La comunidad gallega en Suiza vivió una gran jornada en la primera Fiesta del Pulpo del Centro Gallego de Zug ‘A Nosa Terra’

Fue un evento abierto al público, celebrado al aire libre, que reunió a decenas de asistentes en torno a uno de los platos más emblemáticos de Galicia, el pulpo á feira. El éxito fue tan contundente que ya se habla de una segunda edición.
Fundado en los años 90, ‘A Nosa Terra’ no solo ha sido un punto de encuentro para gallegos y simpatizantes de Galicia en el corazón de Europa sino también un símbolo vivo de la Lei de Galeguidade. Durante décadas, bajo el liderazgo del malpicán Pedro Hombre, el centro albergó una vibrante vida social, cultural y lingüística. Sus antiguas instalaciones fueron escenario de múltiples actividades, desde fiestas populares hasta intercambios culturales con las instituciones suizas, siempre con la lengua gallega como estandarte. Sin embargo, como muchos otros centros gallegos repartidos por Europa, ‘A Nosa Terra’ también sufrió el paso del tiempo: pérdidas de socios, falta de relevo generacional y un cierto declive de actividad. Fue entonces cuando el destino trajo una nueva etapa de esperanza: Cristóbal y Luminita, un matrimonio catalán-rumano con alma gallega, se pusieron al frente de la entidad con entusiasmo y compromiso. Este nuevo equipo no solo ha revitalizado el centro, sino que ha sabido transformarlo en un espacio abierto, dinámico y profundamente gallego. Al cruzar su umbral, el visitante es recibido por un cruceiro de piedra y se ve envuelto en paisajes, sabores y costumbres que evocan a Galicia en cada rincón. Su biblioteca es un pequeño tesoro y su programación cultural, una apuesta firme por el presente y el futuro.
Entre las próximas actividades ya programadas destacan la presentación de varios libros, una exposición sobre el Camino de Santiago y la emigración y cuentacuentos para niños. El sabroso pulpo cocinado al estilo tradicional fue aclamado por todos los presentes y la velada se completó con la actuación estelar del grupo Galiza Celta de Delémont, que con sus muiñeiras y ritmos festivos puso a todos a bailar y “gastar zapatilla”.
El evento ha sido un verdadero homenaje a la identidad gallega y una muestra de que, incluso lejos de la tierra, el espíritu de Galicia sigue vivo y palpitante. La Fiesta del Pulpo no solo fue un éxito gastronómico y musical, sino también una reafirmación de lo que significa pertenecer a una colectividad que no olvida sus raíces. Con una energía renovada y un calendario repleto de propuestas culturales, ‘A Nosa Terra’ demuestra que sigue siendo mucho más que un centro gallego; es un hogar, un punto de encuentro y una historia que sigue escribiéndose en plural.