Opinión

‘Documentos para la Historia del Libertador General San Martín’

Del Instituto Nacional Sanmartiniano de Buenos Aires –a cuya Academia me complace el pertenecer, desde hace años, como miembro correspondiente en España, además de ser miembro numerario del Instituto Español Sanmartiniano de Madrid– recibo los Documentos para la Historia del Libertador General San Martín en su tomo número XIX.
‘Documentos para la Historia del Libertador General San Martín’
Del Instituto Nacional Sanmartiniano de Buenos Aires –a cuya Academia me complace el pertenecer, desde hace años, como miembro correspondiente en España, además de ser miembro numerario del Instituto Español Sanmartiniano de Madrid– recibo los Documentos para la Historia del Libertador General San Martín en su tomo número XIX. Editado bajo los auspicios de la Presidencia de la Nación y la Secretaría de Cultura, constituye la ‘Primera Serie’ comprendida entre enero de 1823 y agosto de 1850. Impreso en Argentina en 2007, en su ‘Advertencia’ la Academia Sanmartiniana del Instituto Nacional Sanmartiniano de Buenos Aires expresa su agradecimiento a la doctora Miriam Camacho de Garayar “su activa participación en la confección del presente volumen, complejo en su preparación, como podrá apreciarse, respecto de los anteriores”.
Este tomo XIX de los Documentos para la Historia del Libertador General San Martín clausura en su integridad la publicación de su archivo conservado en el Museo Mitre de Buenos Aires. Desde 1823 alcanza hasta escasos días –el 2 de agosto– de su fallecimiento en Boulogne-sur-Mer en su exilio voluntario en Europa. Agrupa un total de 400 manuscritos, impresos, croquis y planillas estadísticas o informativas. Reproducidas de modo facsimilar y en tamaño reducido, desde el que señala el número 4161 hasta el último de 1850, todos nos presentan fecha cierta. Mas no así acontece con los restantes 142 que están huérfanos de ella. Tales documentos son, casi en su totalidad, los que Don José de San Martín se llevó a Europa, y a los que añadió allí, la mayoría manuscritos.
“Con la edición del presente tomo –confiado como todos por el Gobierno Nacional al Instituto Nacional Sanmartiniano, cuyo presidente es el General de Brigada (R) Don Diego Alejandro Soria– concluye la edición de la primera serie de las tres con las que deberá completarse la obra total”, leemos en las previas palabras de la Academia Sanmartiniana, al frente del voluminoso tomo XIX. “Dicha primera serie”, prosigue, “está integrada por las piezas que con igual denominación se encuentran custodiadas en el inconmensurablemente valioso Museo Mitre. Se trata de aquellas que, en parte, se incluyeron en la edición de 1910, hoy de difícil consulta y que no reunió el total de los documentos conservados en el mencionado repositorio”. Asimismo se nos anuncia que la segunda parte reproducirá los documentos de otros archivos, sumando las colecciones privadas y las que hasta nosotros llegaron a través de obras impresas. También una tercera serie se ocupará de agavillar los documentos conocidos de manera tardía respecto de los volúmenes publicados. Y lógicamente permanecerá siempre abierta con el fin de recoger aquella que exhume tanto la investigación oficial como privada, aproximándose, por consiguiente, a su totalidad.
Cuando en 1990, premiado por la Embajada de la República Argentina en España, tuve la oportunidad de conocer en Buenos Aires el ámbito cultural, ya museístico, histórico y militar, y a continuación realizar la acuñada ‘Ruta de los Andes’ desde la bella Mendoza, conté con el estímulo del extinto General Don Tomás Sánchez de Bustamante, el anterior presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, quien me obsequió con los ‘Documentos’ publicados hasta entonces, incluidos muchos estudios historiográficos. Merced a ello pude publicar en 1996 mi novela El Cóndor de los Andes.