Los alcaldes de Cerdedo y Cotobade trasladan a la Xunta su voluntad para fusionar los municipios

Los alcaldes de Cerdedo, Silvestre José Balseiros, y de Cotobade, Jorge Cubela, trasladaron al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la voluntad de iniciar el proceso de fusión de ambos ayuntamientos pontevedreses; una decisión que Feijóo aplaudió como ejemplo de la “buena política” que antepone los intereses generales de los ciudadanos a los personales. “Felicito a los vecinos de Cotobade y de Cerdedo, enhorabuena en esta nueva fase, en esa gran alianza que permitirá que los vecinos cuenten con un ayuntamiento más grande, con más población, con más ingresos, con más servicios y con menos gastos burocráticos. El pueblo merece tener un ayuntamiento que quede blindado en el mapa municipal de Galicia y de España”, aseveró.

Durante su intervención, Feijóo aseguró que este municipio quedaría blindado por su importancia demográfica, por su importancia territorial y por ser producto de una fusión derivada de la “buena política y de poner los intereses de los vecinos por encima de los cargos”. “Una fusión –añadió– que contribuye a hacer una Galicia más viable desde el punto de vista administrativo y más fuerte y más segura desde el punto de vista del autogobierno”.
De este proceso que se va a iniciar de manera inmediata, el titular de la Xunta destacó, en primer lugar, las consecuencias demográficas: “En Galicia va a nacer un nuevo ayuntamiento de más de 6.000 vecinos y casi 250 kilómetros, es decir, un nuevo ayuntamiento de mayor peso y mayor población en el mapa de Pontevedra y de Galicia, es decir, un ayuntamiento con más futuro”.
Asimismo, subrayó también todos los efectos económicos, entre los que destacó: los derivados por el mero incremento de la población, que por sí suponen 1,5 millones de euros más de ingresos durante una legislatura; el menor coste burocrático, resultado de hacer una única corporación municipal; y los ahorros ocasionados por la contratación conjunta de distintos servicios y suministros.
En tercer lugar, se refirió a los incentivos que tendría la fusión, como consecuencia de las modificaciones legales adoptadas con cuyo objeto en los últimos años tanto a nivel estatal como autonómico. Siendo los más significativos: el incremento del coeficiente de ponderación para calcular la participación en los ingresos del Estado; la dispensa de prestación de nuevos servicios mínimos obligatorios, o la preferencia en subvenciones o convenios durante los cinco años posteriores a la fusión.
“Y, del mismo modo, el nuevo ayuntamiento también será beneficiario del fondo especial para fusiones creado por la Xunta, y que este año está dotado con 2,2 millones de euros”, añadió.

Galicia, pionera en la racionalización del mapa municipal en España
Feijóo reconoció que fue precisamente esa certeza de que la unión de esfuerzos es un camino adecuado para los ayuntamientos, y especialmente para los más pequeños, la que hace unos años motivó al Gobierno gallego para marcar el objetivo de que la cooperación municipal fuera una norma y no una excepción.
Después de recordar que la fusión de dos ayuntamientos en Galicia ya no es un hecho inédito en la historia reciente de nuestra Autonomía –“Oza-Cesuras tendrá siempre ese mérito”–; el presidente del Gobierno gallego aseveró que la gran contribución de la fusión de Cotobade-Cerdedo sería la de comenzar a consolidar esa apuesta por la cooperación, “parcial o total como en este caso”, y permitir que Galicia siga siendo pionera en la racionalización del mapa municipal en España; “racionalización –incidió– que en nuestra opinión es imprescindible acometer”.

Planteamiento de largo alcance
Feijóo concluyó asegurando que la gran alianza definitiva de Cotobade y de Cerdedo no sería posible si sus alcaldes centraran el debate en los sillones y no en las decisiones que interesan a la gente. “Esa gran alianza no sería posible con el regate corto, porque lo que exige es un planteamiento de largo alcance. Servir a los vecinos, poner las instituciones a favor de los vecinos, esa es la buena política que tiene una base muy sencilla pero muy sólida: anteponer los intereses generales de la gente a los intereses personales de los cargos”, remató.