¡No al proyecto minero Aratirí!
Los muchachos de la barra andan bastante calentitos porque se está hablando de un mega proyecto para contaminar varios ríos de los departamentos de Durazno, Florida, Cerro Largo y Treinta y Tres. Si se autoriza la atrocidad de una explotación minera a cielo abierto para extraer hierro nos quedaremos sin los acuíferos y con el paisaje destruido pero a cambio tendremos media docena de chauchitas en el bolsillo.
Los muchachos de la barra andan bastante calentitos porque se está hablando de un mega proyecto para contaminar varios ríos de los departamentos de Durazno, Florida, Cerro Largo y Treinta y Tres. Si se autoriza la atrocidad de una explotación minera a cielo abierto para extraer hierro nos quedaremos sin los acuíferos y con el paisaje destruido pero a cambio tendremos media docena de chauchitas en el bolsillo.
–La verdad, queridos botijas, es que me sorprende mucho que nuestro gobierno quiera destruir la riqueza natural de unas zonas únicas a cambio de unos puestos de trabajo que son siempre temporales porque el laburo se acaba inmediatamente después de que embarquen la última tonelada de la mina. La cosa es demasiado importante para que se quiera colar así nomás a la calladita. En guaraní “aratirí” significa rayo. La dulce lengua de los guaraníes nos está mandando una señal para que el relámpago de la empresa Zamin Ferrous no nos deslumbre con sus falsas luces.
–Me parece, don José, que nos quieren meter un gol. A lo mejor en el gobierno se creen el cuentito barato de la industria minera. ¿Pero de qué carajo de industria hablamos? El hacer grandísimos agujeros en nuestro subsuelo y meter un tubo transportador que se chupa millones de litros de nuestra agua no es industria ninguna: se llama violación de nuestra riqueza natural. La empresa de la India viene acá para afanarnos. Tenemos que frenarla y aconsejarle que invierta en la mejora de la calidad de vida de los más de 500 millones de pobres que por desgracia sufren de miseria en aquel enorme país. Mucha espiritualidad, dicen tener, pero lo que exportan es neo colonialismo puro y duro.
–Creo que Tito tiene razón. Acá hay gato encerrado. Somos buenos frenteamplistas pero no unos giles de mierda que nos vamos a quedar de brazos cruzados. Nuestra obligación patriótica es ser desconfiados porque en todas partes hay coimeros. Además, supongo que la sociedad uruguaya está sensibilizada por la grandísima joda de la Berrick Gold Corporation en los Andes. Vos hablás de violación pero si nos callamos entonces se convierte en relación consentida y al ser mayores de edad no hay causa penal.
–Lo que dice Pocho sobre que somos buenos frenteamplistas tiene que hacernos reflexionar porque una cosa es votar al Frente Amplio y otra distinta es coincidir en todo o cerrar la boca cuando corresponde disentir. La referencia a la empresa terrorista canadiense tiene que ser la espuela que haga saltar al flete alazán que llevamos en nuestro corazón los orientales de bien. Acá no importa la divisa porque si la mina va adelante los violadores no harán distingos entre votantes. Hay que empezar a moverse para saber realmente si el gobierno tiene la intención de aprobar una concesión para extraer hierro a cielo abierto. Es verificable que por ejemplo en el territorio de la Unión Europea están prohibidas este tipo de explotaciones.
–Si hablé de la coima es porque el negocio es grande y la ambición de algunos no tiene límites. Lo que no me cierra es que siendo nuestro presidente Mujica Cordano un fiel seguidor del panteísmo le haya prestado oídos a una sucia matufia que nos hunde en la miseria. La primera consecuencia es la desaparición del turismo en Rocha. El presidente sabe que vale más una palmera o medio litro de miel de butiá que una tonelada de hierro. Sin olvidar que se perderán varios ríos en los cuatro departamentos afectados. No ganamos nada. Bueno, los coimeros de turno se llevan la suya, claro, que les permite borrarse para una playita del Mediterráneo a tomar el sol. Quieren estar lejos de sus vecinos que se quedan en Valizas o en Punta del Diablo tosiendo por la presencia de óxidos férricos en la arena.
–Ustedes entenderán que a mis años no hay cagada política que me sorprenda. Desde la infidencia de Jorge Batlle quedé vacunado. Estoy convencido de que el Pepe no sabe nada del mega-proyecto minero de mierda. Nuestro primer mandatario es un hombre ético al cien por cien. Digo esto –que quede claro– porque no estamos hablando de ninguna inversión en el país. Más bien parece que volvemos a ser los confiados aborígenes que regalamos el oro actual que se llama agua. Dicen que para hacer llegar el mineral hasta el puerto de embarque en la playa rochense de La Angostura [sobre el km 288 de la ruta 9] es necesario utilizar 100 litros de agua dulce por segundo.
–No podemos quedarnos quietos. Cada uno de nosotros recabará información fidedigna. Yo lo primero que voy a hacer es preguntarle al Flaco Izaurralde si sabe algo. El viernes por la noche tenemos una cena los cuatro mosqueteros de Propios y delante de Claudio y Gildo sacaré el tema para ver de despejar dudas. Como recordarán, mi viejo amigo tiene un campo chico [creo anda por las diez hectáreas] a unas pocas leguas de Castillos. Lo tiene arrendado para el cultivo de arroz. Es una herencia familiar y le tiene mucho cariño. Se imaginan la calentura que se va a agarrar si se lo atraviesan con una cañería de 60 centímetros de diámetro por la que circule el hierro molido. Yo soy un ignorante más pero les aseguro que el futuro del país no está allá abajo en un pozo a 300 metros de profundidad. El horizonte está a la vista de todos y se llama Valentines, Cerro Chato o Cabo Polonio.
–La verdad, queridos botijas, es que me sorprende mucho que nuestro gobierno quiera destruir la riqueza natural de unas zonas únicas a cambio de unos puestos de trabajo que son siempre temporales porque el laburo se acaba inmediatamente después de que embarquen la última tonelada de la mina. La cosa es demasiado importante para que se quiera colar así nomás a la calladita. En guaraní “aratirí” significa rayo. La dulce lengua de los guaraníes nos está mandando una señal para que el relámpago de la empresa Zamin Ferrous no nos deslumbre con sus falsas luces.
–Me parece, don José, que nos quieren meter un gol. A lo mejor en el gobierno se creen el cuentito barato de la industria minera. ¿Pero de qué carajo de industria hablamos? El hacer grandísimos agujeros en nuestro subsuelo y meter un tubo transportador que se chupa millones de litros de nuestra agua no es industria ninguna: se llama violación de nuestra riqueza natural. La empresa de la India viene acá para afanarnos. Tenemos que frenarla y aconsejarle que invierta en la mejora de la calidad de vida de los más de 500 millones de pobres que por desgracia sufren de miseria en aquel enorme país. Mucha espiritualidad, dicen tener, pero lo que exportan es neo colonialismo puro y duro.
–Creo que Tito tiene razón. Acá hay gato encerrado. Somos buenos frenteamplistas pero no unos giles de mierda que nos vamos a quedar de brazos cruzados. Nuestra obligación patriótica es ser desconfiados porque en todas partes hay coimeros. Además, supongo que la sociedad uruguaya está sensibilizada por la grandísima joda de la Berrick Gold Corporation en los Andes. Vos hablás de violación pero si nos callamos entonces se convierte en relación consentida y al ser mayores de edad no hay causa penal.
–Lo que dice Pocho sobre que somos buenos frenteamplistas tiene que hacernos reflexionar porque una cosa es votar al Frente Amplio y otra distinta es coincidir en todo o cerrar la boca cuando corresponde disentir. La referencia a la empresa terrorista canadiense tiene que ser la espuela que haga saltar al flete alazán que llevamos en nuestro corazón los orientales de bien. Acá no importa la divisa porque si la mina va adelante los violadores no harán distingos entre votantes. Hay que empezar a moverse para saber realmente si el gobierno tiene la intención de aprobar una concesión para extraer hierro a cielo abierto. Es verificable que por ejemplo en el territorio de la Unión Europea están prohibidas este tipo de explotaciones.
–Si hablé de la coima es porque el negocio es grande y la ambición de algunos no tiene límites. Lo que no me cierra es que siendo nuestro presidente Mujica Cordano un fiel seguidor del panteísmo le haya prestado oídos a una sucia matufia que nos hunde en la miseria. La primera consecuencia es la desaparición del turismo en Rocha. El presidente sabe que vale más una palmera o medio litro de miel de butiá que una tonelada de hierro. Sin olvidar que se perderán varios ríos en los cuatro departamentos afectados. No ganamos nada. Bueno, los coimeros de turno se llevan la suya, claro, que les permite borrarse para una playita del Mediterráneo a tomar el sol. Quieren estar lejos de sus vecinos que se quedan en Valizas o en Punta del Diablo tosiendo por la presencia de óxidos férricos en la arena.
–Ustedes entenderán que a mis años no hay cagada política que me sorprenda. Desde la infidencia de Jorge Batlle quedé vacunado. Estoy convencido de que el Pepe no sabe nada del mega-proyecto minero de mierda. Nuestro primer mandatario es un hombre ético al cien por cien. Digo esto –que quede claro– porque no estamos hablando de ninguna inversión en el país. Más bien parece que volvemos a ser los confiados aborígenes que regalamos el oro actual que se llama agua. Dicen que para hacer llegar el mineral hasta el puerto de embarque en la playa rochense de La Angostura [sobre el km 288 de la ruta 9] es necesario utilizar 100 litros de agua dulce por segundo.
–No podemos quedarnos quietos. Cada uno de nosotros recabará información fidedigna. Yo lo primero que voy a hacer es preguntarle al Flaco Izaurralde si sabe algo. El viernes por la noche tenemos una cena los cuatro mosqueteros de Propios y delante de Claudio y Gildo sacaré el tema para ver de despejar dudas. Como recordarán, mi viejo amigo tiene un campo chico [creo anda por las diez hectáreas] a unas pocas leguas de Castillos. Lo tiene arrendado para el cultivo de arroz. Es una herencia familiar y le tiene mucho cariño. Se imaginan la calentura que se va a agarrar si se lo atraviesan con una cañería de 60 centímetros de diámetro por la que circule el hierro molido. Yo soy un ignorante más pero les aseguro que el futuro del país no está allá abajo en un pozo a 300 metros de profundidad. El horizonte está a la vista de todos y se llama Valentines, Cerro Chato o Cabo Polonio.