Opinión

‘Cruzados o herejes’ en Galicia, obra de Rodríguez Lago

“En este libro, que tengo la honra de presentar, hay un gigantesco esfuerzo investigador, y aunque se le cerraron al autor las puertas de los archivos diocesanos, se le franquearon las puertas del Archivo Secreto Vaticano en las secciones de los fondos de Secretaría de Estado y en los fondos de Representación Pontificia”, escribe el historiador y profesor Xosé Ramón Barreiro Fernández en el ‘Prólogo’ de Cruzados o herejes.
‘Cruzados o herejes’ en Galicia, obra de Rodríguez Lago
“En este libro, que tengo la honra de presentar, hay un gigantesco esfuerzo investigador, y aunque se le cerraron al autor las puertas de los archivos diocesanos, se le franquearon las puertas del Archivo Secreto Vaticano en las secciones de los fondos de Secretaría de Estado y en los fondos de Representación Pontificia”, escribe el historiador y profesor Xosé Ramón Barreiro Fernández en el ‘Prólogo’ de Cruzados o herejes. La Religión, la Iglesia y los católicos en la Galicia de la guerra civil, Ediciones Nigra Trea, S.L., Vigo, 2010, cuyo autor es el doctor en Historia por la Universidad de Santiago de Compostela, el vigués, nacido en 1970, José Ramón Rodríguez Lago, el cual imparte docencia en la actualidad como profesor asociado del área de Historia Contemporánea en la Universidad de Vigo. Ya en 2004 había publicado el volumen –del que, en su día, llevé a término su pertinente comentario historiográfico– La Iglesia en la Galicia del franquismo.
“Rodríguez Lago es el mejor investigador de Galicia en el tema de la Iglesia gallega en el siglo XX, como lo acredita su obra publicada en 2004 y ésta que presentamos ahora, así como una serie de artículos publicados en importantes revistas –prosigue en sus páginas preliminares el ilustre profesor Barreiro Fernández–. Es un historiador con sensibilidad para el hecho religioso, con cultura eclesial y una capacidad no habitual de trabajo. De espíritu templado, como se requiere en este tipo de investigaciones, a veces su pluma se enciende ante tanto horror. Quizás porque ante el horror no es posible la neutralidad”.
“A mis padres, que despertaron en mí la pasión por la historia”, testimonia el investigador y profesor vigués Rodríguez Lago en honra de sus amados dedicatarios. “La consecuencia fundamental de la guerra civil respecto a la institución eclesial fue la construcción de un discurso oficial que identificó el fenómeno religioso como monopolio del tradicionalismo católico, y a éste con un Estado confesional y autoritario”, señala el profesor Rodríguez Lago en los párrafos de su ‘Presentación’. “Un relato exacerbadamente maniqueo donde no tendrían cabida aquellos católicos que habían apostado por el diálogo sereno con la modernidad. Una propaganda tan exitosa que sería reproducida intensamente tras la guerra por los dos bandos enfrentados, vencedores y vencidos –continúa–. Una invención ideológica que enterró los esfuerzos previos de muchos, católicos y no católicos, por integrar el factor religioso en la Galicia moderna. La invención del sangriento enfrentamiento entre cruzados y herejes provocó la marginación o la eliminación sistemática de los diversos proyectos que, desde diferentes posiciones, habían trabajado por la incorporación del catolicismo en la democracia”.
En la página de ‘Agradecimientos’ su autor deja constancia de los nombres del profesor Xosé Ramón Barreiro Fernández, de la Universidad de Santiago de Compostela, y del profesor Justo Beramendi. Asimismo del profesor Feliciano Montero, de la Universidad de Alcalá de Henares, al igual que del profesor Luis Domínguez Castro. Tampoco olvida a Cristóbal Robles, a Giuliana di Febo, a Santos Juliá y a Ángel López Villaverde, a Alfonso Botti y a Antonio Matos, y por descontado a su esposa Ana, infatigable en sus desvelos y tareas. Siete extensos capítulos y conclusiones. Como colofón, fuentes consultadas, esmerada bibliografía e índice onomástico.