Opinión

El post-20/N

Para nadie fue una sorpresa la avasallante victoria del Partido Popular (PP) en las elecciones generales españolas del pasado 20 de noviembre. Con una nueva mayoría absoluta en el Parlamento (la mayor alcanzada electoralmente en su historia) el PP se apresta a gobernar tal y como lo exigía la UE: un gobierno “fuerte” para que aprobara un programa económico austero y unas reformas fiscales muy probablemente draconianas.
Para nadie fue una sorpresa la avasallante victoria del Partido Popular (PP) en las elecciones generales españolas del pasado 20 de noviembre. Con una nueva mayoría absoluta en el Parlamento (la mayor alcanzada electoralmente en su historia) el PP se apresta a gobernar tal y como lo exigía la UE: un gobierno “fuerte” para que aprobara un programa económico austero y unas reformas fiscales muy probablemente draconianas.
Por ello, Europa observa un nuevo cambio de gobierno en su seno a raíz de la crisis económica, con la vista puesta en el eventual traspaso de poder en las elecciones generales previstas para febrero de 2012 en Grecia e Italia. Por tanto hará falta contextualizar cuál será la influencia a nivel político en Europa ante el descalabro del PSOE en España, afectado por la caída de la imagen de José Luis Rodríguez Zapatero producto de la crisis económica en los peores resultados electorales del socialismo español desde 1978.
La UE observará al gobierno de Mariano Rajoy Brey como un bastión clave para imponer sus reformas, un aliciente más para solidificar al eje Merkel-Sarkozy dentro de la UE. No es casualidad que ambos líderes fueran de los primeros en felicitar a Rajoy una vez se consumara su mayoría absoluta. Si bien la prima de riesgo de la economía española sigue siendo elevada, es posible que se observe una leve disminución de esa presión en los mercados financieros, a pesar de que la Bolsa de Madrid reaccionó con una caída a la victoria de Rajoy.
La Europa post-20/N probablemente no modificará ninguna de sus draconianas reformas económicas, legitimando la victoria del PP como un elemento necesario para impulsarlas, con la velada intención de influir en los demás países con escenario político atomizado en vísperas electorales, como pueden ser Grecia e Italia. Por ello, bajo una coyuntura de poder de los mercados financieros, la derecha política puede consolidarse electoralmente.
Pero a pesar de su mayoría absoluta, Rajoy Brey y el PP deberán afrontar un escenario social conflictivo, así como convivir políticamente en el Parlamento con una izquierda abertzale nacionalista vasca que vuelve a ingresar al hemiciclo legislativo, ahora bajo la siglas de Amaiur. Una clave política necesaria para afrontar una negociación de paz en Euskadi y el eventual final de ETA, sellando el final del último conflicto latente en Europa.
Presionado por la crisis y los mercados, los focos se dirigen en observar cómo manejarán Mariano Rajoy y el PP su inobjetable mayoría absoluta: si bien ésta se convertirá en un aval que impulse el autoritarismo y la prepotencia del poder (como sucediera con la anterior mayoría absoluta de Aznar en 2000) o bien dará paso a la búsqueda del consenso y la activación de una política plural y amplia, un escenario incierto ante la presión motivada por la crisis y la necesidad europea de tratar con gobiernos ‘fuertes’.