Fórmula mágica

Que el gobierno no tiene fórmulas mágicas para nada lo vemos todos los días. Si el papel lo aguanta todo, el micrófono lo aguanta más. Desconozco quién puede estar contento con los que nos gobiernan, pero tengo una leve sospecha. Creo, en primer lugar, que los bancos, sus directivos, deben estar felices.
A la lista, larga por cierto, habría que añadir a los cargos electos, sus ‘asesores’, el personal de servicio y administrativo, etc. Recientemente contaban sobre las botellas de güisqui (whisky) y los miles de euros que gastaba el avión presidencial español en jamón serrano y otras pequeñeces porque Mariano Rajoy Brey viaja “un poco tenso”, así que añadimos a los destiladores escoceses y a los productores de jamón. Algunos dirán que José Luis Rodríguez Zapatero en el avión no bebería agua del grifo y un bocadillo de calamares. Por supuesto, pero Rodríguez Zapatero ya no manda y lo cortés no quita lo Rajoy.
En medio de esta debacle que retrotraerá el nivel de vida del pueblo español en 20 años, y el tiempo de las futuras jubilaciones lo dirá claramente, hay gente que se está forrando y que no nota la crisis. Son muchos pero no todos. Son los que mandaron siempre y seguirán mandando, porque la cajera del supermercado que trabaja por un salario mínimo, cobra 8 de las más de 10 horas que trabaja, les sigue votando, a los que la explotan y a sus tentáculos políticos. Por eso el día en que los trabajadores reconozcan al enemigo y lo llamen por su nombre, cambiarán muchas cosas.
Por el momento esperaremos y escucharemos insensateces a través de unos micrófonos que aguantan más que el papel y poco retienen. Nos contarán de la vida de ‘lujo’ de cualquier sátrapa lejano y pensaremos que Mariano Rajoy Brey y asesores se atiborran de whisky y jamón por miedo al avión.