales y ayuntamientos de Castilla y León, consiste en detectar espacios viables en el rural y con potencial para el desarrollo económico y laboral de las personas y familias, en el que también tienen cabida las llegadas del exterior con disposición para emprender en esos lugares una vida nueva. La propuesta se concreta en el desempeño de tareas de campo (agricultura y ganadería, fundamentalmente), pero también en fábricas y en el sector de la hostelería, que cada vez oferta más trabajo, constata.

La iniciativa entronca con el ideal de la Junta de Castilla y León en lo que se refiere al acercamiento de ciudadanos del exterior al territorio, lo que quedó de manifiesto el pasado mes de mayo en el transcurso del III ‘Congreso Internacional de Centros Regionales’, en el que se hizo énfasis en la importancia de seguir avanzando en políticas de retorno. “No deja de ser una buena idea”, dice Roxana –quien participó en el mismo representando a la Colonia Zamorana de Cuba–, porque España “lo necesita”, debido a las bajas tasas de natalidad que presenta, lo que repercute en el despoblamiento de los pueblos.

A la hora de acometer cada proyecto, lo primero que tiene en cuenta esta empresa –“La única de España que hace repoblación directa”, informa–, es analizar las “condiciones” del lugar en lo que se refiere al potencial de la actividad a desarrollar, pero también en cuanto al “empleo” y al acceso a la “vivienda” de los ciudadanos, uno de los problemas que más preocupan en general y del que los recién llegados no quedarán exentos.

“Acceder a la vivienda y al trabajo” una vez que se decide establecerse en España “no es tan fácil”, alerta la joven ingeniera, por lo que se hace necesario calibrar bien el riesgo. Pese a todo, “la experiencia” en la que está inmersa la empresa para la que trabaja “va bastante bien”, ya que está en “crecimiento desde 2023”, asegura.

Roxana hace énfasis en uno de los principales cometidos de este proyecto, que, entre otras acciones, pasa por proporcionar a los recién llegados “acompañamiento durante todo el proceso”, para que reconozcan una mano amiga frente a los problemas que les puedan surgir, así como prestarles ayuda para las “tramitaciones en materia de extranjería”, apostilla.

Sobre una base de datos de 25.000 personas seleccionadas para beneficiarse de esta iniciativa, confiesa que el 80% están radicados en España, mientras que el 20% vienen de fuera, principalmente, de Cuba y Argentina.

Emigrar, una decisión “difícil”

Roxana Suros ya había visitado Bóveda de Toro en más de una ocasión, incluso acompañada por su padre, pero reconoce que tomar la decisión de emigrar –ella se siente emigrante­ más que retornada, porque nació en La Habana y siempre vivió allá– le resultó “difícil”, porque obliga a “separarse de la familia”. Pero la alternativa era permanecer en un país donde la situación “no es un secreto para nadie”, así que, se armó de valor y se atrevió a dar el paso.

En la comunidad castellana y leonesa –donde, según apunta, se trabaja con “seriedad”, lo que le hace sentirse “bien”–, vive también su esposo y cuenta con primos de segunda generación y algunos amigos, pero es en la capital del país caribeño donde dejó a sus padres, a los que visita dos veces al año, aprovisionada de una carga importante de medicamentos y alimentos para distribuir entre la población.

Esta labor de solidaridad la realiza en colaboración con la Agrupación de Castellanos y Leoneses en la isla y con la Asociación Cobijo –de acogida de inmigrantes cubanos en Madrid–, en la que “trabajan gentes de muchas nacionalidades”. También cuentan con la colaboración de un médico, que se traslada a Cuba para atender a los necesitados de cuidados, y con ayuda pecuniaria para colaborar con los residentes allá, porque “ahora hay alimentos”, pero “no hay mucho dinero” y los “precios son elevados”, por lo que, si no es gracias a estas aportaciones, “es difícil comprar”.

“Amante de Cuba”, como se confiesa, el futuro de esta ingeniera parece estar en España, aunque reconoce que no descarta regresar en el hipotético caso de que su país “mejorara”.