Opinión

De Galicia a Euskadi

Un análisis sucinto de las recientes elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi afronta escenarios diversos y complejos para ambas autonomías dentro del Estado español.

Un análisis sucinto de las recientes elecciones autonómicas en Galicia y Euskadi afronta escenarios diversos y complejos para ambas autonomías dentro del Estado español. Mientras Galicia reeligió con mayoría absoluta al derechista y gobernante Partido Popular de Galicia (PPdeG), en Euskadi el nacionalismo, de derecha e izquierda, ganó holgadamente, correspondiendo al retorno al poder del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y el espectacular ascenso de la izquierda abertzale agrupada en torno a Bildu.
Son dos contextos distintos y habrá que ver si en ambos casos se votó en clave gallega y vasca más que en clave estatal, o española según cabe. La mayoría absoluta del PPdeG se ve levemente contrastada por el ascenso de una nueva fuerza política parlamentaria, Alternativa Galega de Esquerdas (AGE), beneficiada de la erosión de votos del PSdeG-PSOE y del Bloque Nacionalista Galego (BNG). Escindida del BNG bajo el liderazgo del carismático Xosé Manuel Beiras, AGE concurre como la tercera fuerza política gallega con el apoyo de Anova y de Esquerda Unida.
Por su parte, en Euskadi, PNV (Partido Nacionalista Vasco) y Bildu casi igualan en escaños parlamentarios, muy a distancia del PSE-EE (PSOE) y del PP. Aquí, los partidos ‘españoles’ que conformaron el fracasado bipartito de gobierno desde 2009 sufrieron un fuerte varapalo electoral. Se impone un nacionalismo vasco de derechas e izquierdas y habrá que ver si se presentarán pactos políticos de gobierno. En todo caso, el escenario vasco es políticamente más atomizado que el gallego.
Pese a los recortes presupuestarios y a la oleada de protestas en la calle por la crisis, el desempleo y el escándalo financiero de las ‘preferentes’, el electorado gallego volvió a respaldar a un PPdeG que parece mirar más hacia Madrid y al gobierno de Mariano Rajoy Brey. Puede que la tradicionalmente conservadora cultura política gallega y una sensación de evitar fricciones con Madrid en una época determinada por los recortes y el presumible rescate europeo a España, fueran factores que contribuyeron a este resultado en Galicia, pero la polarización desde la izquierda anuncia tiempos turbulentos. Igualmente, a nivel estatal, las derrotas del PSOE en Galicia y Euskadi colocan en difícil posición el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba como líder del partido.
Pero el voto vasco, eso sí presumible de antemano por la victoria del PNV y el ascenso de Bildu, revelará otro nivel de relación de Euskadi con Madrid, incluso con perspectivas hacia los comicios autonómicos en Catalunya previstos para el 25 de noviembre. Si bien en Euskadi no se prevé un referendo independentista como el presumiblemente anunciado para Catalunya, los costes políticos en la relación centro-periferia serán notorios, igualmente en materia de financiamiento autonómico. Del próximo reparto de fuerzas políticas en Euskadi dependerá el futuro del tema soberanista.
La atomización del nacionalismo de izquierdas en Galicia contrasta con la aparente homogeneidad y unión de la izquierda abertzale en el contexto vasco. Igualmente, la ausencia de un nacionalismo gallego de derechas o conservador, similar al PNV y a Convergencia i Unió (CiU) en Catalunya, beneficia igualmente el predominio del PPdeG. Con contrastes y diversos matices como el hecho de que las izquierdas ganaron el voto urbano, las elecciones del pasado 21 de octubre evidencian que Galicia sigue siendo un feudo político de la derecha.