Opinión

Los ‘poor workers’ sin campaña electoral

Se puede censurar con mentiras, desviando la atención, sacando de contexto, eludiendo el origen de los hechos… pero no hay mejor censura que borrar del mapa mediático la propia existencia de la noticia. Con poco de esfuerzo, podemos descubrir la corrupción de los políticos o la desvergüenza de la familia real.
Los ‘poor workers’ sin campaña electoral
Se puede censurar con mentiras, desviando la atención, sacando de contexto, eludiendo el origen de los hechos… pero no hay mejor censura que borrar del mapa mediático la propia existencia de la noticia. Con poco de esfuerzo, podemos descubrir la corrupción de los políticos o la desvergüenza de la familia real. Leyendo entre líneas, podemos ir más lejos e intuir por qué se produce la especulación, la siniestralidad laboral o incluso podemos averiguar que el Estado protege a banqueros que deberían estar en la cárcel. Pero lo que no aparece por ningún lado es la noticia del creciente número de ‘poor workers’, personas que aun trabajando viven en la pobreza, incluso en peores condiciones que otras que perciben un subsidio del Estado. A los lectores de fuera de España les debo explicar que acá llamamos ‘mileuristas’ a trabajadores tan mal pagados que apenas cobran mil euros al mes. Llueven noticias sobre protestas de sectores laborales enteros metidos en el mileurismo, sobre funcionarios que ven sus problemas e indignados que preguntan ‘qué hay de lo mío, oiga’, pero todos ellos se niegan a mirar, ni siquiera a compadecerse (muchos piensan que no existen) de la creciente marea de trabajadores a los que se está esclavizando por debajo de los 600 euros, muchas veces sin contrato. Hoy se puede decir que son cientos de miles los españoles en esta situación provocada por la decisión política de no activar la inspección laboral. Es lo mismo que la inspección fiscal –totalmente desactivada por orden del PPSOE– pero con seres humanos.