La magia del laurel en la mitología afrocubana
“El laurel –en lucumí, ‘Igginile itiri’; en congo, ‘Ocereké’–, habitáculo de ‘orishas’, ‘Egguns’ y ‘nfumbes’, es fundamental para los ‘mayomberos’ padres y madres, y para los iniciados en la ‘Regla de Ocha’; en sus ramas, tronco y raíces viven espíritus de todo tipo en buena lid. Los ‘mayomberos’ dicen: ‘debajo del laurel, yo tengo mi confianza’. Que quiere decir: cualquier obra que se haga en las raíces del laurel, dará siempre resultado. Algunos padres y madres, los más viejos, le ponen entre sus raíces un pedazo de espejo, el ‘vititi’, y con ellos y a su sagrada sombra vaticinan el futuro, el pasado y el presente de una persona. Antiguamente, cuando se ‘rayaba’ a un padre, éste dormía bajo el laurel durante 7 días. Esto no sólo era una prueba sino que la persona recibía también todo el poder de fuerzas concentradas en este árbol mágico”, afirma la afamada etnógrafa cubana Natalia Bolívar Aróstegui en su tan hermosa como imprescindible obra Cuba. Imágenes y relatos de un mundo mágico, Ediciones ‘Unión’, Unión de Escritores y Artistas de Cuba, El Vedado, Ciudad de La Habana, 1997.