Opinión

Ribeira Sacra: secreto entre vides y monasterios

Ribeira Sacra: secreto entre vides y monasterios

Entre vides y monasterios, ¡la Ribeira Sacra! Iniciamos nuestra ruta en el municipio de Lugo llamado O Saviñao, a fin de conocer bien una de las muchas construcciones religiosas por las que esta bendita tierra recibe el don del sobrenombre de “Sacra”: la iglesia de Santo Estevo de Ribas de Miño. Edificada a fines del siglo XII, se trata de uno de los ejemplares más admirables del arte Románico gallego. La iglesia semejara estar suspendida en lo alto de los viñedos merced a la edificación de una cripta para elevar el templo al estar en una margen empinada del río que le otorga su nombre. ¿Su fachada? Bellamente cincelada en granito, nos evoca la portentosa obra del Maestro Mateo en el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
Dentro de este mismo “concello” visitamos la iglesia de San Paio de Diomondi, cuyo origen es mítico y legendario, la cual en el siglo X pasó a manos de la orden benedictina. Los días 22 y 23 de agosto invaden la parroquia todos los devotos para celebrar la romería de los Remedios. Oficios religiosos y peticiones a la Virgen sin que falten, además, los deleites del paladar gracias a un apetitoso almuerzo bajo una ‘carballeira’ centenaria a escasa distancia del monasterio. Continuando el curso del río Miño, padre divino, llegamos a la iglesia de San Martiño da Cova. Un templo románico de fines del siglo XIII que formaba parte del monasterio de San Agustín. En su interior, el asombro de las pinturas que representan a la Santísima Trinidad. Contemplamos desde acá el magnífico paisaje agreste que envuelve la iglesia. Y antes de alcanzar San Martiño –atravesando un sendero de densa vegetación– llegamos al ‘Belvedere’, el mirador de A Cova.
Henos ante la garganta del Miño: el denominado ‘Cabo do Mundo’, donde serpentea el río mudando su dirección en mitad de una sublime calma. ¿Por qué no rememorar, entonces, aquellos musicales versos del poeta pontevedrés y vanguardista de la década de 1920 llamado Luis Amado Carballo? Entonces recitamos: “El gesto monacal de piedra/ bendice el sosiego de la aldea…/ Se arrodillan los caminos/ abrazados al crucero/ en un azul eternidad/ de piedra y cielo”.
Descendemos en causada pendiente, rodeados de bancales, y ahora llegamos a la playa fluvial de A Cova. Caminamos rumbo al ayuntamiento de Pantón. He ahí el monasterio de la Orden del Císter de Santa María de Ferreira, aún habitado por una mínima comunidad de monjas. El interior de la iglesia románica nos regala la visión del artesonado de tradición mudéjar así como la talla medieval de la Virgen con el Niño. En seguida, dispuestos a probar los dulces de almendra de su excelente repostería. Después nos dirigimos hasta la iglesia del antiguo monasterio de San Miguel de Eiré, del siglo X. La torre-mirador y las pinturas en la bóveda interior y su severo ‘Pantocrátor’. Vamos hacia la iglesia de Santo Estevo de Atán, antaño perteneciente al monasterio fundado por el obispo Odoario de Lugo durante el siglo VIII.
Ya nos encontramos en la iglesia de San Vicente de Pombeiro, de los siglos XII y XIII. Ya en el corazón de la Ribeira Sacra, nos adentramos en el ‘concello’ de Carballedo. He aquí la iglesia de Santo Estevo de Chouzán, monumento histórico-artístico declarado en 1950. Seguimos hasta Nogueira de Ramuín para que el río Miño –llegados a Os Peares– mezcle sus oscuras aguas con las verdes del río Sil. ¡Y el milagro de Santo Estevo de Ribas do Sil! Del siglo X, su convento es hoy Parador Nacional de Turismo.