Opinión

Emigración siglo XXI

Mientras las revueltas políticas sacuden al mundo árabe y el petróleo supera los US$ 110 el barril, las economías europeas siguen pendientes de la evolución de su principal motor, Alemania, cuyo aumento de exportaciones a 18,5 por ciento en 2010 y tasa de desempleo de apenas el 6,9 por ciento, está logrando sortear la actual crisis económica.
Mientras las revueltas políticas sacuden al mundo árabe y el petróleo supera los US$ 110 el barril, las economías europeas siguen pendientes de la evolución de su principal motor, Alemania, cuyo aumento de exportaciones a 18,5 por ciento en 2010 y tasa de desempleo de apenas el 6,9 por ciento, está logrando sortear la actual crisis económica.
Una crisis que ya cobró una víctima electoral en Irlanda, con las elecciones legislativas de finales de febrero, que certificaron la victoria del conservador Fine Gael sobre el actualmente gobernante liberal Fianna Fáil. Irlanda fue uno de los países más castigados por la crisis económica europea, rescatada por un plan de la UE que ha pasado factura a un país con actualmente 13,4 por ciento de desempleo y una caída del 18 por ciento de su PIB en 2010.
Con el euro encareciéndose en los mercados internacionales, Alemania intenta sondear la crisis europea a través de un plan de recepción de inmigrantes profesionalmente cualificados, principalmente desde España y Portugal, así como liderando los planes de rescate europeos hacia economías en situación técnica de quiebra, como Grecia e Irlanda.
Como sucediera hace 40 o 50 años, miles de españoles y portugueses vuelven a mirar a Alemania e, incluso, Suiza, como destinos de emigración, con la salvedad de que el perfil del emigrante actual aborda el rostro del joven profesional, con estudios superiores y manejo de lenguas extranjeras y tecnologías de la información.
El duro impacto de la crisis en España y Portugal, con fuertes niveles de desempleo, recesión y bajos salarios, obligan a estos jóvenes profesionales a buscar estos y otros mercados, como los del Golfo Pérsico. Países como Qatar y Emiratos Árabes Unidos están dispuestos a invertir miles de millones de dólares en España, a tenor de la reciente visita realizada por José Luis Rodríguez Zapatero a esos países, en particular ante la guerra interna en Libia y los problemas de suministro de petróleo y gas natural. Mientras, jóvenes profesionales europeos comienzan a emigrar a estos países y los mercados asiáticos, atraídos por jugosos contratos de trabajo.
Este contexto ilustra un mapa complejo para una Europa demográfica y económicamente envejecida y superada. Las presiones sobre recortes en el Estado social del Bienestar incrementa esta perspectiva de decadencia europea, superada por el pujante crecimiento proveniente de Asia. Con este panorama, el fenómeno migratorio seguirá siendo una constante en las próximas décadas, pero esta vez modificando el curso geográfico.