Cecilia Márquez: “Lo bueno que tiene Merlo es que puedes elegir en que área quieres el asesoramiento”
La vida de Cecilia Márquez cambió hace dos años cuando esta uruguaya, nieta de gallegos, decidió tomarse un año sabático y viajar hasta Galicia para visitar a su familia. Una vez aquí conoció, a través de las redes sociales, las BEME (Bolsa de Excelecia Mocidade Exterior), se presentó y le dieron la beca para hacer un máster en la Universidad de Santiago.
Lo que iba a ser un año de descanso se convirtió en un tiempo de estudio y trabajo, ya que después la invitaron a hacer un doctorado en la universidad. “Me quedé, pero no quería pedir la beca porque hacer un doctorado con una beca es mucha presión, tienes que estar dedicada al 100% y a mí la investigación me gusta, pero como algo secundario”, asegura esta comunicadora especializada en el área rural.
Como no quería postularse para la beca comenzó a buscar trabajo pero no conseguía nada en comunicación rural. “Como becaria BEME fui a Ronsel en busca de asesoramiento para buscar empleo y, muy bajito, deslicé que me gustaría emprender porque yo en Uruguay tenía mi emprendimiento, mi consultora de comunicación, pero que aquí no tenía los contactos”, reconoce Cecilia Márquez quien explica que ahí le asesoraron para montar su propio negocio y le recomendaron anotarse al Programa Merlo.
La experiencia fue “muy bien” porque le asignaron como mentor a un economista experto “y yo necesitaba un apoyo en la parte tributaria porque cuando empezamos a ver el tema de los contactos uno piensa que no los tiene pero al final los tienes, los clientes están y vas golpeando puertas y se van abriendo, pero la parte tributaria en otro país para mí era muy difícil”.
“Todos somos buenos en algo y flaqueamos en otras áreas, que te puedan asesorar en esas áreas en las que flaqueas es muy bueno”, puntualiza esta joven que hace hincapié en que “lo bueno que tiene Merlo es que puedes elegir en que área quieres el asesoramiento” y que no tiene que ser la misma para todo el mundo.
Finalmente, “monté la empresa en mayo y me está yendo super bien. Estoy trabajando para el exterior y también para Galicia como autónoma”. “De hecho, –matiza– al final conseguí un trabajo por cuenta ajena y lo tuve que dejar porque no me daba el tiempo para atender la empresa e hice la apuesta por la empresa, Curuxa Comunicación” que está ubicada en el municipio ourensano de Muiños, de donde partieron sus abuelos, aunque “trabajo en diferentes sitios, sobre todo en Santiago.
Sus perspectivas son quedarse en Galicia, “al menos unos años”. Por el momento, su familia directa sigue en Uruguay “pero mi madre viene todos los años y el año que viene que se jubila su intención es pasar seis meses en Uruguay y seis en Galicia porque es donde tiene a toda su familia”. De hecho, “yo tenía primos que conocía por carta, pero ahora que estoy instalada aquí tuve el tiempo de conocerlos porque había viajado varias veces a Galicia pero siempre en modo vacaciones y sin tiempo”.
Respecto a la acogida que le brindó Galicia, Cecilia Márquez comenta que “en algunos aspectos muy bien, en otros no tanto porque no dejo de ser una inmigrante en otro país”.
Los aspectos positivos fueron el apoyo con la empresa y la parte educativa. Los aspectos negativos son el acceso a la vivienda y la convalidación del título por la que lleva 18 meses esperando.
“La vivienda no es fácil, sobre todo cuando vienes a estudiar y no tienes una nómina” relata Mázquez quien detalla que a ella la avaló su tía, pero que cuando estudiaba en Santiago y compartía piso algunas de sus amigas no tenían quien las avalase y conseguir una vivienda “fue muy complejo”.
Con el gallego también tuvo problemas, pero al llegar se puso a estudiarlo y ahora ya cuenta con el título de Celga 3.
En todo caso, “la valoración en general es positiva y por eso me quedo”, concluye.