Opinión

�Por un país de primera!

La alegría de la barra por el triunfo del Frente Amplio está haciendo que la esquina de Propios y San Martín sea el punto de encuentro y debate sobre el futuro en la tierra de Artigas. Los muchachos son conscientes del desafío pero están animados al ver que ahora los veteranos son mayoritariamente frenteamplistas. El jueves 31 antes de irse de bailongo el horno del ‘Rover’ laburó como loco.
�Por un país de primera!
La alegría de la barra por el triunfo del Frente Amplio está haciendo que la esquina de Propios y San Martín sea el punto de encuentro y debate sobre el futuro en la tierra de Artigas. Los muchachos son conscientes del desafío pero están animados al ver que ahora los veteranos son mayoritariamente frenteamplistas. El jueves 31 antes de irse de bailongo el horno del ‘Rover’ laburó como loco. Las pizzas y las fainás salían a roletes. Don José Gervasio cumplió con lo prometido que era invitar a todos si ganaba el Pepe Mujica.
–Bueno, muchachos…la verdad es que pensé en que la alianza blancolorada pudiese llevarnos otra vez al atraso. Estoy enormemente feliz y coman todo lo que quieran porque parece que la pizza sabe mejor si nos sirve para festejar el golazo moral del Frente Amplio. Tenemos el mandato popular para seguir construyendo en paz. Vienen cinco años en los que seremos aplicados albañiles en la edificación de un país de primera.
–Creo don José que el que más y el que menos tenía sus dudas. Ya sabe que la segunda vuelta se estableció para joder Frente ya que si la U.M.B. [Unión Malandra Blancolorada] pacta bien el reparto de acomodos no hubiesen dejado en la estacada. No se olvide usted que la campaña electoral de “blanca” tuvo muy poco. Fue más bien “negra” al intentar copiar un recurso publicitario argentino que jugaba con la asimilación del color blanco a la pureza. No funcionó, por suerte la gente no tragó. A lo mejor es que se pasaron un poco y ya se sabe que cuando lo hacés, la cagás. Quisieron presentar a su candidato como si fuese un ángel que se enfrentaba al demonio que se personificaba en Mujica.
–Algo así pasó estimado Pocho. Pero hay que reconocer que tiene mucho mérito que el ataque sucio contra el Pepe no surtiese efecto. Unos años antes el Pepe estaría quemado antes de empezar la campaña electoral pero ahora fue saltando a pesar de todas las vallas que se le pusieron delante. Me parece que si saltó no fue por la preparación física que tenía ¿no les parece? Hay otra razón que los expertos en estadísticas y análisis sociológicos no consideraron. Los técnicos del marketing se mueven como vendedores de un producto que quieren promocionar. Pero con nuestro Pepe no funcionan las giladas comerciales copiadas de los manuales más utilizados.
–Usted siempre le busca la vuelta, eh? No caigo en la razón que se le escapó a la empresa contratada por Lacalle y que les hizo perder la confrontación. Ellos también vieron que el Pepe no es ningún atleta que pueda saltar vallas. Habrán estudiado sus características para darle en el flanco débil o como se dice vulgarmente en el talón de Aquiles. Creo que no la pensaron tan mal al jugar con ángeles y demonios. Así buscaban sumar el voto católico desenterrando a un Caín disfrazado de Abel pero que seguía siendo un demonio…ahora con canas.
–Ta…Tito…entendéme, por favor. No quiero darle ninguna vuelta. Estoy sorprendido por la goleada que le metimos y la quiero desmenuzar. Entenderás que hay goleadas y goleadas. Algunas son porque hay un equipo muy superior y otras porque tirás tres veces al arco y entra. ¿Qué carajo quiero decir con esto? Algo bien sencillo: no fue suerte ni casualidad. En mi opinión nuestro equipo, el F.A., jugó al toque, con pases cortos, abriendo a las puntas y centrando para que nuestro Pedro Virgilio Rocha la metiese en el arco. Si comparo a Rocha con el Pepe es porque soy de Peñarol.
–Estoy agarrando la onda, don José. Lo que usted quiere decir es que nosotros ganamos porque jugamos bien y los otros perdieron porque quisieron colgar una pelota arriba para ver si su goleador la metía. Nosotros jugamos con un equipo y ellos con un teórico crack que con su presencia en el campo haría temblar a todas las defensas. Puede ser que fuese así la cosa pero entonces porqué putearon tanto al Pepe si no tenía capacidad goleadora. Me perdí un poco y me cuesta captar la base de su razonamiento.
–Me explico mejor, Pocho. No fui muy claro al hablar del estilo de juego de cada contendiente electoral. Si aceptamos que ganamos porque jugamos mejor estaremos también reconociendo que nuestro equipo no sabe jugar de otra manera. Acá puede estar el asunto. Hay equipos hechos con guita y otros desde la base con los jugadores del club. La diferencia es que unos son del equipo en el que juegan y otros son del que les paga. Si jugás con el corazón podés perder unos puntos pero siempre serás el campeón moral. Algo así es el F. A. que le puso la fuerza de la integridad para superar a los mercenarios de los votos.
–Entonces… si le entiendo bien y para que me cierre nos quiere decir que al final lo que cuenta son los sentimientos. Pero de ser así me aceptará que dentro de los adversarios blancolorados hay gente sana que cree en su candidato y que quiere al país. Me extraña que usted ahora se pase a la onda de los ángeles que nos acompañan olvidándose de la ideología. No creerá que fue una lucha entre buenos y malos. A veces reconozco que ando medio boleado porque lo mío no es el análisis filosófico de unas elecciones. Me conformo con saber a ciencia cierta tres claves sobre el triunfo frenteamplista.
–Perdoná Tito pero no me entendés. El Pocho va bien al hablar de un equipo que mueve la globa con el corazón. No creo en las boludeces de falsos gurús vendedores de ilusiones pero no descarto el componente emotivo en el voto frenteamplista. Sostengo que si el Pepe ganó fue porque en su persona se juntó en buena masa de pan con grasa –el Pepe no es masa de hojaldre– un pensamiento político y un sentimiento de adhesión personal. Me explico: la ideología del Frente Amplio está clara y se plasmó en cinco años de buen gobierno. En eso estamos de acuerdo ¿no? Pero no fue tan sólo con el pasado que se ganó…más bien fue el toque o look Mujica el que volcó el resultado. El que parecía descalzo era el que tenía los mejores zapatos que son como todos sabemos unas chancletas, el que no se le conocía corbata vestía siempre de etiqueta que es simplemente una camisa limpia. Acá estuvo, muchachos, la clave que infravaloraron los adversarios y sus asesores. El Pepe es un abuelo al que le encanta escuchar a sus nietos. El Pepe contesta si le preguntan. Nunca cuenta aventuras porque es fiel seguidor del sabio consejo de escuchar el doble o el triple de lo que se habla.