Se cumplen 25 años de cooperación entre Euskadi y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana

Este estudio ha sido impulsado por eLankidetza y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, y realizado por la consultoría Kalidade-acompañamiento, calidad y desarrollo.

Desde inicios de los años 90, Cuba y Euskadi trabajan conjuntamente en el ámbito de la cooperación para el desarrollo. Entre los múltiples agentes con los que coopera está la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, encargada de preservar los valores del Centro Histórico de la ciudad. Para ello, impulsa acciones de rehabilitación, restauración arquitectónica y regeneración socioeconómicas encaminadas a crear oportunidades que generen condiciones dignas y sostenibles para las personas que habitan el área.

Los primeros proyectos de la cooperación vasca junto a la Oficina comenzaron en 1997 de la mano del Gobierno Vasco, y más tarde vinieron los de Euskal Fondoa. Desde entonces, se han financiado 48 iniciativas con más de 11,9 millones de euros a 10 organizaciones cooperantes. Además de las dos entidades mencionadas, entre los principales agentes vascos que han apoyado el trabajo de la Oficina están el Ayuntamiento de Bilbao, la Diputación Foral de Gipuzkoa, la Fundación Tecnalia, las ONGD Mundubat y KCD y el Centro de Formación Somorrostro.

Cada uno de los agentes ha aportado desde su especialización elementos innovadores y claves para potenciar la visión de la institución cubana en temas como patrimonio, restauración, asistencia a personas mayores y personas con diversidad funcional, potenciación de la cultura, empoderamiento y trabajo con colectivos vulnerables desde la perspectiva de género. En total, durante esos años, ha habido 44 lugares de intervención en el centro de La Habana.

En la presentación, Paul Ortega, director de eLankidetza, ha puesto en valor que una de las conclusiones del estudio es que “para la Oficina del Historiador la cooperación vasca ha sido la más larga, sostenida, estratégica y estable de los últimos 25 años”, y ha añadido que “esa colaboración ha sido posible gracias a la confianza, el respeto, el entendimiento mutuo y el trabajo en equipo”. Asimismo, ha destacado el papel que ha jugado la innovación como motor para los cambios logrados.

En ese sentido, destacan los proyectos de restauración patrimonial, reciclado de residuos de restauración, implementación de tecnologías punteras en distintos sectores como la infraestructura y accesibilidad; la creación de economías creativas, de espacios de formación para la juventud, para personas mayores o con diversidad funcional, entre otros.

Esta sistematización se verá reflejada en la publicación de un libro en 2024 que recogerá de manera visual y con testimonios todas las iniciativas de la Oficina del Historiador acompañadas por la cooperación vasca.