Opinión

¿Intereses o valores?

Desconozco la repercusión entre el electorado español del fichaje del padre del líder venezolano de Voluntad Popular (VP) Leopoldo López Mendoza, quien se llama Leopoldo López Gil, para ir como candidato en las elecciones europeas por el Partido Popular (PP). 

‘Billete mata galán’, que dicen por ahí. El fichaje del actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido García, por Ciudadanos (C’s), con las listas ya confeccionadas por el Partido Popular (y publicadas en el Boletín Oficial del Estado –BOE–) fue un golpe muy bajo para el PP. Garrido García llegó al puesto de presidente de la Comunidad de Madrid de carambola después de la publicación de un video en el que la presidenta Cristina Cifuentes Cuencas era atrapada infraganti en un supermercado robando dos potes de crema para las arrugas.

Lo más probable es que ese video, conservado durante años para ser utilizado en su momento contra Cifuentes, fuese difundido por miembros del propio Partido Popular, al igual que las fotos del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, en el barco de un conocido y convicto narcotraficante gallego. El seguimiento de la vida privada de los políticos y la recopilación de información embarazosa por lo visto es una constante dentro del Partido Popular.

Así que los fichajes, las renuncias, las delaciones de políticos por parte de políticos del mismo partido, son una prueba más que la clase política (no sólo la española) se guía sólo por intereses y no por valores.

Es por eso que de vez en cuando esos ‘intereses’ también pueden caer en Nicaragua o Venezuela, por lo que hay que declarar, inventar, elucubrar u orquestar cualquier cosa sobre la situación de esos países, mientras que nunca cae el ‘interés’ en dictaduras ‘amigas’ como la de Guinea Ecuatorial o la de Arabia Saudí, por decir dos ejemplos muy recurrentes.

Las deserciones y manipulaciones, las medias verdades y las medias mentiras, el juego de los números estadísticos, la utilización de los muertos en beneficio propio y lo más importante la hegemonía de los intereses sobre los valores son una buena radiografía del 75 por ciento de la clase política española.