EDITADO POR EL DEPARTAMENTO DE MIGRACIÓN DE LA CIG, EVIDENCIA LOS PROBLEMAS DE LOS DESCENDIENTES
El libro ‘Galiza en Suíza’ ahonda en los problemas de los gallegos residentes en el país helvético
El 99 por ciento de los gallegos de tercera generación residentes en Suiza tiene un nivel de formación secundaria y superior, según se recoge en el libro ‘Galiza en Suíza’, editado por el departamento de Migración de la Confederación Intersindical Galega (CIG), y auspiciado por el Ministerio de Trabajo y la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior.
El 99 por ciento de los gallegos de tercera generación residentes en Suiza tiene un nivel de formación secundaria y superior, según se recoge en el libro ‘Galiza en Suíza’, editado por el departamento de Migración de la Confederación Intersindical Galega (CIG), y auspiciado por el Ministerio de Trabajo y la Dirección General de la Ciudadanía Española en el Exterior. No obstante, las posibilidades de integración laboral de este colectivo al llegar a la edad adulta son escasas, pese a haber nacido y haberse criado en el país helvético.
Así se pone de manifiesto en este trabajo, en el que colaboran varios autores, entre ellos, Xurxo Martínez Crespo, quien aborda, entre otros asuntos, la primera emigración gallega hasta su descendencia en Suiza y reivindica, siguiendo el ejemplo del país de acogida, el desarrollo del plurilingüismo en la comunidad autónoma. “La identidad gallega, su idioma, sufre hoy una agresión como nunca se conoció en la actual etapa democrática”, se recoge en el prólogo, en el que se invita a analizar la convivencia de diversas lenguas en el país helvético, un “país plurilingüe, con diversidad de confesiones y con un órgano de gobierno federal”, que “no deja de ser un ejemplo admirable para las personas que aún creen en un reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado español”.
El gallego se sitúa en quinto lugar entre las lenguas extranjeras más habladas en Suiza, lo que representa el 0,7% (45.178 personas en números absolutos), superada sólo por el inglés (1%), portugués (1,2%), albanés (1,3%) y serbio-croata, hablado por el 1,4% de la población extranjera.
Más de 40.000 gallegos residen actualmente en la Confederación Helvética, frente a los más de 58.000 registrados en el año 2004. Sobre ellos y su aportación como emigrados escribe Xurxo Martínez, quien se encarga de analizar los 50 años de la emigración gallega en Suiza y también de ahondar en aspectos que marcaron y todavía marcan la vida de sus descendientes –conocidos como los ‘secondos’–, como es el fenómeno de la integración, que ha dejado de ser un problema en la edad escolar, pero que aflora cuando se trata de buscar un trabajo e integrarse como ciudadanos de pleno derecho.
“Si un patrón tiene la opción de escoger entre un trabajador suizo y uno gallego nacido en Suiza, elegirá al primero”, asegura Xurxo Martínez en este libro, en el que apostilla: “Para un hijo de extranjero, hacer carrera en ciertos niveles es prácticamente imposible”, y de igual modo “son extraordinarios los matrimonios mixtos, parece que por culpa de los prejuicios aún existentes”.
“Los ‘secondos’ de origen gallego están mejor formados que sus progenitores. Los naturalizados alcanzan en promedio un nivel de formación no sólo más elevado que los gallegos no naturalizados, sino superior al de sus contemporáneos de origen suizo. Aún así, la posibilidad de acceder a la ciudadanía suiza no fue ni es cosa fácil”, asegura Xurxo Martínez.
La emigración gallega en Suiza y sus medios de comunicación es abordada en el libro por Luís Manuel Salgado, mientras Elisabeth Graf recoge testimonios de ‘secondos’ que reflejan un sentir variopinto respecto a la acogida en el país helvético. Marianne Helfer Herrera Erazo es la autora de una entrevista al sindicalista de la Unia Jesús Fernández.
El libro finaliza con datos estadísticos sobre la población extranjera en Suiza, y recoge el acuerdo de contratación entre el Estado español y la Confederación.
Así se pone de manifiesto en este trabajo, en el que colaboran varios autores, entre ellos, Xurxo Martínez Crespo, quien aborda, entre otros asuntos, la primera emigración gallega hasta su descendencia en Suiza y reivindica, siguiendo el ejemplo del país de acogida, el desarrollo del plurilingüismo en la comunidad autónoma. “La identidad gallega, su idioma, sufre hoy una agresión como nunca se conoció en la actual etapa democrática”, se recoge en el prólogo, en el que se invita a analizar la convivencia de diversas lenguas en el país helvético, un “país plurilingüe, con diversidad de confesiones y con un órgano de gobierno federal”, que “no deja de ser un ejemplo admirable para las personas que aún creen en un reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado español”.
El gallego se sitúa en quinto lugar entre las lenguas extranjeras más habladas en Suiza, lo que representa el 0,7% (45.178 personas en números absolutos), superada sólo por el inglés (1%), portugués (1,2%), albanés (1,3%) y serbio-croata, hablado por el 1,4% de la población extranjera.
Más de 40.000 gallegos residen actualmente en la Confederación Helvética, frente a los más de 58.000 registrados en el año 2004. Sobre ellos y su aportación como emigrados escribe Xurxo Martínez, quien se encarga de analizar los 50 años de la emigración gallega en Suiza y también de ahondar en aspectos que marcaron y todavía marcan la vida de sus descendientes –conocidos como los ‘secondos’–, como es el fenómeno de la integración, que ha dejado de ser un problema en la edad escolar, pero que aflora cuando se trata de buscar un trabajo e integrarse como ciudadanos de pleno derecho.
“Si un patrón tiene la opción de escoger entre un trabajador suizo y uno gallego nacido en Suiza, elegirá al primero”, asegura Xurxo Martínez en este libro, en el que apostilla: “Para un hijo de extranjero, hacer carrera en ciertos niveles es prácticamente imposible”, y de igual modo “son extraordinarios los matrimonios mixtos, parece que por culpa de los prejuicios aún existentes”.
“Los ‘secondos’ de origen gallego están mejor formados que sus progenitores. Los naturalizados alcanzan en promedio un nivel de formación no sólo más elevado que los gallegos no naturalizados, sino superior al de sus contemporáneos de origen suizo. Aún así, la posibilidad de acceder a la ciudadanía suiza no fue ni es cosa fácil”, asegura Xurxo Martínez.
La emigración gallega en Suiza y sus medios de comunicación es abordada en el libro por Luís Manuel Salgado, mientras Elisabeth Graf recoge testimonios de ‘secondos’ que reflejan un sentir variopinto respecto a la acogida en el país helvético. Marianne Helfer Herrera Erazo es la autora de una entrevista al sindicalista de la Unia Jesús Fernández.
El libro finaliza con datos estadísticos sobre la población extranjera en Suiza, y recoge el acuerdo de contratación entre el Estado español y la Confederación.