Opinión

Presidente estadounidense

A día de hoy… no sé quién es el presidente estadounidense. Bueno, sí sabemos quién es, o cuál era el preferido de los medios, pero tengo la duda de que ese “elegido” haya sido realmente el que salió por la voluntad popular.

Presidente estadounidense

A día de hoy… no sé quién es el presidente estadounidense. Bueno, sí sabemos quién es, o cuál era el preferido de los medios, pero tengo la duda de que ese “elegido” haya sido realmente el que salió por la voluntad popular.

El principal “mérito” de Joseph Ribonett ‘Joe’ Biden es no ser Donald John Trump. Es como correr una carrera solo y quedar segundo… casi imposible. El atractivo nulo de Biden es “compensado” por el antitrumpismo magnificado.  

El antitrumpismo es una bola de nieve creada en el tiempo por los principales medios de comunicación estadounidenses aderezado por los políticos profesionales y funcionarios que vieron en Donald J. Trump un presidente incontrolable, impredecible e ingobernable.

Y es que estar en la Casa Blanca no es más que calentar un asiento y seguir las directrices de los que verdaderamente mandan el ‘deep State’ que dirige en la sombra, esté quien esté sentado en el sillón presidencial.

Donald J. Trump pasará a la historia como el primer presidente, en décadas, que no inició ninguna guerra de agresión, y no pretendió mantener ninguna hegemonía en el mundo por medios militares. Eso no es del agrado de la principal fuerza económica gringa (después del ‘enterteiment’) como es la industria armamentística, la principal fuente de riqueza en Estados Unidos de América y la principal fuente de miseria en el resto del mundo.

¿Le robaron las elecciones a Donald John Trump? ¿Por qué no? Un país que inventa cualquier excusa para atacar otro y dejarlo en la miseria por toda la eternidad… ¿por qué no puede hacer trampa en su propia cancha? No olvidemos que en la historia no muy lejana de Estados Unidos de América hubo magnicidios sin resolver y mil tropelías que sonrojarían a cualquier república bananera… Eso sí, pero en el mundo “civilizado” nadie dice nada.