Opinión

Azul, “Ciudad Cervantina de la Argentina”

Abrazados por sierras y llanuras, nos hallamos en el Partido de Azul: sobresaliente núcleo regional que amalgama ganadería, agricultura e industria. Una descollante historia de “malones” y “fortines” lo mismo que una vida cultural que conserva la energía de los primeros tiempos. Estamos en el centro de la provincia de Buenos Aires.
Azul, “Ciudad Cervantina de la Argentina”
Abrazados por sierras y llanuras, nos hallamos en el Partido de Azul: sobresaliente núcleo regional que amalgama ganadería, agricultura e industria. Una descollante historia de “malones” y “fortines” lo mismo que una vida cultural que conserva la energía de los primeros tiempos. Estamos en el centro de la provincia de Buenos Aires. La región pampeana por antonomasia, estando sus límites constituidos por los partidos de Tapalqué, Las Flores, Rauch, Tandil, Benito Juárez y Olavarría. Mas, ¿cuál es la etimología del nombre “Azul”? Se trata de la traducción al castellano que su población originaria –los denominados “indios pampas”– concedían al arroyo “Callvú Leovú”. Aparte de la ciudad propiamente dicha, cabecera del partido, éste abarca las hermosas localidades de Cacharí y Chillar. Y asimismo los parajes Ariel, 16 de Julio, Lazzarino, Martín Fierro, Miramonte, Nieves, Pablo Acosta, Parish, Shaw y Campodónico. De templado clima y con una temperatura media al año de 15º, nos seduce por no pocos atractivos urbanos que caminan más allá de las estaciones del calendario.
Vivimos el acontecimiento de “Azul, Ciudad Cervantina de la Argentina”. ¿Y de cuándo data esta singular iniciativa? Conviene recordar que en 2004 se llevó a término la ‘Exposición Cervantes: de la Mancha a la Pampa’. Y fue tanta la repercusión que alcanzó, que no era extraña su consolidación merced a una auténtica actividad cultural. De modo que, al cabo de tres años, en 2007 la ciudad de Azul fue declarada “Ciudad Cervantina de la Argentina”: la segunda con tal galardón en Hispanoamérica, puesto que la primera que tuvo el privilegio de obtenerlo fue la población mexicana de Guanajato.
Tamaña distinción para la bella Azul fue conseguida debido a las valiosísimas colecciones bibliográficas cervantinas legadas por el matrimonio Ronco, así como por el decidido empeño de un acervo de instituciones locales, entre ellas la ‘Asociación Española de Socorros Mutuos’, la ‘Biblioteca Bartolomé J. Ronco’ y la propia ‘Municipalidad de Azul’. Ello no deja de entrañar un meritorio significado –otorgándole una verdadera identidad– en esta época de la llamada “globalización”, cuya consecuencia es, además, el reconocimiento tanto nacional como internacional.
En tanto recorremos el área fundacional, hemos de rememorar que el Coronel Pedro Burgos –bajo las órdenes del caudillo Juan Manuel de Rosas– fundó el 16 de diciembre de 1832 el Fuerte “San Serapio Mártir del Arroyo Azul”, circundado por un foso que abarcaba una superficie comprendida por las actuales Avenidas ‘25 de Mayo’, ‘Mitre’ y ‘Presidente Juan Domingo Perón’, extendiéndose hasta la margen del arroyo ‘Azul’. Este histórico Fuerte ocupaba la manzana de la que hoy es Municipalidad, junto con sus plazoletas aledañas. En frente, la plaza principal, una menuda y sencilla capilla, donde en la actualidad se emplaza la Catedral.
Luego nos damos un paseo por su zona céntrica en la que se encuentran su ‘Centro Cívico, Administrativo y Comercial’. Henos ante la ‘Plaza San Martín’, el ‘Teatro Español’, el ‘Salón Cultural’, la ‘Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario’, el ‘Palacio Municipal’ y el ‘Paseo Bolívar’. Entre su bien nutrido almanaque de “eventos anuales”, ¿quién podría olvidar la ‘Fiesta Provincial de la Vaca’, la ‘Fiesta del Chacarero’ de Chillar, la ‘Fiesta del Títere’, el ‘Guitarras del Mundo’ y el ‘Pre Cosquín’? ¿O bien el ‘Salón Nacional Azul de Dibujo y Pintura’ o el ‘Festival del Ombú’?