Ismael Lasso, nieto de canarios, una experiencia de vida en Buenos Aires

Cuando el tesón y la solidaridad nos hace grandes

Tenía 7 años cuando fue, acompañado por su madre, a conocer la Asociación Canaria de Zona Norte (Buenos Aires) para que lo probaran y vieran si se podía integrar a la Rondalla del centro. Es la historia de superación de Ismael Lasso, un nieto de canarios en Argentina.

Cuando el tesón y la solidaridad nos hace grandes
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Ismael Lasso, durante el recital que ofreció en la fiesta aniversario de la Asociación Canaria Zona Norte, en diciembre pasado.

Tenía 7 años cuando fue, acompañado por su madre, a conocer la Asociación Canaria de Zona Norte (Buenos Aires) para que lo probaran y vieran si se podía integrar a la Rondalla del centro.

En aquel momento no caminaba, se movilizaba en silla de ruedas, y arrastraba importantes problemas de salud como consecuencia de su nacimiento prematuro; pero fueron su madre y su abuelo canario quienes lo animaron a acercarse a la casa regional.

Gracias a sus compañeros de la rondalla que lo aceptaron y lo hicieron participar en la vida del grupo como uno más –contó su madre–, Ismael fue superando de a poquito su enorme timidez.

“El conjunto lo llevaba a las presentaciones; él iba en silla de ruedas pero ellos lo cuidaban y lo ayudaban para que pudiera actuar. Fue un gran aprendizaje porque gracias a eso Ismael fue perdiendo el miedo de enfrentarse a la gente. Lo ayudaron a crecer”, contó su mamá.

La música, en su vida, parece que siempre le ha ido marcando un camino de salida. Un día –recordó su madre– estando de vacaciones Ismael coincidió con un primo, profesor de música, que le enseñó a cantar, buscando que aprendiera a respirar porque solo tiene un pulmón y “ahí descubrieron que tenía muy buen oído y voz para el canto”.

Para afrontar una de las últimas operaciones quirúrgicas que le hicieron, decidió grabar un CD con sus canciones para recaudar fondos. “Una iniciativa –señaló su madre– que si bien no fue tan importante en lo económico, si lo fue a nivel emocional, porque le dio fuerzas y esperanza”. “La música es lo que más me lleva para adelante”, aseguró Ismael, que hoy ya tiene 14 años.

Paso a paso, con un gran esfuerzo propio, también gracias a la solidaridad silenciosa de sus familiares, de sus compañeros de la rondalla y de la gente de la asociación, se ha ido sobreponiendo a los problemas.

El pasado mes de diciembre, le quiso dar una sorpresa al viceconsejero de Acción Exterior del Gobierno de Canarias, Cándido Padrón, a quien conoció en las visitas que regularmente hace el directivo a los colectivos en el exterior y fue así que dio su primer recital en público, en un acto emotivo y conmovedor.

En la última fiesta del año de la asociación, también en diciembre pasado, dio su segundo recital, y, como todavía le asusta enfrentarse solo al público, uno de los miembros de la rondalla se mantuvo cerca de él durante la presentación, así se sintió seguro y pudo maravillar a los presentes con un concierto inolvidable.

En estos momentos, ya camina por sus propios medios y piensa en grabar su próximo CD. Dueño de una voz bella y profunda hoy se afana en escoger un repertorio de “canciones alegres, para que la gente esté feliz”.