Opinión

El copago sanitario

Llevamos en España varios meses hablando del copago sanitario, es decir, que el Estado cobre una cantidad extra de dinero a aquellas personas que tienen la desgracia de estar enfermas. Esto es una locura en sí misma porque, de entrada, empeora la vida económica de aquellos que ya tienen una vida física complicada en España. Es un insulto.
Llevamos en España varios meses hablando del copago sanitario, es decir, que el Estado cobre una cantidad extra de dinero a aquellas personas que tienen la desgracia de estar enfermas. Esto es una locura en sí misma porque, de entrada, empeora la vida económica de aquellos que ya tienen una vida física complicada en España. Es un insulto. Recalco lo de España porque el debate sobre esta medida drástica, propia de una emergencia nacional, sucede en el mismo país en el que se defraudan miles de millones de euros, se construyen inmensas obras que no tienen uso, se financian todos los periódicos que conozco y se pagan pensiones millonarias con dinero público a ex directivos de las cajas de ahorro. Por eso es éste un debate falso, igual que es falso tratar los servicios de salud como un servicio puramente contable, con posibilidad de déficit o superávit. Los servicios de salud no se miden en una balanza de ingresos y gastos; o son necesarios o no lo son, como la propia clase política, la policía o la escuela infantil. Sucede que en España existe una parte del gasto sanitario que se corresponde con la mala gestión de la atención primaria, las urgencias y la dispensación excesiva de algunos medicamentos. Esto sucede por los malos hábitos de todas las partes, desde el médico que receta lo que no debe hasta el paciente que abusa o colapsa centros de salud. Y en lugar de poner un poco de disciplina general tan necesaria en esta España de corruptelas, el gobierno de turno da una bofetada al más frágil de la cadena.