Jorge Núñez: “Es tu proyecto y no ves fallos, pero necesitas alguien que te digas esto sí, esto no”

La historia de esta empresa se remonta a años atrás, cuando Jorge Núñez López y su mujer, Mercedes Toscano, se fueron a Chile por necesidades laborales, “pero una vez que estábamos allí, vimos que lo que realmente queríamos era emprender”, asegura Núñez quien recuerda que una vez que estaban allí vieron que no había tiendas de gominolas y “decidimos montar una red de tiendas”. “La verdad –reconoce– es que fueron inicios complicados en un país que no era el nuestro, pero con el tesón y empeño de los autónomos todo se va pudiendo”.

La situación cambia en 2017 cuanto en Chile se aprueba una ley sobre obesidad infantil que obliga a transformar el negocio “y nos transformamos en formuladores y desarrolladores de marcas sin azúcar”.

Dos años después la situación vuelve a cambiar. Por cuestiones personales deciden volver a Galicia. En ese año, además, en Chile pasan varios acontecimientos como son las revueltas sociales, el coronavirus y el negocio se resiente mucho en Chile. En esas circunstancias, “vemos la necesidad de volver a empezar y emprender, pero ya en nuestra tierra. Y en ese momento conocemos el programa para emigrantes retornados”. “En principio, –detalla– nos ayudaron para continuar el negocio que teníamos en Chile, pero cuando nos invitaron al Programa Merlo transformamos toda nuestra idea de negocio”.

“Sabíamos que queríamos quedarnos en Galicia y necesitábamos un negocio aquí en Galicia para asegurar esa estabilidad y así fue como entramos en el Programa Merlo, un programa que, como habéis dicho, lo que hace y lo que más nos ayuda a nosotros es sacar esa carga de sentimiento que tiene tu proyecto”, explica Ñúñez, quien reconoce que “es tu proyecto, es tu emprendimiento y eres un enamorado, no ves fallos y necesitas alguien que te digas esto sí, esto no, saca un poco de sentimiento, mete un poco de cabeza”.

El proyecto se fue transformando desde la idea inicial que era desarrollar productos y fabricarlos en otras instalaciones hasta plantearse tener su propia fábrica, aquí en Galicia, concretamente en el ayuntamiento de Nigrán.

“Y así fue como fuimos transformando el proyecto y con la ayuda de todas esas mentorizaciones fuimos haciendo un plan de negocio real, un plan de negocio que nos sirviese como guía para ver qué camino teníamos que seguir y dos años después comenzamos a construir nuestra propia fábrica”, relata Núñez.

La empresa lleva un año y medio funcionando y cuenta con 25 trabajadores y con una previsión de contar con casi 50 en el mes de marzo porque están ampliando la fábrica y las líneas de negocio.

Para Núñez otra de las grandes ayudas que recibieron en el Programa Merlo fue información sobre todas las ayudas de la administración a las que podían acceder e hizo hincapié en que “estamos en un ecosistema que es inigualable. Nosotros hemos emprendido en otros países y sabemos lo que es”.

El responsable de Minimelis instó a todos los emprendedores a aprovechar tanto las ayudas económicas como anímicas que se ofrecen porque son “una base importantísima para podáis poner vuestro negocio con cierta seguridad”.

“Con un plan de negocio bien ideado y pensado, más todas esas ayudas de las administraciones públicas los proyectos salen, salen a base de lo que ya sabéis, mucho esfuerzo, mucho trabajo, mucho sufrimiento, pena y alegrías”, aseguró Núñez quien valoró muy positivamente poder contar con la ayuda de profesionales que ya han vivido estas etapas y que ven a más emprendedores de otros ámbitos lo que les permite tener una visión global.

“Cuando tienes un mentor en el que crees y en el confías, te abre muchas posibilidades”, destacó Núñez que cerró su intervención agradeciendo el trabajo del secretario xeral de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda y brindado su apoyo para los nuevos emprendedores.