Opinión

Día da patria y símbolos falaces

Día da patria y símbolos falaces

Cada 25 de julio se repiten innecesarios y falsos tópicos sobre el origen e identidad de los símbolos de la nación gallega. El primero es el que identifica al apóstol Santiago como el patrón de Galicia. No es cierto. Santiago es el patrón de España y del ejército español pero no el de Galicia. El patrón de Galicia es el Santísimo Sacramento e infinidad de razones históricas justifican que Santiago apóstol sea el patrón de España y su ejército que van desde la fe cristiana, en contra de la del islam, hasta su imagen montado a caballo matando ‘moros’. Pero Santiago es tan adjetivo en el devocionario popular gallego, a diferencia de muchos otros santos que son substantivos como san Roque, san Antonio, san Andrés, como es cierto que la gran profusión de lugares en América bautizados como Santiago de… se debe a que son obra de militares castellanos y no de originarios de Galicia.

El azul de la bandera gallega no proviene del azul de la bandera argentina o uruguaya ni tampoco simboliza el cauce del río Miño al revés. Las siete estrellas del escudo NO representan las antiguas provincias gallegas… están ahí simplemente como relleno heráldico pero sin ninguna relación con la antigua administración territorial. Sí es verdad que fueron los emigrantes gallegos en América los que usaron y adoptaron la bandera gallega azul y celeste como enseña. Es un poco arriesgado asegurar que fue por la equivocación de confundir la enseña de la Autoridad portuaria del puerto de A Coruña con la de Galicia que los emigrantes la hicieron como propia de Galicia. ¿De dónde salió eso? Existen iconografías del Centro Galego de La Habana ondeando una bandera blanca con una cruz de san Andrés celeste, y es cierta la solicitud de Rusia para que esa bandera, idéntica a la de la Armada rusa, cambiara debido a la confusión internacional que creaba.

Somos un país agredido por los mitos baratos en los que su población desconoce su himno, su bandera. ¿Para cuándo su enseñanza en los colegios? Muchos lo llamaran adoctrinamiento, pero parafraseando a Bertolt Brecht: “Qué tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio”.