El grupo ‘Aires do Norte’ llenó el ambiente con el ritmo característico de Galicia

El Centro Gallego de Hamburgo reunió a la comunidad gallega y amantes de la cultura española en su tradicional ‘Magosto’

El aroma de castañas asadas flotaba en el aire fresco de Hamburgo el pasado fin de semana, cuando la agrupación del Centro Gallego de la ciudad estaba organizando su anual y entrañable ‘Magosto’. Este evento, que celebra la llegada del otoño de una manera auténtica y llena de tradición, reúne a la comunidad gallega y a amantes de la cultura española en una jornada festiva llena de alegría y camaradería.

El Centro Gallego de Hamburgo reunió a la comunidad gallega y amantes de la cultura española en su tradicional ‘Magosto’
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La música también tuvo su lugar en la celebración del Magosto.

El ‘Magosto’ es una festividad gallega que tiene sus raíces en la tradición celta y que ha sido llevada con cariño y entusiasmo por la diáspora gallega a diferentes partes del mundo. En Hamburgo, la agrupación del Centro Gallego ha convertido esta celebración en un evento emblemático que refleja la riqueza cultural y la fuerte identidad de la comunidad gallega en la ciudad.

El lugar elegido para el Magosto fue la nueva sede de la entidad. La protagonista indiscutible de la jornada fue la castaña. Grandes braseros ardieron con el característico chisporroteo de las cáscaras al entrar en contacto con el fuego y los veteranos asadores de la agrupación se encargaron de girar las castañas para asegurar una cocción perfecta. El cálido aroma de este fruto otoñal impregnó el lugar, despertando la nostalgia de aquellos que han crecido con la tradición y la curiosidad de aquellos que descubrieron esta festividad por primera vez.

El Magosto no se trató solo de castañas. La música también jugó un papel fundamental en la celebración. El grupo ‘Aires do Norte’ llenó el ambiente con la energía y el ritmo característico de Galicia, donde no faltaron las canciones populares que invitaban a todos a unirse. A través de esta festividad, la sociedad fortaleció los lazos entre generaciones, compartieron tradiciones y crearon un espacio donde todos pudieron sentirse parte de una gran familia gallega, aunque estén lejos de su tierra natal.