Opinión

Don José Gobello y su ‘Aproximación al lunfardo’, en Buenos Aires

Don José Gobello y su ‘Aproximación al lunfardo’, en Buenos Aires

“El principal propósito de mi librito Lunfardía era el de arrebatar el lunfardo a la jurisdicción de la criminología  (Benigno Lugones, Drago, Dellepiane, Eusebio Gómez, Contreras Villamayor) para aproximarlo a la lingüística. El intento no fue vano porque lingüistas tan valiosos como Marcos Augusto Morínigo, Tomás Buesa Oliver y Günter Haensch se ocuparon del tema con la solvencia profesional de que carecía, por supuesto, mi ‘diletantismo’ juvenil de 1953”, leemos en la Nota bene que Don José Gobello nos presenta al frente de su obra titulada Aproximación al lunfardo, Ediciones de la Universidad Católica Argentina (EDUCA), Universitas S.R.L., Buenos Aires, 1996. Bellísima la viñeta de tapa: ‘Compadritos’, xilografía de Juan Antonio Spotorno. Para ilustrar este libro asimismo se han utilizado grabados de Juan Antonio Spotorno, extraídos del libro Xilografías de Juan Antonio (Serie Porteña), Ediciones Criterio, Buenos Aires, 1953.

Don José Gobello –recientemente fallecido, ya nonagenario– nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires, el 26 de septiembre de 1919 y fue durante largo tiempo Presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, además de promotor y miembro fundador de la misma en 1962. Emprendemos, pues, un atractivo y didáctico itinerario –de la mano guiados por el amigo siempre fiel que para nosotros fue el bueno de Don José Gobello– alrededor del cosmos del “habla” porteña, bajo la protección de “El pueblo agranda el idioma”, lema integrado, junto al “farolito”, en el logotipo y símbolo de la Academia Porteña del Lunfardo de Buenos Aires.

Desde el estudio de ‘La palabra lunfardo’ alcanzamos el capítulo 29 cuyo título es ‘La coiné de Buenos Aires’. Aprendemos, desde luego, ‘Lo que no es’ y la ‘Coiné, vocabulario y estilo’. La presencia del ‘Latín’ y ‘¿Castellano o español?’. Hemos de estimar ‘La lengua de base’, ‘El castellano en América’ así como ‘Los indigenismos en el lunfardo’. Después, ‘Los marinerismos en tierra’ y ‘Otros prelunfardismos’. Proseguimos con ‘El castellano en Buenos Aires’, ‘Los préstamos’ y ‘El italiano y los préstamos del italiano’. Más adelante, ‘Préstamos de los dialectos septentrionales’ y ‘Préstamos de los dialectos centro-meridionales’.

Con la gracia del conocimiento y el constante afán dentro de las diversas áreas de la Lingüística europea y americana, el filólogo José Gobello nos conduce a ‘Los préstamos del furbesco’, ‘El argot’ al igual que a ‘Préstamos del caló’. Luego nos sumergimos en los ‘Préstamos de la germanía’ y ‘Los préstamos de los afronegrismos’. Aprendemos y nos divertimos con las jerigonzas y el espíritu “en clave” del denominado ‘El vesre’, encuadrado en la variopinta función lúdica del lenguaje. Acampamos después en ‘La atracción paronímica’. Henos ahora ante la influencia del “habla” gauchesca. El mundo social y familiar nos guía a la jerga porteña de origen italiano nombrada ‘cocoliche’, de singular humor y, a veces, de dramática fantasía. Al cabo, ‘El valesco’ y, claro es, como colofón de la obra, las ‘Autoridades invocadas en este trabajo’.

Con su habitual y sutil ironía, Jorge Luis Borges expresó en El Memorioso, Conversaciones de Borges con Antonio Carrizo, México Fondo de Cultura Económica, 1986: “Yo tengo la impresión de que el ‘lunfardo’ es artificial. Que es una invención de Gobello… y de Vacarezza”, leemos en su página 194. ¡Ciencia y leyenda!