Concha Poza agradece la oportunidad que le da la Xunta de poder volver a Galicia “porque echo de menos mi tierra”

María Poza, más conocida como Concha, nació en la localidad pontevedresa de Portas y lleva 60 años viviendo en Venezuela, donde “echa de menos su tierra” y el poder hablar gallego, porque allí “no tengo con quien hablarlo”.

Concha Poza agradece la oportunidad que le da la Xunta de poder volver a Galicia “porque echo de menos mi tierra”

Concha recuerda que tenía 20 años cuando se fue a Venezuela. “Nosotros nos íbamos a ir mi madre y yo porque estaba un hermano y una hermana, pero allí las cosas se complicaron y mi madre agarró un poco de miedo”, pero yo le dije que me iba “aunque al llegar allí me peguen un tiro”.

A su llegada estuvo en una comuna de españoles, pero luego se fue a la pensión que tenía la cuñada de su hermana, quien le buscó trabajo limpiando en una casa. “Luego unas se lo decían a otras y llegué a trabajar los domingos para cumplir con todas”, asegura.

Cuando empezó a ganar algo de dinero hizo un curso de peluquería y cuando acabó querían que trabajase allí, pero, como le pagaban poco, lo rechazó y siguió limpiando en las casas.

En los bailes de la Hermandad Gallega de Venezuela, en Caracas, conoció al que sería su marido y con el que tuvo dos hijos. La relación fue bien hasta que, según destaca, al marido empezó a irle mejor y se fue con una chica más joven. La pareja intentó solucionar los problemas y en el año 90 hicieron un viaje a Galicia, “pero volvimos a Venezuela y siguió con lo mismo. Yo dije hasta aquí porque él no se quería ir porque tenía buena comida, todo planchado, los hijos acomodados y no hacía nada. Tenía un servicio en la casa y el resto, fuera”.

En ese momento, Concha no se quiso divorciar porque consideraba que el matrimonio era para toda la vida, pero ahora, con 80 años, se divorció para poder participar en el programa de ‘Reencontros’ como separada.

Durante los años que estuvo en Venezuela regresó varias veces a Galicia. La primera vez tardó 11 años y volvió porque su madre estaba muy enferma.

En al ámbito laboral Concha fue muy lanzada. Primero cosía en casa, pero luego le ofrecieron comprar la fábrica a la que le compraba la tela y se embarcó en el proyecto. Las cosas no fueron fáciles, pero finalmente sacó a sus hijos adelante y se siente muy orgullosa de ello.

Concha agradece la oportunidad que le da Xunta de volver porque “echo de menos mi tierra”. En todo caso, asegura que ya no tiene edad para cambiar y volver a vivir a Galicia, a pesar de que tiene una gran relación porque dos de sus nietas viven en Vigo.