Gastón Juan, presidente de la Sociedade Galega de Arantei, Vilamarín e a Peroxa

“Tiene que haber un nuevo paradigma de las entidades en el exterior porque la sociedad cambió y tenemos que adaptarnos a la modernidad”

Santos Gastón Juan es el presidente de la Sociedade Galega de Arantei, Vilamarín e a Peroxa, una entidad radicada en Buenos Aires que cuenta con algo más de mil socios, y acaba de participar en el XII Pleno del Consello de Comunidades Galegas que se celebró este mes de diciembre en Santiago. Gastón Juan, además de mostrar su agradecimiento por la iniciativa y el trato recibido, agradece a la Xunta el apoyo que muestran a las comunidades del exterior porque sin el apoyo del Ejecutivo, explica, sería muy difícil avanzar con muchísimas de nuestras tareas.

“Tiene que haber un nuevo paradigma de las entidades en el exterior porque la sociedad cambió y tenemos que adaptarnos a la modernidad”
Gastón Santos con Alberto Iglesias (Casa de Galicia de Montevideo)
Santos Gastón Juan, durante el pasado Pleno celebrado en Santiago.

Santos Gastón Juan es el presidente de la Sociedade Galega de Arantei, Vilamarín e a Peroxa, una entidad radicada en Buenos Aires que cuenta con algo más de mil socios, y acaba de participar en el XII Pleno del Consello de Comunidades Galegas que se celebró este mes de diciembre en Santiago. Gastón Juan, además de mostrar su agradecimiento por la iniciativa y el trato recibido, agradece a la Xunta el apoyo que muestran a las comunidades del exterior porque sin el apoyo del Ejecutivo, explica, sería muy difícil avanzar con muchísimas de nuestras tareas.

Pregunta. ¿Cómo valora el Pleno?

Respuesta. Bien, me parece que estamos entrando en un ciclo diferente en el que las entidades tienen que replantearse el futuro y lo que la sociedad pide a las asociaciones en el siglo XXI. Me parece que, con el mundo de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de comunicación con nuestra gente y la reconfiguración de la inmigración, hay un escenario completamente distinto al que se venía viviendo en materia de asociacionismo y emigración.

Creo que este Pleno, en el de Cuba ya empezamos a hacerlo, está dejando ver que tiene que haber un nuevo paradigma de las entidades en el exterior porque la sociedad cambió y tenemos que adaptarnos a la modernidad.

P. ¿Los cambios a llevar a cabo pasan por las fusiones de entidades?

R. Nuestro centro es pionero en esto porque la primera fusión la tuvimos en 1932 cuando se fusionan el Centro de Hijos de la Peroja con el Centro Villamarín creando el Centro Villamarín Perojano. La primera fusión fue de dos centros ourensanos, pero en el año 90 el Centro Villamarín Perojano se fusiona con Hijos de Arantei que es un centro parroquial de Salvatierra do Miño, en Pontevedra.

Somos pioneros en esto, no es imposible, pero requiere muchísimo trabajo, mucho respeto y también mucha generosidad. Cada una de las partes que se va a unir tiene que ser generosa con la otra, comprensiva y ahí creo que tenemos mucho camino para recorrer.

La realidad está marcando esa necesidad de cambio. Por ejemplo, nosotros en nuestro tejido asociativo tenemos mucha gente que se siente identificada con Galicia, vinculada por nuestras tradiciones y por nuestra cultura, pero no tiene nada que ver con Galicia en términos de sangre, por decirlo de alguna manera.

P. ¿Es un centro abierto a su entorno?

R. Desde que comencé mi gestión en 2002 lo hicimos de cara a la sociedad en general, con una política de puertas abiertas. Somos un centro en el que, por ejemplo, el Ayuntamiento de la Ciudad de Buenos Aires hace actividades para nuestro barrio y nosotros colaboramos con ellos muchas veces cediendo las instalaciones.

A mí, después de varios años de tener esta relación, me maravilla ver que los gallegos en nuestro lugar somos una referencia. Hace poco una escuela muy importante que hay en la zona tuvo un problema con su salón de eventos y vinieron a hacer sus actos a nuestra sociedad. La directora, cuando terminó el acto con los padres de los alumnos, agradecía a los gallegos y hablaba de la solidaridad de los gallegos. Me parece que es una forma de difundir Galicia y los valores de puertas abiertas que nos dejaron nuestros padres y nuestros abuelos de cara a una realidad que hoy nos está mostrando que necesitamos cambiar.

La emigración se terminó, hoy los que quedamos somos, mayoritariamente, los hijos y los nietos y por eso tenemos que abrirnos a esa otra realidad.

P. Uno de los conceptos que ha estado presente en todo el Consello es el retorno. ¿Desde Argentina los hijos y nietos de emigrantes se están planteando ese retorno?

R. Sí, hay gente en Argentina que se lo está planteando, nosotros hemos tenido varias familias de nuestra institución que han retornado a Galicia.

Es muy llamativo porque sería un poco un sinsabor hablar de emigrar y de retorno, pero viniendo de la comunidad gallega no suena tan extraño el tema de la emigración y, en este caso, del retorno porque yo siempre digo lo mismo: los que estamos en esto estamos en la mitad del Atlántico porque en nuestro país de acogida –en mi caso Argentina– soy el gallego y cuando vengo a Galicia soy el argentino.

Me parece que hay mucha gente que se lo está planteando y mucha gente que tal vez se lo plantee y no puede hacerlo. La situación en América está lo suficientemente compleja como para cada vez más gente piense en retornar, pero al haber dificultades de tipo económico es difícil.

P. ¿Cómo está recibiendo la colectividad las becas puestas en marcha por la Xunta para estudiar en Galicia y favorecer el retorno?

R. Se reciben bien. De hecho, los números hablan por si solos. La cantidad de personas que se inscribe es grande, pero las becas dependen de un presupuesto, los presupuestos son finitos y viene la gente que puede venir en función también de los resultados de las evaluaciones previas, pero creo que es mucha más gente la que querría venir que la que participa activamente y tiene que ver con una cuestión presupuestaria.

Después hay cuestiones que no pueden depender solamente del Estado o de los fondos del Estado para que una persona pueda desarrollar su vida nuevamente en otro sitio, ahí tiene que haber una suerte de colaboración y cooperación y muchas veces, como pasa con todo en la vida, no basta solo con desearlo, a veces hay que generar los recursos para hacerlo.

P. Las diferentes autoridades hablaron de la implicación de la colectividad en la promoción del Xacobeo, ¿desde este centro que actividades tienen previstas?

R. Nosotros estamos formando un grupo en la sociedad para venir a hacer el Camino en 2021 y, por otro lado, estamos pensando una serie de iniciativas para hacer a lo largo del 2020.

A lo largo del año haremos tres actividades fuertes para promocionar el Camino porque al ser muchos centros en Buenos Aires tampoco queremos estar superponiéndonos y haciendo las mismas cosas.

Una de ellas va a ser retomar la iniciativa que tuvimos cuando yo era miembro de la Comisión Permanente del Consello entre 2006 y 2009 que fue el Camino de Santiago en Buenos Aires, un recorrido que va desde el Parque Lezama, en Barracas, hasta Belgrano, cerca de la iglesia Santiago Apóstol.

En aquel momento, en 2007, hicimos el primer camino de Santiago en la ciudad de Buenos Aires inaugurando el Paseo del Emigrante Gallego, junto a la iglesia de Santiago Apóstol. Una de esas iniciativas puede tener que ver con retomar aquel recorrido que cruza la ciudad de Buenos Aires completamente, de sur a norte, pasando por lugares característicos y emblemáticos de la ciudad, simulando un poco ese camino o esos Caminos de Santiago que van cruzando todo Europa, aquí cruzando la ciudad de Buenos Aires, que sin duda es una ciudad atravesada por la ‘galeguidade’.