Obtuvo 19 diputados (uno menos que en 2019) y gobernará con el apoyo de IU y UP

Adrián Barbón resiste en Asturias con un mensaje dirigido a frenar el avance de Vox

El socialista Adrián Barbón se dispone a afrontar su segunda legislatura en el Principado después de alzarse con la victoria en las elecciones autonómicas de este domingo. Con 19 diputados, uno menos que hace cuatro años, el candidato del PSOE, que obtuvo el 36,50% de los votos, se convierte en uno de los tres presidentes autonómicos que mantiene el poder para el partido en una noche de debacle para la formación política que representa.
Adrián Barbón resiste en Asturias con un mensaje dirigido a frenar el avance de Vox
Adrián Barbón noche electoral
Adrián Barbón celebra los resultados en la noche electoral.

Barbón necesitará el apoyo de IU, que obtuvo 3 escaños (el 7,61%), para mantenerse en el Gobierno, y también el de Podemos, que logró uno (3,90%). Por su parte, los 17 representantes en la Cámara que obtuvo el PP (32,65%), junto con los 4 de Vox (10,07%), se presentan insuficientes para arrebatar el gobierno a los socialistas en una de las escasas comunidades autónomas en que el electorado se mantiene fiel a la tendencia política. Por lo que respecta a Foro Asturias, consigue el respaldo del 3,70% de los votantes y pierde un diputado con respecto a 2019, con lo que se queda con un único representante en la Cámara. Ciudadanos, que ese año obtuvo 5 diputados, se queda en esta ocasión sin ningún miembro en el Parlamento autonómico, al conseguir convencer únicamente al 0,91% del electorado asturiano.

Tras cuatro años en el Gobierno, Adrián Barbón se consolida en el Principado, con más votos y porcentaje respecto a las elecciones de 2019, pero con un escaño menos.

Una vez conocidos los resultados, el líder socialista en el Principado constató que la región se ha convertido “en un foco de resistencia progresista” ante el avance de la derecha en España y apuntó a que la izquierda “resiste en Asturias” en un contexto “totalmente diferente” al de 2019, ya que ahora el viento “venía de frente”.

Su objetivo consistió en “levantar un muro infranqueable a la extrema derecha para impedir su acceso al Gobierno”, como ha ocurrido en comunidades como Castilla y León, donde el PP gobierna con Vox, y evitar así que sea la formación ultraderecha la que “marque las políticas”, dado que representa “una amenaza para las mujeres, para los pensionistas o para el colectivo LGTBI”.