Opinión

Refugiados en tierra hostil

Refugiados en tierra hostil

El cierre de fronteras entre Alemania, Austria y Hungría para evitar la entrada de una mayor cantidad de refugiados sirios, enturbiada por las muertes en aguas mediterráneas de otros tantos refugiados que intentan llegar a las costas europeas, son factores que evidencian la carencia de una política de cohesión en el seno de la Unión Europea, poniendo seriamente en jaque la viabilidad de un proyecto de integración cada vez mas anacrónico y caduco.
Con ello, el inverosímil espectáculo de reparto “equitativo” de cuotas de refugiados confirma los peores temores existentes sobre los demonios históricos de Europa. Se especula, así, que la crisis de refugiados está propiciando el auge de fascismos y populismos de extrema derecha, tal y como se observa en Hungría, pero no menos en otras latitudes europeas. Viejas y trágicas historias del Viejo Continente.
Este escenario recrea las carencias del multiculturalismo como política de integración, al menos en una Europa que se niega a ver ejemplos de otros lados. Por tomar uno de ellos: la inmigración árabe existente en América Latina, desde México hasta Argentina pasando por Brasil, Venezuela, Uruguay y Colombia. En todos estos países, las comunidades árabes, sean islámicas o cristianas, han dejado una huella cultural, social, civilizatoria y económica de enorme valor para el desarrollo de las sociedades latinoamericanas. Comunidades integradas, en paz y tolerancia con sus vecinos. 
En cambio, en Europa, persiste el gueto, la banlieu parisina, los suburbios en las grandes ciudades donde predominan la frustración y el resentimiento de poblaciones inmigrantes atomizadas y fragmentadas, por lo general distanciadas de sus sociedades de acogida. Hoy, con los refugiados sirios huyendo de las guerras causadas por Occidente, comienza a asentarse un cierto nivel de indiferencia con tintes racistas en plena Europa “civilizada”.