Opinión

Cocina Gallega

Cada 4 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Inmigrante. Se instituyó en 1949 recordando un decreto del Primer Triunvirato promulgado en 1812, cuatro años antes de la declaración de la Independencia. Quedaba así, desde los primeros tiempos como nación soberana, plasmada la vocación de garantizar todos sus derechos a todos los individuos, sin importar raza ni religión, que quisieran habitar suelo argentino. Conocemos muchas historias de inmigrantes gallegos, en especial si tuvieron éxito en el país de acogida. Un caso tal vez no muy divulgado es el de Xosé Lago Millán, nacido en Pontevedra, en el barrio de San Bartolomé, en 1893. Llegó, como tantos otros paisanos desplazados de su tierra, a Argentina en 1913, con mujer y una pequeña hija. La emigración le obliga a interrumpir los estudios, y dejar atrás sus partidos de fútbol con hombres como Otero, Moncho, Encinas, Losada, los hermanos Avoales y Rey, entre otros. Ya en la Reina del Plata, practicó atletismo, ciclismo, y se licenció en Educación Física. Intentó imitar a otros coterráneos emprendiendo algún proyecto comercial, pero sin ningún éxito. Finalmente consigue empleo como profesor de educación física en el YMCA de Buenos Aires. Ya se le consideraba un experto en gimnasia y baloncesto, atletismo y natación, y destacaba por aplicar nociones de sicología en sus clases. En 1927 se buscaba un entrenador para la selección argentina de fútbol, y se pensó en el pontevedrés para que garantizara que los jugadores llegaran en las mejores condiciones físicas a los encuentros. De esta manera, Lago Millán debuta como DT de la albiceleste el 14 de julio de ese año jugando en Montevideo contra la formación de Uruguay, partido válido para la copa Newton. Ganó Argentina 1-0. Ese mismo año el DT seleccionó 15 jugadores para presentarse en el Campeonato Sudamericano a desarrollarse en Lima. Debutó contra Bolivia con un esquema táctico que hoy asombraría: 2-3-5. La victoria argentina fue contundente: 7-1. Luego, ante 26.000 espectadores (el mayor número en el torneo), vence en el clásico rioplatense a la formación charrúa 3-2, y finalmente derrota a Perú 5-1 y se corona campeón continental. En 1928, Lago Millán selecciona 22 jugadores para participar en Ámsterdam de la primera edición de los Juegos Olímpicos. Debuta contra Estados Unidos con un contundente 11-2. La selección argentina gana todos los partidos por goleada, pero en la final con Uruguay, después de tres partidos para desempatar, la lesión de Cherro (junto al arquero Bossio una de las estrellas del equipo argentino), pierde y se queda con la medalla de plata, única de la era amateur (y el único podio en los Juegos Olímpicos hasta 1996, con otra medalla de plata, reforzada luego en 2004 y 2008 con oro). Después de jugar las copas Newton y Lipton, el DT gallego se retira, aunque regresaría en 1937 como asistente de Manuel Seoane. En un reportaje publicado en la revista ‘Céltiga’, de la Irmandade Nazonalista Galega, llama la atención cómo relata el momento en que tiene que decidir si acepta el cargo de entrenador: “Foi por recomendación do director xeral de YMCA que me nomearon entrenador da selección arxentina. Ainda que non me satisfaceu moito a encarga acetei, dende logo, con algunha prevención polas referencias que me deran sobre o carácter dos xugadores: refractarios a todo ensino diferente do rutinario e a toda autoridade”. Por los resultados deportivos obtenidos, y aun cuando en esos años todavía el fútbol era amateur, sin duda entrenador y jugadores hicieron buenas migas y aceptaron (aunque intuimos, en una época en que nadie imaginaba una selección española campeona del Mundo, un ¿Qué sabrá este gallego de fútbol?) las indicaciones de nuestro paisano. Otra historia llamativa, en el campo de otra actividad muy argentina, es la de Antonio Rodríguez Lesende, nacido en Vigo en 1905, y traído muy pequeño a Buenos Aires. Realizó estudios de canto en el Teatro Colón, y a los 18 años ya cantaba tangos. En 1935 fue contratado por la flamante emisora LR1 Radio El Mundo (la misma donde este cocinero conduce su programa ‘Consentidos’), para cantar en todos los conjuntos típicos que figuraran en el elenco estable de la emisora. Una anécdota pinta de cuerpo entero a nuestro paisano: fue el único cantor que rechazó una invitación de Aníbal Troilo para unirse a su nueva orquesta que debutaba en el famoso Marabú. Un año antes, en 1936, Rodríguez Lesende había estrenado el tango ‘Nostalgias’, de Cobian y Cadicamo. ¿Se habrán conocido Lago Millán y Rodríguez Lesende? En todo caso formaron parte de esa epopeya que protagonizaron millones de hombres y mujeres, que, expulsados por diversos motivos de su tierra, forjaron un futuro en los países de acogida, y aportaron su granito de arena para el progreso de los mismos. Vamos con unos churrascos al estilo de Cunqueiro, bien diferente al que encontraron los inmigrantes al llegar.
Churrasco de ternera-Ingredientes: 2 kilos de costilla de ternera, 6 dientes de ajo, aceite, vinagre, vino blanco, perejil, laurel, sal y azafrán.
Preparación: Preparar un adobo con todos los ingredientes. Untar las costillas con el mismo, y dejar unas dos horas para que tome sabor. Disponer las costillas en la parrilla caliente, dejar que se dore y brote sangre para darles vuelta y que se terminen de asar. Servir acompañadas de cachelos y pimientos fritos.