Opinión

Cocina Gallega

Recordando la fecha de la edición en 1863 del libro ‘Cantares Gallegos’ de Rosalía de Castro, en La Habana (¡cuántas cosas importantes pasaron en la diáspora!), se celebró nuevamente el 17 de Mayo pasado el ‘Día das Letras Galegas’. La Edición 2011 fue dedicada al poeta Lois Pereiro.
Recordando la fecha de la edición en 1863 del libro ‘Cantares Gallegos’ de Rosalía de Castro, en La Habana (¡cuántas cosas importantes pasaron en la diáspora!), se celebró nuevamente el 17 de Mayo pasado el ‘Día das Letras Galegas’. La Edición 2011 fue dedicada al poeta Lois Pereiro. Se trata de un justo homenaje a un artista que sólo publicó 2 poemarios (Poemas 1981/1991 y Poesía última de amor e enfermidade) en vida. Fue vecino de este cocinero, ya que nació en 1958, en Monforte de Lemos, a minutos de Quiroga y San Clodio, y con ancestros procedentes también de la zona de Incio. Claro que nunca emigró en sentido estricto, aunque viajó en la década del 80 por Europa dedicado a la traducción de alemán, francés e inglés en doblaje de cine y televisión (en este caso, se pueden recordar tanto episodios de las famosas series ‘Dallas’ y ‘Kung Fu’, como películas porno). Estando en Madrid siguiendo estudios universitarios de Ciencias Políticas y Sociología, funda, junto a Antón Patiño, el ya académico Manuel Rivas y su hermano Xose Manuel, la revista ‘Loia’. Fallece prematuramente en 1996, según la versión oficial a causa de una intoxicación por aceite de colza desnaturalizado. Su obra poética completa fue editada luego de su muerte traducida al castellano, catalán y vasco, junto con los textos originales en gallego. Su amigo Manuel Rivas, al enterarse de su designación dijo: “Fue una decisión valiente de la Real Academia Galega dedicar el día de las Letras a Lois, porque es un autor de culto, pero en cuanto se difunda su obra será un autor muy popular”, y añadió con ese tono incisivo que lo caracteriza: “La obra de Pereiro es una victoria de la Humanidad contra la muerte”. Como dándole la razón, en la piedra de la tumba donde descansan los restos del poeta lucense, en Santa Cristina del Viso, en Incio, se puede leer una muestra de su cruda poesía: “Cuspideme enriba cando pasedes por/ diante do lugar onde eu repouse, / enviándome unha humida mensaxe de/ vida e de furia necesaria”.
El presidente Núñez Feijóo, al hablar en el homenaje que se le rindió en la Casa de la Cultura de Monforte de Lemos, señaló que su obra “representa la aspiración de una tierra que busca otras culturas, conoce otros idiomas, como él, sin que eso le impida vivir, escribir y crear en el idioma gallego”. No parece referirse a un poeta calificado en vida de punk, contracultural, dandi, maldito en la línea de Baudelaire o Mallarme sino (inconscientemente) a la mayoría de los creadores que viven en la emigración, y no son tenidos en cuenta por la Administración. Asumimos, para seguir adelante, la máxima del mismo Lois: “La poesía (el arte) es un modo de huir de la barbarie”. Una barbarie que se manifiesta de muchas maneras, y diversos ropajes. ¿O es civilizado aprovechar la fidelización ciega de miles de ancianos emigrantes con el Centro Gallego para cobrarles cuotas que en la mayoría de los casos superan el 50% de sus magras jubilaciones? Seguramente los llamados “bárbaros” (por ser extranjeros, los otros) por los romanos tenían más respeto por sus mayores que la demostrada por los funcionarios y dirigentes de turno que dilapidaron un patrimonio cuantioso por malas administraciones, por no actuar con el mismo pragmatismo con que manejan sus exitosas empresas personales. La mayoría de los paisanos con los que hablo siguen teniendo un cariño visceral por ‘su’ Centro, y hacen esfuerzos tremendos para seguir pagando puntualmente su cuota social, aun cuando perciben que son maltratados, y no entienden bien los tejes y manejos que llevan a que el gerenciamiento pase de una mano a otra sin mayores novedades en cuanto a la atención que reciben. Tal vez sea necesario enviar a quien corresponda “el húmedo mensaje de vida y de furia necesaria” del que habló Lois Pereiro. Mejor, pensando en el poeta, no recordemos la inmensa actividad cultural que se desarrolló desde el Centro Gallego hace varias décadas, y la realidad que nos toca ver hoy en ese aspecto, cuando no es mucho lo que se hace en esa materia que tuvieron en cuenta los fundadores cuando pensaron una Editorial, un Teatro, un Instituto Argentino de Cultura Gallega para que todo gallego se sintiera orgulloso de su origen. En fin, vamos a la cocina con los versos de nuestro coterráneo: “Somentes / intentaba conseguir  / deixar na terra / algo de min que me sobrevivise / sabendo que debería ter sabido / impedirme a min mesmo / descubrir que so fun un interludio / atroz entre dous muros de silencio / so puiden evitar vivindo a sombra / inocularlle para sempre a quen amaba / doses letais do amor que envenenaba / a sua alma cunha dor eterna / sustituindo o desexo polo exilio / iniciei a viaxe sen retorno / deixandome levar sen resistencia / o fondo dunha interna / aniquilación chea de nostalgia”. Sencillamente bello. Hay un proverbio chino destinado a los que detentan el poder: “Gobierna tu reino con la misma delicadeza y dedicación con la que cocerías el más pequeño de los pececillos”, vamos hoy con una receta inspirada en la cocina de Beijín, pensando que tal vez alguien seguirá el sabio consejo.

Ingredientes-Cordero con puerros: 500 gramos de pierna de cordero deshuesada, 6 puerros, 2 dientes de ajo, 3 ramitas de jengibre fresco, aceite de oliva, 1 cucharada de manteca, 1 cucharadita de salsa de soja, vino blanco, sal y pimienta.

Preparación: Cortar la carne en tiritas delgadas, salpimentar. Lavar los puerros y cortar la parte blanca en aros gruesos cuidando que no se desarmen. Picar el ajo. Cortar las ramitas de jengibre en juliana. Calentar el aceite y la manteca en una sartén o wok, añadir el ajo y el cordero, luego el jengibre, saltear ligeramente. Incorporar los puerros y saltear 5 minutos. Mezclar el vino y la salsa de soja y agregarlos a la preparación. Servir caliente.