La artista viguesa Alicia Solla expone sus pinturas en el Casa de Galicia en Madrid

La Casa de Galicia acogió este martes la inauguración de la muestra pictórica de la artista viguesa Alicia Solla, que permanecerá en la Sala A de la institución gallega hasta el día 28 de este mes. En el acto intervinieron el coordinador de actividades de la Casa, Ramón Jiménez; la licenciada en Humanidades y gran conocedora de la obra de Alicia Solla, Ruth Martínez, y la propia pintora.

Jiménez manifestó estar completamente de acuerdo con el análisis que hace Emilio Gavilanes en el prólogo del catálogo de la exposición, “sumamente revelador”, en el que pone de manifiesto “la pintura mental de Alicia”. Coincide también “con la idea subyacente de que el autor no es el mejor conocedor de su propia obra, como aseguran repetidamente destacados especialistas, psiquiátricos añado, sobre el acto de la creación artística en general. Y sobre la afirmación de la pintora de que “dentro de nosotros hay otro”, que el prologuista pone en relación con el mandato socrático” y que “en realidad ‘dentro de nosotros hay muchos’, como tantas veces la Literatura ha revelado”.

Por su parte, Ruth Martínez evocó la figura de Álvaro Cunqueiro cuando decía: “En la aspereza de la vida cotidiana, soñar es necesario”. Y señaló que “soñar y hacer soñar es un don de aquellos privilegiados que obedecen de manera total y con generosa entrega a la propia fantasía/imaginación”. Y estableció una similitud: “Al igual que Álvaro Cunqueiro siempre escribió lo que le gustaba y como le gustaba, Alicia Solla pinta lo que le gusta y como le gusta”. Y aludió también al texto de Gavilanes cuando dice que la pintura de Solla “se mueve entre dos barreras, unas veces más cerca de la luz y el aire y otras más cerca de la sombra, de lo interior”.

Martínez dijo también que, “en esencia, ese es el dominio de la imaginación, el que desdibuja sin delimitar, integrando y mezclando, la fantasía y la realidad. Alicia Solla es una pintora que funde, con un intimismo experiencial exquisito, la imaginación poética y la plástica. Su obra no necesita ser explicada para que la explicación refleje una realidad mental que sea comprendida con el corazón”.

Alicia Solla, tras los agradecimientos, recordó que este año su primer cuadro cumple ya 40 años, y evocó cómo antes de pintar no entendía que alguien pudiera hacerlo en un estudio, sin contemplar nada, tan sólo basándose en la propia imaginación. “Ahora yo lo hago y me pregunto cómo pueden los libros asomarse al mundo o cómo es posible hablar bien en público, algo que a mi me cuesta mucho”, e ironizó emplazando a los presentes, “para que puedan ver todos mi gran dominio de la escena para dentro de 40 años”.

Alicia Solla nació en Vigo, donde pasó su infancia y primera juventud, viviendo posteriormente en diferentes ciudades españolas. Durante los años 1976 a 1979 estudió pintura en la Escuela de Alberto Castro Couso en su ciudad natal, en donde se reúne con otros jóvenes pintores formando el grupo Abracadabra, y con quienes expuso en diferentes ciudades de Galicia. A partir de su traslado a Cuenca, en 1983, su visión de la vida va a sufrir un cambio importante, lo cual se refleja en su pintura: abandona casi por completo el óleo, experimentando con diversas técnicas sobre papel y empieza una obra de carácter más intimista, de acentuado expresionismo. En esta etapa descubre su vocación poética, que queda recogida en varios libros ilustrados y confeccionados a mano. Asimismo empieza a interesarse por la fotografía, lo que se plasma en una serie de proyecciones de diapositivas en varias salas y galerías. Actualmente reside en Madrid.

Más información en http://www.aliciasolla.es/